El entrepreneurship, conocido por su expresión castellanizada “emprendedurismo”, es la actividad que busca transformar ideas innovadoras de negocio en ganancias económicas.
Si bien existen numerosas definiciones del concepto, el término “entrepreneur” no es la traducción exacta de “emprendedor”, que según la Real Academia Española, alude a la acción de “acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro”.
El entrepreneurship refiere a la noción específica de negocio en el ámbito empresarial, y conlleva implícita la idea de un beneficio económico. Esto no significa que el entrepreneur no persiga fines relacionados al reconocimiento social e incluso a la autorrealización. Sin embargo, dichos fines se contemplan dentro de las necesidades humanas que ya planteó Maslow con su pirámide en la etapa de crecimiento. El espíritu emprendedor seguramente surja una vez satisfechas las necesidades fisiológicas y de seguridad, por lo tanto es comprensible que se asocien las características del entrepreneur a necesidades superiores a éstas, aunque no constituyan su esencia. Las nuevas formas de entrepreneurship consideran también fines políticos. No obstante, tales propósitos se encuadran en una necesidad de estima.
El entrepreneur es innovador por naturaleza, y sabe identificar las oportunidades contextuales en simetría con sus fortalezas. Asume riesgos y confía en sus ideas. Casual o causalmente, son estos atributos los que convierten al hombre en un líder. El entrepreneur tiene cualidades de liderazgo, por sus valores claros, su optimismo, audacia, capacidad de resolución e índole expeditiva. Es por ello que no resulta extraño que un entrepreneur acabe siendo el CEO de la gran empresa que se formó a partir de la concepción de su emprendimiento.
El auto-empleo es hoy una de las vertientes de trabajo más valoradas por aquellas personas creativas, con necesidades de generar nuevos mecanismos de negocio. El entrepreneur es un alma libre e inquieta, que siempre maximiza la distancia de sus horizontes, y encuentra en el auto-empleo la posibilidad de potenciarse. Pese a ello, el entrepreneur no sólo se potencia en un auto-empleo completamente autónomo e independiente, sino que existen también formas de entrepreneurship dentro de organizaciones: un entrepreneurship intra-organizacional o intra-preneurship. Por ejemplo, cuando se crean comités o pequeñas formas organizacionales ad-hoc, impera la necesidad de un líder de proyecto que piense las acciones desde una forma de entrepreneurship contenida en una estructura mayor, que necesitan del mismo potencial innovador y de una asunción de riesgos inherentes al entrepreneur.
En la vasta extensión de las posibilidades del entrepreneur, la comprensión del mercado es radical en la búsqueda de oportunidades. Sus cualidades ingénitas hacen de su percepción un vaticinio cumplido. El entrepreneur tipo tiene olfato de sabueso, y conoce mejor que nadie la sinergia sistémica del mercado, certidumbre que incrementa sus fortalezas en su persecución coyuntural. Es capaz de, siendo sujeto, mirar objetivamente al entorno, y dominarlo.
La morfología del prefecto entrepreneur es cuestionada, definida de cuantiosos modos. Algo está claro: el entrepreneur es distinto al resto. Y son sus rasgos diferenciales los que aseguran el éxito de sus aspiraciones y proyectos.
Fuente: Carla Mariel Vara. Licenciada en Relaciones Públicas graduada de la UNLaM. Docente de la cátedra Relaciones Públicas II y asistente en la Coordinación de la carrera en dicha universidad. Docente de la cátedra de Gestión y Producción de Medios de la UNLZ. Seminarista y consultora independiente.
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