Día a día más mujeres jóvenes prefieren emprender sus propios negocios antes que integrarse a un empleo tradicional. Con el fin de conocer casos específicos de emprendedoras del Instituto Internacional para la Innovación Empresarial de la Universidad Santa María, Cristina García, del proyecto Confidare; Paola Vargas y Katherine Rivera del proyecto Orion; y Evelyn Pavez de Dvine, entregan sus testimonios.
En Chile existen 513 mil emprendedoras, según reveló el primer estudio de Global Entrepreneurship Monitor (GEM) Mujer Chile, realizado por la Universidad del Desarrollo . Este medio millón de mujeres representan el 33% de los emprendedores del país, mostrando un importante crecimiento en la participación respecto del 20% de hace tres años.
Este "fenómeno a nivel mundial" refleja que cada vez más mujeres se interesan e involucran en procesos de emprendimiento. En el caso chileno se inician en el mundo de los negocios a mayor edad, pero cada vez se suman más jóvenes profesionales que deciden crear su propio negocio, como en el caso de las emprendedoras del 3ie.
Cristina García: "Imaginando la empresa ideal"
Cada vez que intentaba mejorar la manera de hacer las cosas dentro de una empresa en la cual trabajaba, terminaba frustrándome.
Existía una negación a intentar nuevas formas de trabajo, simplemente porque la actual ya funcionaba. Sentía que lo importante para ellos era que el producto simplemente resultara y no que se construyera bien, lo que indicaba una falta de compromiso con los clientes.
Me imaginaba una empresa que no se negara a los riesgos ni a intentar nuevas formas de hacer las cosas, que se centrara en las personas y sus intereses, y por supuesto que me permitiera trabajar con las herramientas y en las cosas que más conozco y me gustan".
Katherine Rivera: "Crear e innovar"
Desde siempre mi pasión ha sido crear, innovar y un fuerte interés por emprender. Desde que salí del liceo, me enfoqué en buscar algo que me permitiese hacer empresa.
Mi motivación principal es generar impacto en la industria nacional, y así contribuir de una forma sustancial al desarrollo de Chile; cosa que generalmente no se puede lograr desde un trabajo convencional de oficina. Y en esto, mi labor como informática es crucial; ésta es una carrera donde el límite resulta ser la imaginación. La tecnología que se supera día tras día abre un sinfín de posibilidades que, sin lugar a dudas, pretendo aprovechar.
Paola Vargas: "Provocar impacto con lo que hago"
El camino de emprender lo escogí como un desafío personal; no es fácil, pero con el tiempo es satisfactorio. Siempre me ha rondado la idea de crear cosas nuevas, de innovar y no hacer lo mismo que los demás, ser capaz de diferenciarme y provocar cierto impacto con lo que hago.
No me gusta la idea de realizar un trabajo monótono, ser limitada y hacer lo que me manden. Me gusta la autonomía en mi actuar y los desafíos, no me gustaría el día de mañana trabajar en una empresa para ser una más.
El interés por emprender no es algo que nace de la noche a la mañana, siempre está latente, sólo espera el momento oportuno y las condiciones para ponerlo en práctica; surge como una manera de realizarme como persona, ser capaz de pararme frente al mundo y decir que pude hacer algo para mejorarlo, aunque sea un aporte muy pequeño. Además, como informática, el interés por resolver problemas de la vida real siempre está presente, los software que creamos son para satisfacer los requerimientos de un grupo de personas.
Evelyn Pavez Aldunate: "Buscar soluciones a problemas reales"
En un principio partió casi como una obligación, debido a un ramo de la universidad, pero gracias a eso comenzó todo el trabajo en equipo, el buscar soluciones a problemas reales, planear proyectos, mucha investigación. Todo este proceso ha aportado mucho en el camino de emprender. El saber que estoy haciendo algo útil a los demás, me ha motivado para sacar adelante mi proyecto.
No hay nada más motivante que hacer realidad las propias ideas y aportar con mis conocimientos al trabajo de los demás. Trabajar en algo propio, que por muy pequeño que parezca es útil a los demás.
Para mí el emprendimiento implica estar constantemente atenta a cambios, a soñar y crear nuevas ideas, ser capaz de llevarlas a la realidad, arriesgarse, y pienso que este "estilo" de vida entrega muchas y mayores satisfacciones que estar "recibiendo órdenes".
Fuente: Universidad Técnica Federico Santa María / SF / FOM.