Los inventores no descansan. Buscan permanentemente innovar para mejorar la calidad de vida de nosotros, sus compañeros planetarios. Pero muchas veces, el proceso inventivo no toma en cuenta lo bizarro y lo absurdo como el caso de estos elementos de cocina.
Funda para comer pollo con la mano
Ya lo dice el refrán «más bueno que comer pollo con la mano». Claro que nadie especificó que los dedos deberían ensuciarse, por eso estas fundas para dedos descartables te harán feliz. Podrás comer la pechuga con la mano y después jugar con tu tablet un segundo después sin dejar hecha un asco la pantalla.
Dedo tenedor para picadas
Elemento ideal para usar en las picadas con familia, amigos y extraño!!!. Pensado para que nadie se quede sin comer por carencia de palillos, llegó este dedo tenedor. En realidad se trata de una funda para dedo con un pequeño tenedor en la punta que nos pone a salvo de microbios ajenos.
La Teta Cola
¡Qué decir de esta funda para latas con forma de teta!. De lo que no cabe dudas es que se trata de un producto diferente y original ideal para gente con….Edipo
Ventilador para fideos
Nada más incómodo para un occidental que comer con palitos y que la comida, además, esté muy caliente. Pero, como todo en la vida, esto también tiene solució con este práctico enfriador de fideos chinos.
Servilleta para el rostro
Pocas cosas son tan molestas como comer fideos al fileto y terminar con la cara llena de salsa. Este babero para la cara es una solución que deja abierta la puerta para un interrogante interno: ¿Preferimos mancharnos la cara o hacer el ridículo al usar la servilleta facial?
Hillary, la rompenueces
Divertido, práctico y original. La única duda es si es merchandis de campaña demócrata o republicana.
El desgranador de choclos
La solución definitiva para la ingrata tarea de desgranar choclos. Decile chau a las latas!
Cubre dedos
¿Eres de los que se cortan o rallan los dedos como yo en la cocina? Para los voluntariosos pero torpes llegó este práctico protector de dedos
Candado antirobo de comida
Ideal para acabar con los sospechosos de siempre en la oficina. Cerras la tapa del frasco, ponés el candado numérico y tu comida queda a salvo de las tentaciones ajenas