El emprendedor que da lo mejor de sí mismo…

Emprender no remite únicamente a crear una empresa, conseguir  capital o liderar un proyecto.

Emprender se refiere también  a una actitud de vida. Si sos proactivo o reactivo; provocador y cazador de oportunidades o más bien sos de los que esperan sentados que las cosas ocurran.

Emprender también tiene que ver con la búsqueda de la excelencia en lo que hagas. Las cosas, como los negocios, pueden salir bien o mal pero nunca hay que hacerlas a medias.

El tema es ser coherentes en pensamiento, palabra y acción.  Y lo que hagamos, hagámoslo con todo, nunca regulando esfuerzos y sin especulaciones.  Dar siempre lo mejor de uno mismo trae recompensas inesperadas; regular esfuerzos también, pero a veces en sentido inverso.

Actuemos y vivamos sintiendo que estamos construyendo la casa propia con nuestras propias manos. Construyamos con sabiduría, fortaleza y pasión. Y hagámoslo a diario, porque cada momento puede ser el último y entonces la vida merece ser vivida a pleno y sin especular.

Que no nos pase como al albañil de este cuento:

“Un maestro mayor de obras, entrado en años, estaba listo para retirarse a disfrutar su jubilación. Le contó a su jefe acerca de sus planes de dejar el trabajo para llevar una vida más placentera con su esposa y su familia. Iba a extrañar su salario mensual, pero necesitaba retirarse; ya se las arreglarían de alguna manera.

El jefe se dio cuenta de que era inevitable que su buen empleado dejara la compañía y le pidió, como favor personal, que hiciera el último esfuerzo: construir una casa más. El hombre accedió y comenzó su trabajo, pero se veía a las claras que no estaba poniendo el corazón en lo que hacía. Utilizaba materiales de inferior calidad, y su trabajo, lo mismo que el de sus ayudantes, era deficiente. Era una infortunada manera de poner punto final a su carrera.

Cuando el albañil terminó el trabajo, el jefe fue a inspeccionar la casa y le extendió las llaves de la puerta principal.

 «Esta es tu casa, querido amigo -dijo-. Es un regalo para ti».

Si el albañil hubiera sabido que estaba construyendo su propia casa, seguramente la hubiera hecho totalmente diferente. ¡Ahora tendría que vivir en la casa imperfecta que había construido!”

Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.

Marcelo Berenstein
mberenstein@emprendedoresnews.com

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