La Trampa del Empleado Corporativo

En el último tiempo he tenido la oportunidad de conversar con varias personas que hoy por hoy trabajan como gerentes, directores u otro puesto jerárquico en grandes empresas. Personas talentosas que han sacrificado muchos años para crecer dentro de dichas organizaciones, algunas haciendo carrera fielmente en la misma empresa y otros salpicando de empresa en empresa. En ambos casos han podido crecer y escalar en la cadena alimenticia corporativa.

Muchas de estas personas tienen el “bichito” del emprendedor adentro y tienen latente la idea de abrir su propia empresa y salirse del “camino de la rata” como lo llama Robert Kiyosaky en el libro Padre Rico, Padre Pobre. Yo lo llamo la trampa del emprendedor corporativo.

Pero, salir de esta trampa, a medida que uno crece en la cadena alimenticia corporativa, es cada vez mas difícil. Porqué cada vez el costo de oportunidad de dejar un sueldo corporativo es mayor.

Además, a medida que uno va creciendo en edad, también van creciendo sus necesidades financieras. Al principio comienza con necesidades de educación (pagarse los estudios) y esparcimiento (salidas y viajes) y luego empiezan necesidades materiales como ser el auto, la casa, el amoblamiento, el LCD, etc. Luego cambiar de auto, de casa, etc. Y lo mas importante, mantener a su familia o como yo
siempre digo “pagar el calefón a fin de mes”.

Por eso es que hoy existen muchos emprendedores “frustrados” que trabajan para las corporaciones y están atrapados, casi sin salida.

Si se quieren lanzar al mundo emprendedor y fundar su propia compañía pueden explorar diversos caminos:

1. Lanzar su emprendimiento en forma paralela, hasta que su proyecto genere ingresos y luego hacer el switch .
2. Buscar financiamiento para lanzar su emprendimiento y que este le siga pagando su sueldo.
3. Jugársela, confiar en su proyecto y apostar a que en un corto plazo, su negocio va a permitirle obtener ingresos.

Al primer caso le veo muy bajas probabilidades de éxito. No digo que no sea posible, pero, siempre sostengo que la falta de foco disminuye seriamente las probabilidades de éxito. Hace tiempo escribí un post al respecto.

El segundo caso –emprender en forma paralela- es uno de los caminos mas buscados por los emprendedores latentes que trabajan en el mundo corporativo. Claro, es uno de los caminos más cómodos…

Este caso yo lo dividiría en dos: por un lado aquellos que quieren seguir cobrando el mismo salario corporativo (o casi el mismo salario y beneficios), de forma tal de no arriesgar nada y por el otro aquellos que optan por obtener un ingreso menor arriesgando en menor parte.

Particularmente yo creo que un salario corporativo le hace mucho daño a un start-up, que en las etapas iniciales (start-up propiamente dicho) no cuenta con recursos o bien no cuenta con ingresos suficientes para salir del “valle de la muerte”, que es la etapa donde las empresas gastan más de lo que generan.

Como inversor, yo apoyo firmemente que los emprendedores tengan un salario “no corporativo”. Un salario menor que les permita “pagar el calefón” a fin de mes, de forma tal de no estar preocupados mirando su bolsillo y así estar concentrados en empujar con el “cuchillo en los dientes” al emprendimiento.

Los altos salarios en la etapa del start-up que permiten a sus fundadores cambiarse la casa, el auto, tomarse vacaciones lujosas, etc. carecen de sentido.

Ser empresario, implica asumir “riesgo empresario”.

Pónganse un minuto en los zapatos de un inversor de capital de riesgo. Si un emprendedor no esta dispuesto a arriesgar por su proyecto, ¿por qué un inversor debería arriesgar su dinero e invertir en él?

Es importante que cuando se acerquen a un inversor, antes piensen si están dispuestos a asumir dicho “riesgo empresario”. Ya sea no cobrando salario por un tiempo (tercer caso planteado) o bien cobrando un salario menor. Obviamente, cuando la empresa comienza a crecer, la variable salario debería ir acomodándose de acuerdo a la etapa de la empresa. Si la empresa ya tiene un tamaño importante (corporativa) entonces tiene sentido que sus managers tengan salarios corporativos.

Los start-ups pueden pagar salarios de start-ups, no de empresas multinacionales corporativas.

Por ello, yo agradezco a dios que, allá por los principios de los ‘90s, cuando estaba en la universidad y me presenté a varios programas de Jóvenes Profesionales en empresas multinacionales como ser Coca-Cola, Siemens, Techint y otras, no me hayan seleccionado.

Quizá se hayan dado cuenta que yo era un emprendedor y por ello no me contrataron, quizá yo no tenía las aptitudes necesarias o bien quizá simplemente les encantaba “forrear” a aquellos estudiantes que se presentaban en masa, con sus múltiples entrevistas grupales e individuales…

De todas maneras: gracias por no elegirme. Gracias por no dejarme entrar en el camino de la rata.

Les cuento que el camino del emprendedor no fue fácil. Los primeros 10 años, mordí el polvo. Comí mucha tierra. Veía a mis amigos que hacían carrera en empresas multinacionales y viajaban, se compraban el auto, su casa, etc. Yo por mi lado, vendía el auto, no viajaba, no tenía recursos para casarme, para comprar una casa ni para alquilarla. Y no es que no estaba preparado para ir al mundo corporativo. Hice mi carrera de grado (Lic. En Administracion de Empresas), luego un M.B.A. y finalmente un Post-grado en Telecomunicaciones. Estaba preparado para la corporación. Pero elegí otro camino. O por suerte, no entré en el programa de Jóvenes Profesionales…

En el medio, me toco vivir la explosión de la burbuja punto com (en el 2000), la explosión de las torres gemelas (en el 2001) y la explosión de la Argentina (2001-2002). Allí volví temporalmente al mundo corporativo por un par de años, para poder pagar el calefón (ya estaba casado y con varias deudas). Mi costo de oportunidad de volver a emprender era altisimo. Sin embargo, en Mayo del 2003, volví a saltar a la pileta, sin garantías de ingreso y cuando Internet era una mala palabra despues de que explotó la burbuja punto-com…

En mi caso, el final fue feliz, la historia fue diferente y estoy agradecido por haber elegido el camino del emprendedor y haber salido del camino de la rata.

Los americanos dicen dos grandes refranes (que hoy son frases de cabecera que utilizo frecuentemente): No guts, no glory! … No pain, no gain!

Fuente: Damián Voltes

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