#VISIÓN: 3 paradigmas sobre la diversidad en las empresas

Dado el incremento de la diversidad de la fuerza laboral en las empresas de hoy, se ha vuelto imperante contar con un modelo de gestión de la diversidad que permita apalancarse en las diferencias para generar un mejor desempeño. David Thomas & Robin Ely, de la Universidad de Harvard, identificaron 3 paradigmas para la gestión de la diversidad. Analicemos cuáles son:

1. Paradigma de la no discriminación y equidad

El eslogan detrás de este paradigma es “somos todos iguales, no hay diferencias” (o al menos aspiramos a ser iguales). El foco está puesto en la equidad de oportunidades, el trato justo y el cumplimiento de los cupos legales de empleo (es decir, la no discriminación). Existen reglas corporativas desde arriba-hacia-abajo que crean un orden determinado. Hay presión para asimilarse, ya que las diferencias pueden atentar contra la armonía. Como pueden imaginarse, si las personas no pueden ser auténticas y expresarse como realmente son, pueden llegar a sentirse desmotivados y excluidos, lo cual impacta negativamente en la productividad.

2. Paradigma del acceso y la legitimidad

Este paradigma suele utilizarse para demostrar una razón empresarial para impulsar la diversidad. La filosofía detrás del paradigma es: “Mientras más diversa sea nuestra fuerza laboral mejor podremos comprender y atender a nuestros clientes y ganar legitimidad con ellos”. La motivación por aumentar la diversidad la ofrece el potencial crecimiento en el mercado y la ventaja competitiva esperada. Sin embargo, al igual que el paradigma de la no discriminación y equidad, sigue sin analizarse cómo podrían integrarse las diferencias culturales el trabajo de la firma. En este caso se destacan y celebran las diferencias, pero no se construye a partir de ellas. Sin la utilidad comercial o estratégica en determinado segmento del mercado, el talento diverso no se aprecia y no tiene acceso a otras oportunidades en la firma.

3. Paradigma de aprendizaje y efectividad

La filosofía detrás de este paradigma está centrada en el concepto de integración, donde “somos lo mismo con nuestras diferencias, no a pesar de ellas”. Las perspectivas y experiencias son compartidas, y de esta manera, la diversidad es un recurso de aprendizaje. Las diferencias y su valor son reconocidos. No se limita a “hablar sobre nuestras diferencias”, sino que las diferencias son aceptadas, discutidas y aprovechadas. Sin duda hay más posibilidades de conflicto en este paradigma, pero de una manera constructiva. Y esto exige que la diversidad sea gestionada adecuadamente, con un discurso honesto, con el coraje de mantener conversaciones sobre situaciones desconocidas, y con la habilidad de resolver el conflicto con sensibilidad y eficacia.

De acuerdo a nuestra experiencia en América Latina, nos hemos encontrado con que la mayoría de las organizaciones se encuentran trabajando en base a los 2 primeros paradigmas. Estamos convencidos de que es necesario un nuevo paradigma sobre la diversidad si es que queremos desatar los poderosos beneficios de una fuerza laboral diversa. Esto exige un cambio fundamental en las actitudes y comportamientos del liderazgo de una compañía. Sólo cuando las compañías comiencen a pensar sobre la diversidad de manera holística, como una proveedora de enfoques laborales frescos y significativos, y dejen de asumir que la diversidad se relaciona sólo a cómo una persona se ve o de dónde proviene, entonces podrán cosechar plenamente sus recompensas.

Blog Inteligencia Cultural

Exit mobile version