1. Invita a la gente adecuada. Quizás has juntado a un grupo de personas brillantes y creativas, pero con poca experiencia en el tema o el problema a resolver. Esto suele producir ideas que nunca pueden implementarse en la realidad. Cuando dirijo sesiones de brainstorming sobre temas de publicidad o marketing directo, siempre intento incluir personas que tienen un contacto directo con los clientes, como los comerciales o los teleoperadores.
2. Dales de comer y verás… Chocolatines y otros aperitivos consiguen ciertos objetivos. Estimulan al equipo y mejoran la energía del grupo. Además, te aseguran que en la próxima sesión la gente estará más motivada a asistir, sobre todo si es a la tarde.
3. No invites al jefe. Las sesiones de brainstorming funcionan mejor cuando todos son más o menos del mismo nivel. Si te preocupa lo que tu jefe pueda pensar de lo que estás a punto de decir, puede que te lo pienses dos veces y acabes callándote una buena idea.
4. Define claramente el problema. Este tipo de sesiones son más efectivas cuando buscan solucionar un problema específico, no sólo para “tener ideas”. El problema deberá estar escrito y bien visible antes de que nadie empiece a pensar.
5. Prepara el terreno (y construye un parking). Cada sesión de brainstorming puede crear ideas extras que no son relevantes para el problema en cuestión. Pero pueden ser grandes ideas para otros temas. No las ignores. Captúralas con post-its y colócalas en un “parking” al otro lado de la sala.
6. No juzgues las ideas en la misma reunión. Tu sombrero creativo es muy diferente de tu sombrero racional. Por supuesto que hay que valorar las ideas y separar las más flojas, pero no durante la sesión de brainstorming. De otro modo frenarías el flujo creativo.
7. Gestiona el dinamismo del grupo. La forma más rápida de matar la creatividad del grupo es permitir que uno de los integrantes domine la sesión. Debes asegurarte de que todo el mundo se siente a gusto contribuyendo. Este es el motivo por el cual muchas empresas usan recursos externos (un experto que no trabaja en la empresa) para el liderazgo de la sesión.
8. Comparte la información. No todos los que asisten a la sesión tienen la misma experiencia o conocimientos. Una forma excelente de empezar la reunión es que cada miembro exponga brevemente lo que sabe acerca del problema a tratar.
9. El seguimiento es esencial. Algunas de las mejores ideas vienen justo después de la sesión de brainstorming. Por ello, comparte tus anotaciones cuanto antes, cuando todavía está todo fresco en la mente de la gente, y así permitirás que sigan pensando. Convoca a un grupo más pequeño con parte de los que asistieron a la primera reunión. De esta manera se pueden evaluar las ideas, mejorarlas y decidir los pasos siguientes. Esta sesión puede ser incluso más productiva que la primera.
Alan Rosenpan. Norteamericano. Consultor de marketing y uno de los mayores expertos a nivel mundial. Su agencia ha ganado centenares de premios, trabaja para las mayores empresas americanas y continuamente realiza seminarios de estrategia y creatividad por todo el mundo.