La inteligencia artificial requiere una mirada histórica

La inteligencia artificial requiere una mirada histórica
por Dr. Horacio Krell*

La inteligencia artificial (IA) ha demostrado ser una herramienta poderosa para las organizaciones, permitiéndoles hacer diagnósticos precisos y predicciones acertadas.

Sin embargo, para que la IA funcione de manera efectiva, necesita ser alimentada con datos y conocimiento de alta calidad. Aquí es donde entra en juego una gestión adecuada del conocimiento, similar al famoso caballo de Troya, que puede revolucionar a las organizaciones si se maneja correctamente.

Lecciones de la Historia: El Caballo de Troya

La guerra de Troya fue un conflicto prolongado entre los griegos y la ciudad de Troya. A pesar de sus esfuerzos, los griegos no lograban penetrar las grandes murallas de la ciudad. La situación cambió cuando Odiseo ideó una estrategia ingeniosa: construir un gran caballo de madera donde se esconderían soldados griegos. Los troyanos, creyendo que era una ofrenda de rendición, permitieron la entrada del caballo a la ciudad. Esa noche, los soldados escondidos salieron y abrieron las puertas de Troya al ejército griego, llevándolos a la victoria.

El conocimiento es invisible

Sin advertirlo incorporamos pautas de la cultura predominante, lo que provoca la naturalización de las condiciones existentes. El efecto es invisible, es como el pez que no advierte que el agua existe porque es su medio natural. “La cosa es así y punto”. Todos creen que no hay alternativa: aun cuando la planteen. Churchill dijo una vez  que “cuánto más atrás se mira, más adelante se ve, porque la historia se repite”.

Para llegar al objetivo, el ser adaptativo explora en qué etapa se encuentra. Nunca da nada por hecho. Sabe que la vaca se hizo sagrada en la India no por religión, sino porque daba leche. El pez es el último en darse cuenta de que el agua existe. El que se acostumbra a su hábito, no advierte el cambio y pierde su tiempo de recuperarse.

Al hombre le ocurre lo mismo que al pez con el oxígeno.  Es invisible, no lo puede ver, y lo da por supuesto, ya que lo tiene siempre y sin esfuerzo. Su importancia recién la puede advertir cuando lo pierde.
Lo mismo pasa con el conocimiento, sin él no se puede hacer nada, pero no se advierte. Las organizaciones no son conscientes del conocimiento que poseen hasta que enfrentan su ausencia, lo cual puede hacerlas colapsar.

La IA como el Nuevo Caballo de Troya

Al igual que el caballo de Troya, la Inteligencia Artificial puede parecer una simple herramienta, pero lleva dentro de sí un potencial transformador. Sin embargo, su efectividad depende de la calidad del conocimiento con el que se alimenta. Las organizaciones a menudo tienen datos dispersos y de baja calidad, lo que dificulta la gestión eficiente y los resultados prometidos por la IA.

La Gestión del Conocimiento: Clave para el Éxito

Para aprovechar al máximo la Inteligencia Artificial, las organizaciones deben implementar un modelo de gestión del conocimiento robusto. Esto implica:

Educación Cuántica: Un Enfoque Innovador

Adoptar una «mentalidad cuántica» en la educación puede transformar significativamente la forma en que enseñamos y aprendemos. Los principios de la física cuántica, como la superposición y la dualidad onda-partícula, ofrecen nuevas perspectivas para el aprendizaje y la enseñanza.

Principios de la Educación Cuántica:

  1. La Mirada del Observador: La forma en que los docentes perciben a sus alumnos puede influir significativamente en la autopercepción y el rendimiento de estos.
  2. Dualidad: La enseñanza y el aprendizaje son procesos interdependientes que requieren tiempo y condiciones específicas.
  3. Constante Cosmológica: Al igual que el universo en expansión, tanto estudiantes como docentes están en constante evolución.
  4. Determinismo vs. Incertidumbre: La evolución de un estudiante no puede ser predicha con certeza; todas las posibilidades están abiertas y el rol del docente es acompañar este proceso.

Conclusión

La inteligencia artificial tiene el potencial de revolucionar las organizaciones y la educación. Sin embargo, su éxito depende de la gestión adecuada del conocimiento. Al mirar hacia el pasado y aprender de la historia, podemos entender mejor cómo implementar estrategias efectivas para aprovechar al máximo las herramientas modernas como la IA. Adoptar una mentalidad cuántica en la educación nos permitirá adaptarnos a un mundo en constante cambio, fomentando un aprendizaje más adaptable, creativo y efectivo.

*Dr. Horacio Krell – Director de Ilvem. horaciokrell@ilvem.com
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