El caso es que a la hora de idear disfraces no sólo debemos pensar en nosotros sino también en los niños (aunque ellos mismos se las arreglan bastante bien) y, sobre todo, en las mascotas. Porque está claro que si hay algo que le gusta a un mosquito es ser cualquier otra cosa, siquiera durante una noche. Lo mismo ocurre con el resto de animales, con la posible excepción de gatos y perros, que parecen bastante cómodos en su papel de dominadores en la sombra.
Aquí tienen unos cuantos ejemplos de disfraces para mascotas. Mi preferido, desde luego, es el del cangrejo. Sencillo, eficaz,… imparable. Si quieren ver más, en Bored Panda tienen una buena selección con la que humillar al pobre animal. O hacerle un favor, dependiendo de su estado de ánimo.
fuente: No Puedo Creer