La ley del deseo

Al valorarlo sobre todas las cosas alguien puede enemistarse con la realidad, desde el otro polo es  posible prescindir de él como en un matrimonio sustentado en otros valores. No hay respuestas absolutas porque la pasión puede ser un mal consejero cuando es secreta y clandestina y no se la consulta con nada ni con nadie. Por otro lado el deseo es también la clave del éxito del artista y del emprendedor.

Los poetas aciertan en verdades profundas de la condición humana como el deseo de vivir, de dinero, de fama, de amor, de placer. ¿Qué es, de dónde sale, cómo se hace carne e intranquiliza?

La compulsión al deseo es una respuesta compleja que tiene que ver con lo social, lo cultural, lo hormonal, lo fisiológico y lo psicológico. Y el deseo sexual es quien garantiza la supervivencia humana. Hay poca ciencia del deseo comparada con la exploración del acto sexual.

Una investigación de hace unos años demostró que los objetos más deseados son los más cercanos. La percepción del ambiente depende de lo que estemos percibiendo: un vaso de agua cuando estamos sedientos, dinero que podemos ganar o metas deseadas y posibles parecen más cercanas que objetos más neutros y no deseados. Calmada la sed el vaso parece estar más lejos.

La caja de la nada

El cerebro del hombre tiene cajas para el auto, para el dinero, para los niños, está lleno de cajas que no se tocan entre sí. Cuando discute un tema  va sólo a esa caja, la abre, la cierra y la guarda. El cerebro de la mujer está lleno de cables. El dinero está conectado con tu auto, tu auto con tu trabajo, los niños con tu madre. Todo está conectado a todo y conducido por una energía que llamamos emoción, la razón por las cual se acuerda de todo. Un evento conectado a una emoción se recuerda siempre y a la mujer le agrada preocuparse por todo. El hombre tienen una caja propia: la caja de la nada. La Universidad de Pensylvania descubrió que el hombre puede pensar en nada. Las mujeres no pueden. Su mente no se detiene y no entiende la Caja de la Nada. Enloquece cuando le dice que no está haciendo nada. Lo último que quiere el hombre estresado es hablar de estrés, sólo pone cara de bobo. La mujer estresada habla o explota. Si está así lo peor es darle consejos. Cállate y escucha.

Las diferencias de género

El estudio de la naturaleza humana indica que existe mayor deseo sexual femenino en la fase del ciclo menstrual que concluye con la ovulación y una caída aguda del deseo con la edad en mujeres que en hombres; aunque las terapias de reemplazo hormonal podrían tener efecto, pero aún no hay estudios serios y masivos sobre su seguridad y eficacia.

No somos tan distintos. Según experimentos, el deseo erótico es universal. El cerebro responde igual en cuanto al deseo y las imágenes y estímulos visuales excitantes. Ser varón o mujer no influye en las áreas que responden a los estímulos, ni en su magnitud. Antes se creía en cambios de género, en partes de cerebro que se activaban diferencialmente. Somos seres deseantes y por eso sobrevivimos. Sin el deseo se acabaría la vida tal como la conocemos.

Aprender a pensar

Cuando la manzana que luego se haría famosa, cayó sobre su cabeza, Newton aprovechó la oportunidad para crear la Ley de la Gravedad. Durante millones de años las personas la vieron caer sin preguntarse nada. El dilema de la educación del pensamiento es que nadie puede ser obligado a pensar, por lo tanto hay que motivarlo para que lo haga.

La fórmula AIDA sugiere el proceso: llamar la Atención, captar el Interés; promover el Deseo y llevar a la Acción. Para que un problema se convierta en motor del pensamiento hay que aceptarlo como propio, debe estar al alcance intelectual y tener el deseo de resolverlo.

La inteligencia es la capacidad de resolver problemas. Una vez puesto en marcha el deseo se precisa: 1) comprender la situación 2) inventar la solución y 3) actuar en consecuencia.

La palabra problema no debería tener una connotación negativa, ya que incentiva la inteligencia. Sin problemas la vida sería muy aburrida y no existiría el pensamiento, que es el instrumento para su resolución. Pero para quien no sabe pensar los problemas se acumulan y generan estrés.

Durante los primeros años el niño aprende jugando, movilizado por su propia curiosidad. El sistema educativo interrumpe este proceso por el imperativo socializador y el de transmitirle el saber organizado. Pero la escuela no aplica la fórmula AIDA y por eso en las aulas hay alumnos aburridos porque pierden su motivación. Sugerimos incorporar a la enseñanza el juego con acertijos, una especie de gimnasia mental creativa basada en problemas artificiales que rompa con la rutina y estimule el pensamiento. Al igual que en el chiste, el acertijo ilumina la mente y además promueve el espacio creativo entre la Atención y la Acción.

El hombre es un animal de costumbres

Por lo tanto, adquirir el hábito del pensar, la capacidad de inventar o descubrir, la de sostener deseos y objetivos en lugar de sostener conductas reactivas; genera la dinámica del proceso creador.

Cómo la necesidad es la madre problema y el problema es el padre del invento conviene sensibilizar a los niños (de 9 a 99 años) para trasladar sus ideas al gran juego de la vida.

Las pequeñas ideas transformaron al mundo: Gillete y la hojita de afeitar, Einstein viajando en la punta del rayo de luz, Arquímedes soñando en la bañera, etc.

Aprendiendo a observar la realidad y a navegar por la mente, se combinan los tres universos de la experiencia: los hechos que ocurrieron, los signos que los grabaron en la mente y las ideas que brotan en su interacción con los deseos y las necesidades.

Mediante un tanque receptor que contiene y estimula la capacidad de iniciativa, las ideas salen convertidas en proyectos – que luego se convierten en realidades-. De esta manera el aula se convierte en una Fábrica de ideas productivas y posibilita retornar a la creatividad perdida desde que la revolución industrial redujo al hombre a empleado, apéndice de la máquina primero y luego de la maquinaria del poder.

Educar significa extraer, sacar de adentro

Recuperar el sentido olvidado de esta palabra es nuestro compromiso con una filosofía que privilegia al hombre como un ser creativo, concebido a imagen y semejanza del gran creador. Por eso todas las semanas juguemos con nuestros hijos al “Desafío para mentes pensantes”, porque el niño es el padre del hombre que será.

La teoría de las inteligencias múltiples

A partir de la década del cerebro (1990-2000) se avanzó en el estudio físico del cerebro mientras piensa mediante las neuroimágenes y también cambió la forma de medir la inteligencia -el IQ o coeficiente intelectual. Luego la teoría de las inteligencias múltiples advirtió que se puede ser inteligente de diferentes maneras.

El enfoque clásico no hacía foco en la vocación como la inteligencia principal. Pero como dijo Séneca: no hay vientos favorables si no sabes a dónde quieres llegar.

Tenemos un poder interior que el mundo conoce como empowerment y que se convierte en poder inteligente (smart power) cuando conjuga el querer con la eficacia. Acceder al querer implica armonizar la vocación, el talento y el mercado laboral.

No alcanza con saber lo que se quiere; sin conseguirlo el deseo se frustra. Lo mismo ocurre si la carrera se elige por imposición de la familia o de la sociedad de consumo, la que brinda un radar para imitar a ricos y famosos pero no la brújula del autoconocimiento.

La inteligencia se bloquea también por carencias metodológicas. El filósofo Nietzche sugirió que los métodos son la mayor riqueza del hombre.

Un primer desajuste es la desinteligencia emocional, la falta de correspondencia entre la vocación y las emociones que se experimentan en la actividad diaria. También se bloquea el querer por falta de imaginación, o la bohemia: calentar la pava pero no tomar el mate.

El bloqueo estratégico consiste en no saber fijar metas; el que falla al planear planea fracasar. Otro error común es no saber ejecutar el plan. Son destrezas que deben entrenarse (aprender a aprender y a emprender).

Una virtud clave es la inteligencia social: implica elegir bien a los que nos acompañarán en la ruta de la vida. El capital social es la sumatoria de las relaciones productivas. Podemos seguir enumerando inteligencias múltiples pero conviene saber que el verdadero “desarrollo” no es lo que tenemos sino lo que hacemos con eso, para convertir el espíritu en materia.

Para que el genio que llevamos dentro no se quede encerrado en la lámpara de Aladino, debemos poder crear ideas y llevarlas la práctica. Para lograrlo se necesita un coach que facilite concretar la vocación.

Por eso, la educación debe ser la industria pesada del país porque es la que fabrica los argentinos del futuro.

Crear una sociedad de ganadores

Una sociedad mejor  requiere igualdad de oportunidades educativas con el objetivo de descubrir al genio interior. La sociedad del descontento no puede ser productiva. La PNL es una herramienta para compararse con los modelos. Así es como la excelencia puede ser imitada y superada. Después de la destrucción de su economía, tras la derrota en la segunda guerra mundial, Japón imitó los creativos productos made in USA, los mejoró y terminó exportándoselos.  Así se convirtió en la segunda potencia mundial.

Lo que vale es la intención de superarse, cuando las cosas no salen hay que variar el cómo. Einstein decía que “haciendo siempre lo mismo se obtiene el mismo resultado”.

Al variar el comportamiento cambian las experiencias y se alteran las creencias. Hay creencias limitantes como “no puedo”. Por eso Ford dijo que “siempre tenemos razón, cuando pensamos que nos irá bien o que nos irá mal”.  

El hombre programa su conducta  pero la realidad se altera invalidando su programación. El triunfador no ve conveniente cambiar porque la  coyuntura le es favorable. Por eso se dice que nada fracasa tanto como el éxito.

Se pueden varias las estrategias  respondiendo a la realidad o bien persiguiendo los sueños y deseos. Cualquier programación envejece, por eso la PNL debe usarse para desprogramar. La destrucción creativa consiste en estar atento a los cambios para eliminar los programas que ya no sirven y mejorarlos con nuevos diseños.

Soplos de vida

Los líderes deben aprender a motivarse y a animar a su equipo. Una técnica inteligente es el anclaje. En una fiesta patria,  el himno o la bandera suelen ser  estímulos adecuados. En la vida  común el anclaje negativo se instala por azar o impuesto desde afuera, por la costumbre o la publicidad. La técnica del anclaje consiste en provocar el estado deseado asociándolo con un estímulo, el que una vez memorizado permitirá reproducirlo cada vez que  se necesite. Anclarse a los ideales es potenciar los recursos desde una batería interna que se recarga con la experiencia. Aprender a usar el cerebro, darle una dirección y un método, es la mejor solución para evitar que la caja negra funcione en piloto automático.

El que no hace no se equivoca pero tampoco aprende.  El mono «conservador» prefirió la seguridad del árbol y se aferró a las ramas. De él descienden los simios actuales.  El mono “progresista» dejó el árbol, se arriesgó a la incertidumbre de la llanura, y se hizo hombre. La bipedestación logró que la mano liberara a la boca de la tarea de tomar el alimento, el rostro se aplanó, el ojo se convirtió en el órgano intelectual y el cerebro creció.

El salto mayor fue la invención del alfabeto

Su tallado en el cerebro le dio al hombre la capacidad de comunicación que ninguna otra especie posee. El problema actual es que prevalece una razón mecanizada dirigida por la sociedad de consumo y por un  pensamiento light donde casi todo da igual. Entonces no existe la pasión por el deseo que es el motor de la inteligencia.

No es difícil trazar objetivos sino tomar la decisión de ir  por ellos y hacerlos realidad. El sabio es capaz de alcanzar la meta  porque une el conocimiento con la experiencia. Para Nietzche los métodos constituyen la mayor riqueza del hombre.  Alguna vez se dijo que el corazón tiene razones que la razón no entiende. Hoy que sabemos cómo funciona la ley del deseo es necesario aprender a usarlo para potenciar el rendimiento del individuo y de la sociedad.

La clave es rechazar el radar que ofrece la sociedad de consumo que lleva a imitar a los ricos y famosos y tomar la brújula interior del autoconocimiento para descubrir el deseo y encaminarlo con las inteligencias complementarias (emocional, creativa, estratégica, ejecutiva y social) para convertir al genio interior que todos llevamos dentro en el arquitecto de su propio destino.

Dr. Horacio Krell – Director de ILVEM, horaciokrell@ilvem.com
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