Unicornios, gacelas, leones y ahora, la fauna emprendedora suma tres nuevos «animales» al ecosistema zoopreneneur: buitres, elefantes y hamsters
¿Cuál es el primer problema al que se enfrenta un emprendedor? «Uno mismo». Esa es la advertencia de Gustavo Piera, autor del libro ‘El arte de gestionar el tiempo’, en el que da las claves para «decidir los objetivos en la vida y cómo invertir el tiempo para lograrlos».
El experto considera que antes de lanzar una empresa hay que analizarse a un mismo, y prever tres cosas muy importantes: hacia dónde hay que ir si se tiene éxito, cómo mejorar si las cosas van regular, y qué hacer si la cosa va mal. Es decir, «tener prevista una puerta de salida antes de morir en el intento», apunta Piera en EFE.
Sobre la importancia de la organización, el experto señala que, cuando se va a hacer algo, hay que especificar siempre cuatro aspectos fundamentales: cuánto tiempo se va a invertir, cuándo estará completado, cómo se mide el avance o la finalización, y cuánto costará todo.
Sin embargo, el experto apunta que hay tres enemigos que dificultan la tarea, y que incluso pueden provocar que el proyecto descarrile.
1. Buitres
«El querer quedar bien con todo el mundo es lo que más tiempo roba a un emprendedor», apunta Piera. El experto recomienda aprender a decir ‘no’ a estos ladrones de tiempo o buitres: «no se les ve llegar, vuelan muy alto y cuando avistan la presa se lanzan; no te has dado cuenta y ya te han pillado«. También recomienda tener muy claro quiénes son estos «grandes buitres».
2. Elefantes
«Un elefante es una gran tarea que asusta porque es enorme», señala. Piera recomienda «trozarla en pedacitos que quepan en la boca, para poder afrontarla, comerla». «Lo que nunca hay que hacer es lo que hace tanta gente, que como la ve muy grande y no puede con ella, la aplaza y la aplaza».
3. Hámsters
Es desolador correr siempre en una rueda que no lleva a ninguna parte. «Me veía así hasta que paré, reflexione, y me dije: no quiero se un hámster, quiero vivir la vida y pasar por la vida», asegura Piera. «Hay gente que vive la vida de otros, trabaja para otros: yo vivo para mí con los demás, pero soy yo quien toma las decisiones de mi vida», sentencia.
El Economista
