Un fuerte crecimiento están viviendo las incubadoras de negocios en el país. Luego que en 2010 se decidiera reformular y modificar por completo la entrega de recursos estatales a estas iniciativas, al eliminar, por ejemplo, el pago por proyecto apoyado y modificarlo por “premios” según el crecimiento o éxito del emprendimiento, la industria vive nuevos aires y está repercutiendo positivamente en los emprendedores. Así lo revelan las cifras de la industria. Si en 2011 se incubaron 342 proyectos, en 2012 se más que duplicó llegando a 704 emprendimientos.
Una situación más relevante aún se está viendo en el acceso financiero para hacer crecer el negocio por parte de las iniciativas incubadas. El año pasado se levantó capital por US$ 12,5 millones, los que en su mayoría provinieron de fondos de capital de riesgo, inversionistas privados o créditos personales. El monto representa cinco veces más a lo registrado en 2011, cuando se llegó a sólo US$ 2,5 millones.
“Estamos contentos con los cambios implementados porque ha modificado la dinámica de la industria, que estaba muy cargada hacia la academia, y fondos de capital de riesgo que andaban preocupados de otras cosas”, explica el gerente de Emprendimiento de Corfo, Cristóbal Undurraga, tras hacer un balance del sector del período 2010-2012.
En su momento, llegaron a existir 29 incubadoras a lo largo de Chile, y hoy quedan 22 en operación, que en su mayoría están al alero de las universidades, entre ellas, IncubaUC, de la Universidad Católica; UDD Ventures, de la U. del Desarrollo; IdeaIncuba, de la U. de Concepción o Austral Incuba, de la Universidad Austral. Pero también hay de privados o institucionales, como Movistar Innova, de Movistar; o Santiago Innova de la Municipalidad de Santiago, entre otras. Pero ninguna aún se puede sustentar por si sola, acota Undurraga.
La nueva forma de acceder a financiamiento por parte de las incubadoras está generando una selección más minuciosa de los emprendedores, y varias de ellas comenzaron a hacer “campamentos” o concursos de envergadura para seleccionar los startups, a reclutar mentores de trayectoria o iniciar giras al extranjero para que los incubados armen redes de contacto, afinen los proyectos y logren conexión global.
Respecto a casos de éxito que puede tener la industria, Undurraga acota que aún es prematuro tenerlo, pero sí se puede medir a partir de las ventas de las iniciativas apoyadas. Así, explica que en 2012 se registró una facturación por $ 8.114 millones, casi tres veces más a lo obtenido en 2011 con $ 3.464 millones.
Desafíos
Pese al crecimiento del sector, aún tiene muchos puntos que abordar para seguir creciendo, no en número de entidades, sino en gestión misma, explica Undurraga.
Además de lograr la sustentabilidad financiera, acota que es fundamental que armen los equipos correctos para que generen valor a sus incubados, y que las entidades, sobre todo de regiones, extiendan sus redes no tanto al extranjero, sino en el país.
“Para un emprendedor es importante tener acceso al comportamiento de la industria, financiamiento y otros emprendedores. Hacer misiones por Chile es más efectivo, porque el emprendedor de Arica no sabe lo que está pasando en Talca, por ejemplo”, dice. Y para transparentar la labor de las incubadoras y los startups puedan tener información certera de su actuar, se entregarán reportes públicos periódicos de la industria.
fuente: Diario Financiero