El emprendedor, Maximiliano De Muro cuenta su visión sobre la conexión entre los emprendedores uruguayos y el acceso al mercado de capitales de riesgo internacional
Si bien un buen escenario para un startup es ser “autosuficiente” y que la propia inversión surja de sus propios beneficios, en muchos casos es necesario acceder al mercado de capital de riesgo, ya que esto conlleva beneficios más allá del capital recibido: revalorización, más y mejor innovación, socios de alto perfil, mayores posibilidades de exit, entre otros.
Existen en Uruguay varias organizaciones que apoyan a los emprendedores con capital financiero y/o industrial, destacándose Endeavor o la Agencia Nacional de Investigación e Innovación, ya que motivan a “pensar en grande” a sus emprendedores.
Nuestro país cuenta con notables casos de emprendedores que han logrado llamar la atención tanto de “venture capitals” como “angel investors” mediante los cuales no solo han logrado acceso a financiación, sino que también pudieron realizar un “exit” lo cual significa básicamente ser “comprado” por otra empresa de un rubro similar o complementario.
En los últimos años se ha acelerado de forma sostenible el desembarco de empresas de capital de riesgo en la región. Ya no es necesario ir a Silicon Valley para acceder a ellos. Muchos se están instalando en ciudades como San Pablo, ávidos de conocer los planes de internacionalización regionales de los startups para realizar nuevas inversiones.
Actualmente Uruguay se encuentra en una posición envidiable para posicionarse más allá de un polo de servicios tecnológicos. Nuestra estabilidad democrática y económica nos permite ser una natural extensión de grandes mercados como el brasileño. Esto indirectamente genera una mayor cercanía desde y hacia esas empresas de inversión de riesgo.
Es importante repasar las características básicas que debe tener un emprendedor a la hora de buscar financiación internacional:
1. Contar con un producto mínimo viable (MVP).
2. Tener con métricas de uso y tracción de su producto o servicio (metrics and traction).
3. Proyecciones financieras realistas.
4. Conocer perfectamente el mercado al que se apunta y a los competidores más próximos.
5. Ser asertivo y contar con socios que se complementen entre sí.
6. Tener foco absoluto en el desarrollo de negocio del producto o servicio.
7. Valores humanos y sentido ético.
En los últimos tiempos se han puesto de moda las aceleradoras e incubadoras. Casos como el de 500startups o Techstars pueden ser perfectamente replicados en la región, agregando valor a todo el ecosistema de emprendedores e inversores. Es interesante destacar que potencialmente, un emprendedor se puede transformar también en inversor.
También existe el modelo de “crowdfunding” que permite a cualquier emprendedor “postular” su proyecto y que cualquier persona pueda invertir de forma colaborativa. Uruguay tiene mucha capacidad de emprendimiento más allá del área puramente tecnológica y el modelo de crowdfunding puede ser perfectamente aplicado para otras áreas.
Finalmente, es muy importante trabajar activamente para lograr que los inversores tradicionales y/o institucionales empiecen a ver las oportunidades que la innovación tanto tecnológica como artística y cultural puede permitirles tener diversidad y novedosos instrumentos adicionales de inversión para sus fondos.
* Maximiliano De Muro. Uruguayo. Emprendedor y facilitador. A cargo del desarrollo de negocio de Mola.com en América Latina y Brasil.
Fuente: El Observador