El problema de los problemas

El problema de los problemas
por Dr. Horacio Krell*

La vida está definida por los problemas que elegimos enfrentar.

Algunas personas optan por problemas inmediatos y limitados, como encontrar un empleo estable, sin considerar el impacto a largo plazo de esa elección.

Así, quedan atrapadas en la llamada «carrera de las ratas»: trabajan para ganar dinero, pero cuanto más ganan, más gastan, sin construir una verdadera estabilidad financiera.

Para evitar este ciclo es clave aprender tres principios fundamentales:

La educación financiera es una moneda que nunca se devalúa. Invertir en uno mismo es la mejor decisión, porque cuando la mente se fortalece, el bolsillo se llena por añadidura.

Los problemas no son el enemigo

Los problemas tienen mala reputación, pero sin ellos la vida sería aburrida y la inteligencia perdería su propósito. Como decía Sherlock Holmes: “Escucha la voz del problema, reclama su solución”. Un problema no desaparece ignorándolo; si no se resuelve, retorna con mayor intensidad.

En lugar de reaccionar apresuradamente, debemos aprender a analizar los problemas con profundidad. La primera idea que nos viene a la mente no siempre es la mejor. A veces, la respuesta correcta surge después de reflexionar con calma. En el ámbito del marketing, se dice que del problema nace la oportunidad: la lluvia es un obstáculo para un evento al aire libre, pero una oportunidad para el vendedor de paraguas.

Ampliando la visión: pensamiento estratégico

Edward de Bono propuso el método de los «sombreros para pensar» para abordar los problemas desde distintos ángulos:

La tormenta de ideas (brainstorming) es otra herramienta poderosa para encontrar soluciones colectivas. En lugar de rechazar los problemas, la clave es enamorarse del problema.

Enamorarse del problema

Thomas Edison no consideró fracasos los mil intentos fallidos antes de inventar la bombilla eléctrica. Para él, cada intento descartado era un paso más hacia la solución correcta. La persistencia y la pasión por resolver un problema son esenciales para el éxito.
Si un problema afecta a muchas personas, se convierte en una oportunidad valiosa. Antes de desarrollar una solución, es crucial asegurarse de que el problema realmente existe y que su impacto es significativo.

Para evaluar un problema, debemos preguntarnos:

La Pasión como motor del cambio

La pasión por resolver un problema debe ser más fuerte que el miedo al fracaso o al costo de oportunidad. No basta con tener una gran idea; también se necesita la determinación para convertirla en realidad. El costo de oportunidad es el precio de dejar otras opciones para enfocarse en un solo camino.

Si bien cada persona es su propia muestra de referencia, no debemos asumir que todos piensan igual. Escuchar a otros nos permite validar si un problema es realmente relevante. La percepción es subjetiva: lo que para unos es un problema, para otros puede no serlo. Solo cuando varias personas describen el mismo problema desde distintos ángulos, sabemos que es real.

Emprender: un camino sin atajos

Crear una startup no es fácil. Muchas veces nos preguntaremos: ¿Por qué me metí en esto? Si no estamos completamente comprometidos con el problema, será difícil superar los momentos difíciles.

Algunas lecciones clave para quienes emprenden:

Para tener éxito, debemos encontrar un gran problema que valga la pena solucionar y preguntar quién lo sufre. Luego, hablar con esas personas para entender cómo lo perciben.

El arte de elegir buenos problemas

Conclusión: Elige con Sabiduría

Los problemas no son obstáculos, sino oportunidades disfrazadas. Elegirlos sabiamente determinará el curso de nuestra vida.

*Dr. Horacio Krell. Director de Ilvem. horaciokrell@ilvem.com
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