A los emprendedores les encanta oir que en el mundo hay dinero disponible para startups y que los inversores están ansiosos por recibir más proyectos para apostar. Pero tienen que saber qué le encanta oir a los inversionistas.
Con la irrupción de incubadoras y aceleradoras, los emprendedores tienen mayores chanches de acceder a financiación que nunca antes. Pero aunque en el mundo de la inversión sobra dinero para colocar en startups, los empresarios noveles se enfocan tanto en su proyecto que descuidan averiguar que necesitan escuchar de ellos, los inversores.
Un inversor rechaza en promedio un 30% de los proyectos recibidos por tener un plan de negocio poco elaborado. Un 20% de los proyectos queda en el camino por llegar al inversor errado, otro 20% no recibe inversión porque su equipo emprendedor no convence y el resto por otras dos grandes razones: el proyecto no es comprendido por el inversor y por no llegar a un acuerdo entre ambas partes.
Aunque nadie puede garantizar el éxito de la gestión, presentar al inversor correcto con un plan de negocios bien hecho y un equipo directivo apropiado, puede tener un final feliz prestando atención a estas tres cosas que todo inversor quiere escuchar:
1. «A partir del segundo mes comenzamos a tener ingresos de caja»
Aunque el ingreso de caja sea pequeño, para el inversor es importante que se genere tan rápido porque es señal de que podrán conseguir más financiación después.. Para crecer siempre se necesita dinero y si el mercado confía desde el inicio de la compañía es buena señal.
2. «Este es el dinero preciso que necesitamos»
El plan financiero de tu plan de negocio es anual aunque es necesario desagregarlo por mes con énfasis en el flujo de caja para saber cuánto y cuándo hace falta en cada momento. El plan de financiación debe prepararse planteando objetivos cumplidos. Es sencillo, si consigues un objetivo e inmediatamente sales a buscar dinero, las chances de conseguirlo crecen y más barato.
3. «Hice bien los cálculos y no necesito tanto dinero»
Muchas veces los emprendedores calculan mal el dinero que necesitan. Piden una cifra pero al revisar los números surge que se quedaron cortos o pidieron de más. Esto pasa porque lo calculan sumando las inversiones que tienen que hacer o los costos sin considerar el flujo de caja que marca las necesidades de financiación. Los emprendedores buscan financiación para activos fijos y se olvidan del circulante.