Los Pecados Capitales de los Trabajadores

Como les contaba en mi editorial anterior, estoy trabajando en nuevos materiales para mis presentaciones lo cual me apasiona porque me encuentro con muchas lecturas apasionantes que disparan nuevas ideas.

Pero, nobleza obliga, el tema de los Pecados Capitales Emprendedores trajo mucha cola y hubo varios que se animaron a pedir que hablemos sobre los pecados de los empleados. ¿Y porque no?, me dije…

Me puse a buscar y entre todo el material que encontré, comparto este que prepararon Ivonne Vargas Hernández y Arturo Jiménez para el excelente sitio mexicano de CNN Expansión.

Estos son los Pecados Capitales del trabajador

Acoso

El compañero que insulta, intimida, amenaza o agrede físicamente a sus colegas está incurriendo en el mobbing o acoso laboral.
Las humillaciones en público, el rechazo, el chantaje, incluso los apodos que se les ponen a otros empleados también son violencia.
Quien comete mobbing también debe analizar si sus acciones se deben a la cultura de competitividad que practica su empresa, la cual detona la rivalidad, los celos, la envidia, el resentimiento y la frustración.

Facebook y Twitter
Los empleados que desean estar en línea todo el tiempo y sufren ansiedad, estrés y mal humor si no están conectados, sufren de un fenómeno llamado ‘infoxicación’ o adicción al Internet.
Este problema afecta la productividad de los trabajadores. Algunos estudios indican que entre más alto sea el puesto, hay mayor inquietud por estar ‘conectado’, menciona Katia Villafuerte, directora de la licenciatura en Psicología organizacional del Tecnológico de Monterrey, campus Santa Fe.
Los trabajadores deben entender que tienen que cumplir con responsabilidades y competencias en su organización y ser capaces de organizar sus tiempos.
Si el trabajador ha detectado su adicción, lo mejor es tratarla con un psicólogo, indica la especialista.
La empresa puede establecer una estrategia sobre el uso de Internet que, lejos de restringir su uso a unos y permitírselo a otros, debe pensar en las formas en que los empleados se conectarán, según su perfil laboral, necesidades de trabajo y de conexión.

Enfurecer al jefe
Si optas por arrebatar la palabra a un superior, desafiarlo continuamente y marcar sus errores te verán en tu trabajo como alguien totalmente fuera de lugar.
En toda compañía hay reglas que, aunque no estén escritas, conforman la convivencia en la oficina, como evitar enfurecer al jefe. Identificar esos aspectos y seguirlos facilita tu desempeño laboral.
Si quieres conseguir algo del jefe es mejor por la tarde, período en el que suele estar más tranquilo. En cambio, para tratar un asunto con el director de mayor jerarquía, un buen horario es después de las 20:00, cuando seguramente concluyó sus pendientes. La clave en la relación jefe- colaborador es mostrarse institucional y preparado.
«El protocolo empresarial debe seguirse, y si hay diferencias, hay que buscar otra forma de corregirlas que no esté relacionado con retar al otro en todo momento», explica Leticia Pérez, psicóloga por la UNAM y orientadora vocacional.

Ser chismoso y hablador
El colaborador que es considerado como hablador es quien invierte gran parte del día paseándose por  el escritorio de los colegas, o buscando por Internet información sobre ellos para hablar y actualizar las noticias en la oficina. Para esta persona no importa si hay urgencia por concluir un proyecto. Su meta es dar cuanto detalle sea posible de la vida personal y laboral de los otros.  El ‘radio pasillo’ es un infaltable en todas las organizaciones, pero eso no implica que formes parte de él y empieces a generar conductas que te pongan en la lista de los ‘malos elementos’, recomienda Erick López, gerente comercial regional para México, Centroamérica y República Dominicana de Manpower.
Procura mantener lo personal alejado de lo laboral, si estás pasando por un mal momento busca la ayuda de un especialista, y en el trabajo practica acciones concretas que te ayuden a mejorar tu estado de ánimo, como buscar alternativas para un nuevo proyecto o escuchar tu canción preferida por la mañana.

 

Quejarse de todo
¿Quieres conservar tu empleo? Entonces tienes que dejar de quejarte por todo: «el trabajo, la política de la empresa, los salarios», indica Erick López, gerente comercial regional para México, Centroamérica y República Dominicana de Manpower.
Para esto, no esperes a que empiece o pase una tormenta laboral, invierte tiempo en preguntarte cuáles son las situaciones que te molestan, por qué y busca una solución. Debido a que los incrementos salariales están siendo complicados, puedes tratar de negociar otro apoyo que te haga sentir mejor en tu puesto.
En una etapa de recesión de empleos, la tendencia es que el trabajador absorba cierta carga ‘adicional’ de trabajo; aquí la empresa espera que te sumes a ese nuevo esfuerzo y que se haga el tiempo más productivo.

Quedarse atrás
Hace algunos años, para sobrevivir en el trabajo había que sacar los pendientes y por supuesto ser leales; sin embargo, hoy la supervivencia en el trabajo está ligada a otro elemento: estar preparado o capacitarse constantemente.
Evalúa en qué momento del camino de la capacitación te quedaste, es decir, cuándo fue la última vez que tomaste un taller. Identifica qué conocimientos y habilidades tienen mayor demanda en la organización, y trata de mejorarlos. Por ejemplo, puedes estudiar otro idioma.
Hay que grabarse esta consigna: la empresa no es responsable de tu capacitación, tú lo eres, y los escenarios cambiantes demandan que aprendas – continuamente- otras capacidades y habilidades; de lo contrario, estarás obsoleto. Crea un plan de destrezas nuevas a desarrollar, según tus metas planteadas.

No seas workaholic
Las personas que trabajan de forma compulsiva y suelen escapar de ciertas situaciones personales refugiándose en la oficina, son llamados workoholics o adictos al trabajo.
A este tipo de trabajadores no les basta con dedicar muchas horas a la semana a sus pendientes, sino que optan por aceptar cualquier otro proyecto que se les asigne, aunque ello implique trabajar fines de semana y días festivos.
Los empleados que viven este problema están simultáneamente en varios asuntos, sin importar si los disfruta; parece que viven a contrarreloj y tienen escaso o nulo tiempo para otras actividades, como convivir con amigos. Se sienten culpables, por ejemplo, si dedican una parte de su fin de semana a una cosa diferente, como leer un libro en lugar de algún pendiente de la oficina.
A largo plazo, el ritmo laboral que llevan -tan prolongado y sin control- los hace caer en errores o no pueden cumplir con las fechas y las metas establecidas, explica Julieta González Noriega, psicóloga de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
A ello se agrega que terminan siendo un elemento controversial en las empresas, porque obligan a otros a mantener la misma dinámica que ellos, por lo que se crean problemas entre los integrantes del equipo.
Para evitarlo, el trabajador y la empresa deben respetar los horarios del trabajo establecidos.
Tomarse un descanso a la mitad del día para regresar fresco y con energía nueva puede hacer maravillas para la moral y la productividad.

Presentismo
El presentismo se da cuando el colaborador trabaja más allá de su horario normal, con el propósito de hacer notar su presencia en la oficina y en sus funciones. Este fenómeno es causado por el temor de perder el empleo, según la consultora de Recursos Humanos Randstad.
Aunque los empleados trabajan de más, no significa que sean productivos: «puede estar en la oficina hasta que el jefe se va, pero no es sinónimo de ser más trabajador o rentable, sino de que intenta cumplir con la imagen de que está laborando», explica Maricela Franco, psicóloga de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, de la UNAM.
Para evitarlo, las empresas deben disponer de más personas, si es necesario, para que el equipo no tenga que extender su horario para lograr resultados, comenta Margarita Chico, directora de Trabajando.com México.
También es importante volverse ‘selectivo’ en la contestación de correos y llamadas. En caso de que la sobrecarga laboral sea evidente, hay que buscar la oportunidad de platicar esa situación con el jefe, señalando cuáles son los resultados que tú has tenido hasta el momento, y cómo podrían mejorar éstos si hay otra persona que los apoye.

Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.

Marcelo Berenstein
emprendedores@emprendedoresnews.com

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