¿Sabes cuánto puede afectar la iluminación a tu desempeño en el trabajo?

Muchas veces no es tenida en cuenta, pero la iluminación en tu ambiente de trabajo es esencial para cumplir de manera óptima. Entérate en el siguiente artículo qué luces son las mejores para mejorar tu ánimo y tu desempeño.

Quizás nunca lo habías pensado, pero considerando que pasamos entre un cuarto y un tercio de nuestro día en el ambiente de trabajo -sobretodo en trabajos de oficina-, la iluminación es un factor clave que va a influir tanto en la forma que hagas tu labor como en tu humor.

A pesar de ello, no siempre es materia de asesoramiento ni integra las decisiones estratégicas de los responsables de las empresas o los propios trabajadores. Una especialista señala que si se toman las medidas correctas, se puede ahorrar energía y aumentar el buen clima en el ambiente de trabajo.

En este sentido, prestándole la atención que se merece a los de artefactos de iluminación para oficinas, una empresa tiene la posibilidad de reducir hasta un 90% el consumo de energía eléctrica y, por consiguiente, el coste de la factura de la luz.

Para conseguir este sorprendente resultado hay que acudir al servicio de las tecnologías más eficientes, como por ejemplo las parrillas LED. Una opción más que interesante para alumbrar espacios comunes que necesitan una luz general. Y para aquellos espacios que necesiten una luz puntual, los focos LED se han convertido en un imprescindible.

Adicionalmente, también hay que tener en cuenta escoger un número de lúmenes correcto para poseer una intensidad iluminación óptima, del mismo modo, una temperatura de color blanca fría de 4000K para activar el cerebro y mejorar la eficiencia.

Al combinar todos estos factores es necesario pensar en un equilibrio inteligente entre la luz natural y la iluminación artificial. Si bien a priori se puede pensar que la luz natural es la mejor opción, en muchos trabajos ello puede resultar molesto debido a la intensidad que pueda alcanzar y el reflejo que esta produce, el cual además de ser incómodo puede terminar dañándote la vista. Un ejemplo claro de ello son las luces de los monitores, como el de tu computador personal.

Un último consejo: la luz en tu ambiente de trabajo tiene que tender a ser lo más pareja posible, así tus ojos no deben acomodarse constantemente a cambios bruscos entre sectores bien iluminados y otros en penumbras. El balance entre las luces generales y focalizadas es la clave para evitar esa molestia.

Ahora ya lo sabes: aunque nunca lo hubieras imaginado, un buen sistema de iluminación es capaz de estimular la productividad del equipo, afectar el estado de ánimo y crear una sensación de bienestar a los empleados, además de permitir un ahorra en la factura de luz y en el consumo de energía eléctrica, pudiendo optimizar al máximo los recursos.

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