La corbata posee en su interior una especie de helado flash que uno debe rellenar con la bebida que mejor le siente a las ocho de la mañana. O sea, whisky. Podrá acceder a ella siempre que quiera mediante un chupete instalado en el extremo de la corbata. La imagen que demos será rara, claro, pero es de suponer que en la oficina uno está bajo mucho estrés del que chuparse la corbata es sólo una consecuencia más.
fuente: No Puedo Creer