Automóvil:
Urbee 2 fue el primer coche fabricado (en partes y luego ensamblado) mediante una impresora 3D. Estéticamente es raro, pero es más económico que los automóviles tradicionales y los supera en potencia y velocidad. Para que pueda salir a la carretera, todavía falta que Urbee2 se adapte a las normas de circulación vigentes en su país de origen, Estados Unidos.
Además de utilizarse para fabricar órganos internos del cuerpo humano con una suerte de gel compuesto de células, recientemente la impresión 3D fue empleada para replicar de manera exacta el corazón de un bebé de 14 meses, pero en un tamaño mayor, para poder estudiarlo a fondo y de esta manera descubrir con precisión sus problemas.
El ingeniero neocelandés Olaf Diegel ha desarrollado todos los instrumentos musicales de una banda de rock imprimiendo en 3D con duraform, una materia prima plástica que, al combinarse con el metal y la madera ha dado como resultado instrumentos cuya acústica no difiere casi nada de la de los instrumentos tradicionales.
El estudiante estadounidense Cody Wilson ha disparado un debate profundo respecto de los alcances de la tecnología 3D y la legalidad, al desarrollar de esta manera una pistola, bautizada Liberator, y subir a Internet las instrucciones para que quien quiera pueda replicarla. Según Wilson, quien se define anarquista, su acción apunta a generar un nuevo tipo de orden que mejore el establecido.
Por último, para demostrar que el alcance de esta nueva tecnología de fabricación tiende al infinito, como en un cuento de Borges, cabe destacar que las impresoras 3D ya han demostrado su capacidad para construir, incluso, otras impresoras 3D, y así sucesivamente.
Fuente: History