La gran importancia de tomar el test

La importancia de los test

El test es de vital importancia para frenar la expansión del Covid-19. Países como Chile o Corea que testean mucho están logrando contener el brote.

Tras el estallido social en Chile de 2019, las multitudes iban diariamente a Plaza Italia para protestar. Hoy luce vacía por la emergencia del coronavirus. Mientras otros países presentan cifras distorsionadas del peligro, porque no pueden o no quieren testear a su población, los que lo hacen tienen mejores resultados. El hecho de practicar múltiples pruebas de diagnóstico da una visión más certera de la cantidad de contagios y permite rastrearlos. Con eso se puede tener una identificación temprana de quienes son los portadores del virus y frenar su expansión.

La OMS ha sido tajante al insistir en que esta es una medida vital para enfrentar al coronavirus.

En Chile, se realizan 3000 chequeos diarios, los contagiados se monitorean con llamados diarios y se los controla con un aislamiento obligatorio. El primer paso es una identificación precoz. El segundo es un rápido diagnóstico. El tercero fue identificar a sus contactos, y al separarlos se pudo contener el brote. La baja letalidad en Chile se explica por su sistema de salud que es débil si se le compara con países desarrollados, pero es mejor que el resto de América Latina, después de Cuba. Hasta ahora el equipamiento y las camas críticas fueron suficientes y sistema sanitario respondió. Los pacientes graves fueron detectados y accedieron al tratamiento.

Se anticiparon

Chile se preparó y aplicó la terapia más efectiva contra la ley de Murphy, según la cual todo lo que puede salir mal va a salir mal. Así es que fueron previsores en los detalles: fortalecieron la red asistencial, capacitaron a los profesionales e incrementaron su capacidad con cinco nuevos hospitales que aportan más de 1700 camas y compraron otros insumos.

El talón de Aquiles es el incremento de pacientes graves y la falta de respiradores mecánicos que son claves para la terapia. De 1200 operativos, quedan 240 sin ser utilizados. Esto podría ensombrecer el panorama pues el pico será a fines de abril, y se puede saturar. La estrategia sólo se podrá ver como exitosa en el momento de la verdad. Habrá que ver con qué severidad y velocidad se propaga el virus y cómo responde la población a las medidas que se van a tomar.

Las medidas derivadas

Suspendieron las clases a los 12 días de que se reportara el primer caso y decretaron el estado de excepción, lo que les permitió restringir reuniones en espacios públicos, limitar el tránsito, establecer toques de queda y resguardar las fronteras.

Los militares se hicieron cargo de la seguridad. Se decretó una cuarentena en las zonas de mayor contagio y fue dictada en forma temprana. La suspensión de clases se implementó con 75 casos confirmados, mientras que China o Italia lo hicieron con 2700. Algo similar ocurrió en el caso del cierre de fronteras. Chile reportaba 155 casos confirmados y ninguna muerte cuando tomó esta medida, mientras que Italia decidió hacerlo cuando tenía más de 9000 casos y 463 víctimas fatales. Si la estrategia funciona significará una interrupción más corta de la economía.

El Banco Central prevé una caída del PBI de hasta el 2,5% en 2020 y pronostica un fuerte repunte en el último trimestre y todo 2021, con un crecimiento de entre el 3,75% y el 4,75%.

El caso chileno, digno de observar

Chile confirmó un gran número de contagios (el segundo mayor en la región), pero reporta una de las tasas de letalidad más bajas. Hasta el 3 de abril había 3737 casos confirmados de coronavirus y 22 víctimas fatales con una tasa de letalidad del 0,5%, similar a Corea del Sur, Alemania o Japón antes de que llegaran al pico de contagios.

Es difícil hacer estas estimaciones pues mucho depende de la cantidad de pruebas que se hagan y los casos que existen sin haber sido diagnosticados. Chile y Costa Rica presentan las menores tasas de letalidad de la región. Nicaragua, por ejemplo, reporta un 20% de letalidad, Brasil tiene 4%; Bolivia, 6,8%, y Honduras, 6,7%. Esto a pesar de que por cada 100.000 habitantes hasta este 2 de abril, Chile es el tercer país con mayor nivel de contagiados de la región, sumando una tasa de 18,1. Panamá y Ecuador lo superan, con 35,3 y 18,5, respectivamente.

Luego, vienen países como República Dominicana, con 12,9 por cada 100.000 habitantes; Uruguay, con 10,6; y Costa Rica, con 7,9. Comparando el número de muertos con estos países, más certero que el de infectados, la diferencia de Chile es notable.

Panamá tiene 0,88 muertos por cada 100.000 habitantes; Ecuador, 0,7; y República Dominicana, 0,56. Mientras que Chile solo tiene 0,09 víctimas fatales por cada 100.000. Esto lo ubica como una de las naciones que mejor ha logrado contener el porcentaje de muertes de la región.

La cantidad de tests es fundamental

Según cifras del gobierno se realizan unas 3000 pruebas al día, lo que representa el mayor número total de pruebas por habitante en América Latina .

Solo por dar un ejemplo, en Ecuador se han hecho 8521 tests en total desde el comienzo del brote, el 29 de febrero, hasta el 31 de marzo. Y empezó abril entre los que suma más muertos per cápita de Sudamérica. Chile está haciendo una cantidad de pruebas impresionante. Tiene una capacidad de muestreo muy, muy grande. Es importante que Chile se haya podido anticipar y adquirir una gran cantidad de reactivos y entrenar suficiente cantidad de laboratoristas para poder hacerlo. Chile cuenta con 49 laboratorios con capacidad de hacer diagnósticos.

Hasta las peores curvas se achatan

EEUU y Gran Bretaña registran una explosión de contagios y muertes; Francia se les acerca. En Italia y España el número de casos de muertos se cuenta por cientos por día mientras se hunden por las cifras de víctimas y por un encierro sin vistas de terminar. Pero en ambos países hay más señales positivas de lo que parece.

Washington fue, de hecho, el primer blanco, el virus se ensañó en febrero con geriátricos. Horrorizado pero decidido a actuar, el estado impuso en marzo estrictas restricciones que derivaron en un confinamiento total. California le siguió de cerca y su gobernador ordenó la cuarentena obligatoria, mientras Nueva York, epicentro del brote en el país, seguía todavía con su vida normal. El 35% de los testeados en Nueva York da positivo. En Washington y California, ese número es de 8%. En la Argentina esa cifra es de entre 21 y 23%, un número que los expertos creen altos porque es baja la tasa de testeo, que hoy ronda los 500-600 diarios, mientras en Estados Unidos alcanzó, en abril, los 750.000 semanales. También como la Argentina, los dos estados se enfrentarán en un plazo corto al desafío de determinar cómo y cuándo abandonar las cuarentenas sin precipitarse y sin provocar un rebrote.

La mayoría se recupera

Expertos, universidades y organismos internacionales advierten que, probablemente y pese a toda su carga de espanto, los números del coronavirus sean incluso peores a los registrados: más muertos y más contagios, no contabilizados por falta de tests.

Pero entre esos datos hay una cifra luminosa que a veces se pierde, que no cambia y que incluso, puede mejorar: por lo menos el 80% de los infectados se cura. Ya hay 225.000 pacientes en el mundo con el alta total y otros cientos de miles van camino a recibir esa buena noticia.

Pese a que esos casos leves, ese 80% recuperable, apenas reciben la posibilidad de un test, la ciencia sí los considera esenciales para la normalización de la vida una vez que el pico global del coronavirus pase. No sólo porque probablemente ya estén inmunizados o porque su proceso de curación pueda ayudar a dar con mejores tratamientos sino también porque ellos, ajenos a la amenaza, serán los encargados de resucitar a la otra víctima de la gran pandemia, la economía.

A nivel mundial hay síntomas de esperanza: la curva se estabilizó. Estamos en la fase de ralentización. Por delante queda un trabajo igual de esforzado que el de tratar de salvar la mayor cantidad de vidas posibles: bajar la curva, una tendencia que se considerará real una vez que el número de muertos se reduzca durante varios días seguidos. Para hacerlo -según la Organización Mundial de Salud – hay que «buscar agresivamente los casos», rastrear sus contactos y aislarlos. Y, la estrategia será mantener la cuarentena. De esa forma, Italia y España tendrán sistemas de salud más alivianados para enfrentar los rebrotes que ya amenazan a Asia.

Lo que no se mide, también en educación, tampoco se puede mejorar

Un examen de PISA organizado por la OCDE mide anualmente la relación entre educación y economía. El examen detecta una expansión de la desigualdad y la pobreza. La mayor inversión en educación no se traduce necesariamente en igualdad de oportunidades.
Autoconocimiento. El estudiante desconoce cuán productivo es para estudiar. Se compara con sus pares y adopta los parámetros de su grupo. Prefiere ser normal que ser mejor. Productividad es el coeficiente entre el tiempo empleado y el esfuerzo realizado con los resultados obtenidos. Sin productividad ni estrategia se falla al planear. Y el que falla al planear planea fracasar.

Hay tests para medir la comprensión en la lectura, en la escucha, las técnicas de estudio, concentración, memoria, facilidad de palabra oral y escrita, creatividad, resolución de problemas. No es bueno leer rápido si lo que entra por un oído se escapa por el otro, ni distraerse a cada rato. Estudiar usando la fuerza bruta produce rendimientos decrecientes.

Se puede mejorar lo que se puede medir

Pregúntele a un estudiante si conoce su nivel de velocidad y comprensión en la lectura. Le contestará que no. Esta es la fórmula:
PLM= (palabras leídas por minuto) = palabras leídas sobre tiempo empleado. Un lector muy lento lee entre 20 y 50 palabras por minuto. Los mejores lectores superan las 500 palabras y los aventajan también en comprensión. No saber administrar el tiempo impide llegar preparado al día del examen. No presentarse a rendir se decide días antes de la fecha, lo que revela una clara pérdida de tiempo. Los griegos afirmaron la importancia del autoconocimiento de las fortalezas y debilidades, de las oportunidades y las amenazas de mantener el status quo. El pensador estratégico sabe dónde está hoy, dónde quiere estar mañana y qué hará para conseguirlo.

Benchmarking

Así como el pez es el último en advertir que el agua existe, porque es su medio natural, el estudiante no advierte sus fallas. Una forma de mejorar es compararse con modelos de excelencia. El benchmarking es confrontar con las mejores prácticas: ¿Qué puedo mejorar? ¿Quién será mi modelo? ¿Qué diferencias nos separan? ¿Cómo cerrar la brecha? Elegir bien el blanco es crucial, luego hay que seleccionar la ruta. Cuanto más se decepciona, más rebaja su autoestima. El envidioso no desea mejorar, quiere ver al otro destruido. Admitir su superioridad permite tomarlo como modelo. La admiración es una fuerza psicológica potente.

PNL, Programación neurolingüística

La admiración se hace emulación y deseo de igualar al modelo. La PNL enseña a organizar el mundo en nuestra mente. Usa la comunicación para crecer, conocer mejor a los demás y conocerse a sí mismo. Casi todo se aprende por imitación. Aprender es modificar la memoria incorporando lo nuevo y la capacidad para enfrentar los desafíos que presenta la vida. El drama no es copiar sino imitar malos ejemplos, no saber usar el conocimiento ni modificarlo, o tener un radar para captar lo que quieren los demás sin hallar la brújula del autoconocimiento para alumbrar el propio camino.

La PNL permite copiar a los ganadores y la destrucción creativa mejorar eliminando defectos. La clave es pasar de la imitación a la innovación y a la invención. Es la diferencia entre creatividad bohemia e innovación aplicada. Los japoneses, después de la 2da guerra, copiaron los productos que fabricaba EEUU, los mejoraban, bajaban su costo y luego se los exportaban.

Cambiar de método

Einstein definió la locura como querer mejorar pero seguir haciendo lo mismo. La diferencia entre alto y bajo rendimiento no está en el hardware, que es similar, sino en el software que lo hace funcionar. En la década del cerebro -1990-2000- las neurociencias pudieron observan al cerebro mientras piensa. Tal avance no fue aprovechado por la educación.

Si resucitara un maestro del siglo xix podría dar sus clases sin problemas. El niño aprende naturalmente, antes de ingresar a la escuela, allí se le enseña artificialmente.

Se empieza a morir cuando se deja de aprender, vivimos aprendiendo. No basta con saber, hay que saber hacer. Resulta difícil desaprender malos hábitos, de tanto repetirlos se automatizan las conexiones neuronales. Se aprende menos viendo o escuchando que haciendo y corrigiendo errores. Con la capacidad de hacer no se nace, se hace. El hacedor ejecuta lo que otro no puede o no quiere. Las claves son el entusiasmo y la voluntad.

Inteligencia múltiples

Si alguien comprueba su bajo rendimiento suele visitar al médico, pero eso no se soluciona con pastillas. Si va al psicólogo advertirá que el psicoanálisis requiere mucho tiempo. La mejor alternativa es aprender cómo funciona su cerebro y saber utilizarlo. Hay que descubrir al genio interior que nos habita, como descubrió la teoría de las inteligencias múltiples. Cuando la vocación emerge se debe desarrollar la energía con inteligencias complementarias: emocional, creativa, estratégica y social. Poder inteligente es querer con eficacia. Séneca decía que no hay vientos favorables para el que no sabe a dónde quiere llegar. Sin neuróbica -entrenamiento mental- el hombre es la cenicienta de las neurociencias. Ciencia sin conciencia en ceniciencia. El mejor laboratorio mental debería ser el aula.

La materia prima esencial

No es la gente el problema, los ciudadanos de países populistas triunfan en el mundo. No es el tamaño. Japón importa todo, no tiene recursos naturales y su territorio es una fábrica flotante. Suiza no tiene cacao y produce el mejor chocolate, los mejores relojes y es la caja fuerte del mundo. No es la historia. Países antiguos como Egipto eternizan la pobreza y otros de 150 años como Australia son ricos. Es la educación. Finlandia hace 10 años dijo: somos pobres, debemos educar e igualar oportunidades. Hoy tiene el 3% de pobreza infantil, corrupción cero y lidera en educación. Es la ideología. China progresó cuando la cambió: no importa el color del gato sino que cace ratones.

El populismo formatea la maldición de los recursos naturales. La materia prima clave es la materia gris, que sólo se hace valiosa con una buena educación. Mirar sólo a corto plazo puede matar al largo plazo. Como el futuro no existe, debemos inventarlo. Los tests colectivos e individuales son fundamentales. Usted puede medir lo que quiere mejorar en ilvem.com

Dr. Horacio Krell Director de Ilvem. Contacto horaciokrell@ilvem.com
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