Hace unos días, en una reunión, el responsable de marketing de una de las empresas con las que colaboramos en sus comunicaciones me contó una anécdota.
Dice que una vez, en un reportaje, le preguntaron a Niki Lauda, triple Campeón del mundo de Fórmula 1, porque ganaba las carreras sacándole tanta ventaja a sus competidores.
El respondió, que en toda carrera, siempre, hay un momento crítico en el que por lo general se produce un accidente. “En ese momento, los demás desaceleran, yo aprieto el acelerador a fondo”, dijo.
No se si comparto la fórmula de Niki Lauda para superar las crisis, pero si su espíritu.
Para comenzar, generalmente, si uno analiza a los que hacen, los que tienen éxito o se destacan en algo, no hacen lo mismo que hacen los demás.
Imponen nuevos estándares, incluso nuevos paradigmas.
Hacen algo nuevo, o por lo menos hacen lo mismo de modo diferente.
No podemos pretender que nos vaya distinto a los demás haciendo lo mismo que ellos.
En segundo lugar, estoy convencido que debemos aceptar el riesgo.
Ya se que riesgo es una mala palabra, pero no estoy de acuerdo con eso.
Debemos aceptarlo, convivir con él y controlarlo lo más que podamos.
No hay éxito sin riesgo.
Salir a la calle implica un riesgo. (Lamentablemente cada vez mayor). Confiar en alguien implica un riesgo. Tener sueños implica un riesgo. Vivir, implica un riesgo. No hay vida sin riesgo.
El que no quiera aceptarlo que se quede en su cama.
No estoy diciendo que cometamos locuras o seamos irresponsables.
Estoy diciendo que evaluemos y aceptemos riesgos controlados, lógicos, que nos permitan establecer diferencias.
Ya sabemos que las crisis implican oportunidades.
Las compañías y sus marcas tendrán nuevos escenarios y también nuevas posibilidades de construir o afianzar vínculos con sus consumidores.
La pregunta es quienes las van a aprovechar.
Algunos sacarán ventaja.
Quienes interpreten la demanda, la acompañen y no la abandonen y no abandonen tendrán su recompensa.
La gente descree de todo menos de las marcas. Todavía.
Es un capital que deberemos cuidar en estos nuevos tiempos.
Estrategia, creatividad y una cuota lógica de riesgo.
No es una fórmula. Es un camino que hace diferencia, pero que hay que saber andar y animarse a hacerlo.
Jorge Imhof
Director OpenMind/ISF