En los próximos 5 años los robots eliminarán 7 millones de empleos mientras que la tecnología creará 2 millones de empleos nuevos. El 65% de los que ingresan a la escuela primaria tendrán empleos que hoy no existen. Si no te preparas y preparas a tus hijos en destrezas técnicas, en saber emprender e innovar, pueden sucumbir ante la ola tecnológica. El agente para adaptarte a los cambios y producir ideas es tu cerebro.
Dijo Borges que: “Descubrir lo desconocido no es una especialidad de Simbad el marino o de Copérnico. No hay hombre que no sea un descubridor. Empieza descubriendo lo amargo, lo salado, lo cóncavo, lo liso, lo áspero, los siete colores y las letras del alfabeto; pasa por los rostros, los mapas, los animales y los astros; concluye por la duda o por la fe y por la certidumbre casi total de su propia ignorancia”.
El mañana no es una fecha, ni un lugar. Es una construcción de la cual participamos todos y donde cada uno de nosotros hace la diferencia.
La meta «hambre cero». Se pide a la tecnología soluciones pero la respuesta política populista pasa por los planes sociales que crean fábricas de pobres que no aprenden las capacidades para vivir en el siglo XXI. El sistema político cae en la encerrona: más empleo público y menos desarrollo.
Las empresas del país compiten con firmas internacionales cuyos gobiernos se interesan menos en el empleo público y más en el desarrollo, porque les aporta los recursos fiscales. Los países que atrasan priorizan los sueldos y los problemas sociales aumentando el empleo público.
Así lo urgente supera a lo importante creando círculos viciosos. El desarrollo tiene como base la construcción de capacidades. La solución es concentrarse en reglas que generen premios a la gestión en esa materia. El problema político suele trabarlo, es difícil lograr las mayorías en el parlamento. Una negociación debe establecer pactos productivos provinciales que otorguen recursos para el diseño de instituciones especializadas en la provisión de servicios para el desarrollo. Se pueden ordenar los incentivos provincia por provincia, según su interés por aceptar el desafío de que, sus instituciones, empresarios, universidades y centros de investigación científica, se enfoquen en la innovación y en el apoyo a las pymes. Debe incluir capacitación en gestión y aprender de la experiencia internacional. Un porcentaje de la mayor recaudación tributaria debe ser administrado para realimentar el proceso. El gobierno nacional debe asistir en la construcción de la institucionalidad para el desarrollo.
La ola tecnológica amenaza el empleo. La robótica avanzada, la inteligencia artificial, los autos que se manejan solos, las impresoras 3-D, la genética y otras nuevas tecnologías impactarán sobre el empleo, a menos que los países modernicen sus sistemas educativos.
La creciente automatización de los procesos de pago eliminará cajeros y las compras por Internet reducirá los vendedores. Los robots inteligentes y las impresoras 3D afectarán a las fábricas. Y la «Internet de las cosas», que comunica a los objetos entre sí, al igual que las personas lo hacemos, aumentará la crisis. Mientras las máquinas expendedoras de refrescos son visitadas por un inspector que determina cuántas botellas deben ser sustituidas, ahora la tarea será automática entre Internet la máquina expendedora y el camión de suministro. Y el camión pronto se conducirá solo. Ahora es posible crear autos, camiones, aviones y barcos que se manejen de forma autónoma, y esto puede revolucionar el transporte.
Entre los empleos más requeridos estarán los de instalación, reparación y mantenimiento de robots e impresoras 3D, así como analistas de datos. Por consiguiente, habrá una gran demanda de arquitectos, ingenieros informáticos y matemáticos. Incluso la agricultura y ganadería latinoamericanas se verán sacudidas, entre otras cosas porque China abrirá su primera granja de producción masiva de vacas clonadas.
Un consorcio chino-coreano abrirá este año una granja de la clonación en la ciudad de Tianjin que producirá 100.000 vacas en una primera fase y un millón de vacas en una segunda fase, según un reciente artículo en el periódico oficial China Daily.
La visión apocalíptica es que la tecnología causará una ola de desempleo mundial. Los pesimistas repiten esto desde la Revolución Industrial, hace dos siglos, cuando los trabajadores textiles destruyeron las máquinas a vapor porque creían que eliminarían la mayoría de los empleos, y no ocurrió ya que la pobreza mundial se ha reducido. Los países que no modernicen sus sistemas educativos para producir más ingenieros, arquitectos y graduados en humanidades más creativos y emprendedores serán los más afectados por las nuevas tecnologías. La ciencia y la tecnología pueden ir en contra de la humanidad. Einstein ayudó a desarrollar la tecnología que permitió fabricar la bomba atómica para contrarrestar a los alemanes que pretendían hacerlo y que finalmente no lograron. Después de haber colaborado se arrepintió a tal punto que recorrió ciudades defendiendo la paz.
Las neurociencias no bajan a la escuela. Desde la década del cerebro (1990-2000), mediante neuroimágenes, los científicos observan al cerebro mientras piensa y realizan experimentos con ilusiones ópticas y percepciones subliminales inconscientes. Durante siglos la conciencia fue un tema filosófico, al extremo que el padre de la ciencia cognitiva -Geoge Miller- propuso dejar de usar el término.
Hoy, sin embargo, el tema está en la vanguardia neurocientífica. En 2013, el presidente Barack Obama anunció el plan BRAIN: “podemos identificar galaxias a años luz, estudiar partículas más pequeñas que un átomo, pero no desentrañamos el misterio del cerebro”.
El cambio vino de la mano de la tecnología, que permitió realizar experimentos precisos. Lo que sienten o dicen los participantes se coteja con imágenes obtenidas con tecnologías de punta. Gracias a ellas se puedo determinar que la atención en algo provoca que ciertas imágenes se tornen invisibles a la mirada. En el video “El gorila invisible” de Simons y Chabris, el observador debe concentrarse en contar los pases entre varios jugadores de básquet y no ve al gorila que recorre la escena. Haga click para verlo: El pase Invisible – Test de atención (español) – YouTube
Los tests tecnológicos permitieron derribar mitos como el multitasking, teoría según la cual se pueden hacer varias tareas a la vez. Los experimentos demostraron que sólo se hace una y que las otras quedan en espera. Para lograr el acceso consciente no basta con prestar atención a algo: hay que ingresarlo, retenerlo y poder comunicarlo. Cuando una conducta se automatiza pasa de la esfera consciente al inconsciente.
Si resucitara un neurocirujano del siglo pasado se sentiría perdido en el quirófano moderno. En cambio, un maestro estaría cómodo en el aula. Debemos convertir a la escuela en el gran laboratorio social donde los niños aprendan a usar su cerebro. La educación es la industria pesada de un país porque el futuro está sentado en el banco de la escuela. Como dijo Francois Rabelais: “La ciencia sin conciencia es la ruina del alma”.
Inteligencia artificial. Un programa de Google venció al campeón europeo de Go, el juego de mesa chino señalado como más complejo que el ajedrez. Hubo desafíos similares en el pasado, y los antecedentes remiten a Deep Blue, la máquina de IBM que venció a Garry Kasparov en una partida de ajedrez, mientras que la nueva generación de equipos Watson lograron vencer a participantes humanos en el juego Jeopardy en 2011. Los juegos son la plataforma perfecta para desarrollar y poner a prueba los algoritmos de inteligencia artificial de forma rápida y eficiente. Ahora se quiere aplicar estas técnicas a problemas de la vida real. Son métodos de uso general, y esperan extenderlos para ayudar a resolver los problemas más urgentes de la humanidad, como resolver los desafíos que exigen los análisis de datos del cambio climático.
¿Vencerá la máquina o el hombre? Marvin Minsky, fue el profeta de la inteligencia artificial, un genio que no encajaba en las normas sociales. Como otros superdotados, cautivaba con la audacia y el desprejuicio de sus afirmaciones. Ya en 1992, creyó que la realidad virtual iba a estar en todas partes. Se planteaba desmontar los engranajes de la inteligencia y recrear la mente humana en una máquina, y estaba seguro de que las computadoras llegarían a ser más inteligentes que las personas. Casi al mismo tiempo mientras se desarrollaban los primeros circuitos integrados, Thomas Watson, el legendario presidente de IBM, dijo que en el mundo habría mercado solamente para unas cinco computadoras.
Falsas creencias. Veamos lo que se creía sobre las computadoras. No sirve para nada (George Bidell, sobre la máquina de Babbage, 1842) El llamado teléfono no tiene valor (Western Union, 1876) ¿Para qué coño sirve? (Lloyd, de IBM sobre el microchip). No te necesitamos, no tienes título universitario (Hewlett-Packard, ante el pedido de empleo de Steve Jobs) No hay razón para que alguien tenga una computadora en el hogar (Olson, de Digital Equipment Corporation 1977). Hay mercado para unos 5 computadores en todo el mundo.(Watson, presidente de IBM, 1993).
La mente de Minsky volaba hacia el horizonte y avizoraba las computadoras personales, la realidad virtual, los robots inteligentes y la telepresencia. Se preguntaba por el sentido cultural, social y filosófico de las computadoras, mientras exploraba los confines de la tecnología digital, avistaba el futuro explorando los múltiples caminos que se podían tomar para avanzar hacia el mundo en que hoy vivimos. «A lo mejor en 50 años seremos capaces de mirar dentro de la cabeza de alguien con un escáner -bromeaba; ese día todos vamos a comprar esos aparatos para espiar los pensamientos de nuestros amigos. La realidad virtual invadirá todo: los juguetes se guardarán solos, todo estará limpio, tendrá sentido, será más eficiente y no perderemos tiempo«. Predecir el futuro es muy difícil. Si alguien escribiera como se pensaba en cada época El mañana de ayer: historia del futuro habría escrito la historia de las predicciones del futuro, y casi todas erraron en el blanco. Minsky y un puñado de vigías inspirados anunciaban las metamorfosis que la tecnología introduciría en nuestras vidas.
Máquinas conscientes. La investigación científica busca crear un software para que la computadora adquiera conciencia. Para eso debería obtener información interna y no sólo del entorno. Contaría así con introspección y autoconocimiento. Parte de eso ya existe cuando las máquinas evalúan cuanto les queda de batería, el espacio en el disco rígido y sus fallas internas. Se necesitaría que los diferentes programas tengan una comunicación flexible, que interactúen, que un comando central pueda retransmitir la información al resto. Cada una de las partes tendría cierta capacidad de aprendizaje, trabajaría sobre la información recibida para descubrir funciones útiles y predictivas. Como lo hace el cerebro humano la computadora podría plantearse metas, explorar el mundo y sus estados internos. Hasta que al fin enfocaría su atención sobre una representación, es decir sobre su contenido consciente artificial. El libre albedrío supone que nuestra mente toma decisiones en un nivel superior por la habilidad de guiar las decisiones según las experiencias, pensamientos, valores y creencias. Y desde allí controlar los impulsos de nivel jerárquico más bajo.
No hay azar sino una revisión cuidadosa de las opciones y selección de la preferida en una decisión deliberada. Una máquina así no sería más que una descripción abreviada de lo que somos, un proceso de ingeniería que imita al cerebro. Cada persona reacciona en forma distinta según sus metas, creencias y experiencias, un trabajo que conforma personalidades únicas. Una asamblea de neuronas va construyendo la mente.
Nativos digitales. Lo que los chicos saben, no lo saben, lo sienten. Las tecnologías son para ellos lo normal. El mundo siempre fue como es. Es normal que los televisores hablen. Pronto será normal controlar la tele con la mente. Programar es dar instrucciones que se reflejan en la pantalla. Los nativos digitales pueden hacerlo, hay que incentivar y organizar su tarea. Programar permite aprender del error, reflexionar, cometer y corregir errores y usar al cerebro como herramienta ¿Pero es así cómo los educamos? Hay cada vez menos programadores y cada vez más programados.
Se precisa un cambio educativo para evitar que se cumplan las profecías de Huxley: que la democracia sería una cárcel sin muros donde los prisioneros no querrían evadirse. A cambio de consumo y entretenimiento amarían a la servidumbre.
Los adultos podemos sacarnos el miedo y reaprender. Sabemos que la realidad tiene leyes que no cambian y es duro aprenderlas. Por mucho que los chicos sepan de tecnología, deben saber desenvolverse en el mundo real. Los aparatitos les roban la concentración. El phubbing es prestar más atención a la tecnología que a las personas. La disolución de los fundamentos del saber, ante la primacía del dinero, el escepticismo y la desaparición de los ideales, es una característica de esta época, aunque la destrucción del sentido no llegó todavía hasta sus últimas consecuencias. El hombre no es bueno conjeturando a largo plazo. Por eso si queremos que la próxima década no sea otra década perdida debemos ocuparnos en lugar de preocuparnos. Y como el futuro no existe debemos inventarlo. La educación es la industria pesada de un país porque fabrica ciudadanos.
Dr. Horacio Krell. CEO de Ilvem, mail de contacto [email protected]