La música atrae cada vez a más inversores

La música está captando la atención de los inversores y la competencia por los catálogos de música y los beneficios que generan está creciendo. La última incursión en esta industria ha sido la de un fondo de inversión gestionado por First State Media Group, que ha comprado el catálogo de la cantante Sheryl Crow. Después de que en julio  la firma de capital riesgo de Henry Kravis y George Roberts adquiriera la participación en la división de derechos musicales de Bertelsmann.

La cantante estadounidense ganadora de tres Grammy ha vendido por unos 10 millones de dólares su catálogo a First State Media Group, un fondo perteneciente a la unidad de gestión de activos del banco australiano Coomonwealth Bank of Australia, según publica The Wall Street Journal. La entidad cuenta entre sus inversores a varios fondos de pensiones de Estados Unidos, Europa y Australia.

First State Media Group ya posee una cartera de aproximadamente 30.000 canciones, la mayoría de las cuales las adquirió de forma conjunta a Dream Works Music Publishing. Desde el año pasado, el fondo ha invertido más de 150 millones de dólares en derechos de autor musicales, de acuerdo con la información del WSJ. Parte del atractivo de Crow es que la cantante ofrece conciertos, que son una gran fuente de ingresos en la industria, según uno de los representantes del fondo, porque, además, si da conciertos, es más probable que las emisoras de radio continúen poniendo su música. Desde First State explican que los activos musicales proporcionan flujos de efectivo a largo plazo.

Los inversores se sienten cada vez más atraídos por el negocio de la música, sobre todo por los derechos y la promoción de las canciones, que generan unos ingresos seguros gracias a los derechos de autor. En los últimos años, cada vez más inversores financieros se han adentrado en un negocio que históricamente ha estado dominado por las productoras de música.

“Los activos musicales pueden ser equivalentes a las inversiones inmobiliarias”
, asegura John Frankenheimer, copresidente de Loeb & Loeb, un bufete de abogados de Los Ángeles que ha participado en varias ventas. Y si algo ha quedado claro con la muerte de Michael Jackson es que algunos derechos musicales son muy rentables.

A diferencia de la música grabada, los catálogos de música están protegidos de la caída en las ventas de discos porque sus fuentes de ingresos son más variadas y los dueños pueden obtener rentabilidades en efectivo de entre el 7  y el 20% al año, o más, dependiendo de la canción y de su forma de comercialización, según aseguran representantes e inversores. Los dueños de los catálogos musicales poseen los derechos sobre las letras y las melodías.

Para Rodney Cohen, socio directivo adjunto en Pegasus capital, un fondo de 2.000 millones de dólares con sede en Nueva York, se trata de un tipo de inversión “muy conservadora”, pero afirma que “siempre tendrán un valor, y si uno compra adecuadamente, se tiene mucha protección frente a caídas y un fabuloso potencial de subidas”, según las declaraciones recogidas por Bloomberg. Pegasus compró Spirit Music Group el pasado mes de abril, una operación que le permitió hacerse con canciones de Elvis Presley, Frank Sinatra o Billie Holiday

Sin embargo, las inversiones en catálogos de música no están libres de riesgo, tal y como explica Donald Passman, abogado del sector del entretenimiento, en declaraciones a Bloomberg. La salud del sector de la música, las menguantes ventas minoristas y los menores presupuestos de publicidad han ocasionado una caída de entre el 40 y el 50% del valor de los catálogos de música en los últimos cinco años.

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