La reciente sanción de la Ley de Matrimonio Igualitario disparó todo tipo de opiniones, y si en algo hay unanimidad de criterios es en que se abren enormes oportunidades de negocios.
Este fin de semana, diarios, radio y televisión coincidieron en generar informes sobre la “lluvia” de dinero que podría traer los negocios relacionados con los casamientos entre personas del mismo sexo.
No hay dudas que hay oportunidades, pero también riesgos, y entre ellos, el más peligroso de todos: la “Argentinización del nicho”.
Los argentinos somos creativos, emprendedores, tenemos iniciativa pero también tenemos un apego notable a la cultura del “copy/paste” y una nociva tendencia a la improvisación.
Hace unos años bastó que un vecino avizor abriese el primer videoclub del barrio, para que en poco tiempo le brotaran competidores a menos de 100 metros. Cuando otro vecino decidió construir una cancha de paddle jamás imaginó que en poco tiempo le saldrían infinidad de fotocopias baratas de su emprendimiento. Otro tanto pasó con los parripollos y así con cuanto negocio surja.
Hay mucho desconocimiento sobre el mercado gay y también prejuicio. Se habla del “dinero rosa” y ese, a mi entender, es un grave error porque el color que sigue predominando en el mundo del dinero es el verde. Hay homosexuales millonarios, pero también los hay de clase media, pobres y extremadamente pobres.
Vislumbro que la argentinada no tardará en ofrecer ·servicios especiales” para la comunidad LGTB, cobrando precios exorbitantes por servicios que no valen tanto. Sepamos que como toda comunidad discriminada, el movimiento gay ha desarrollado un sexto sentido que le permite olfatear y detectar avivadas.
Se abren muchas oportunidades de negocios y la mayoría no tendrá que ver con productos diferenciales, únicos o sectarios. Probablemente ganemos más mercado siendo “gay friendly” antes que “Money friendly o gay hunter”. Porque la oportunidad que se nos abre nos permitirá ganar algo más que dinero; nos permitirá ser una sociedad un poco mas igual.
Feliz semana, feliz vida, felices emprendimientos
Marcelo Berenstein
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No tendria que tener ese titulo el articulo, da a entender otra cosa y es ofensivo.