Cuando estamos a punto de dar una presentación, es probable que nuestro corazón comience a latir con más fuerza, que nos transpiren las manos, que se nos aflojen las rodillas y que sintamos que todos nos miran fijamente. Nos ponemos muy nerviosos y creemos que vamos a hacer el ridículo frente a una audiencia que en verdad nos interesa.
No importa quién sea la audiencia. De hecho, conozco a un ejecutivo de ventas que se siente muy cómodo dando presentaciones a un grupo grande de gerentes senior de su empresa pero se aterroriza ante la idea de dar un discurso desde el corazón en la fiesta de aniversario de sus padres. La maestra de uno de mis sobrinos me dijo una vez que su mayor temor era hablar en público. Aún así, se para frente a una clase de 20 críticos, cinco días a la semana! Del mismo modo, tengo un amigo que puede hacer el ridículo si está actuando un papel en el escenario, pero si le pedimos que diga algo serio en una reunión de trabajo, siempre sale corriendo.
Durante los 95 años que Dale Carnegie Training® ha estado trabajando para ayudar a las personas a comunicarse, nos hemos hecho conocidos por enseñarle a las personas a hablar en público. Aún así, debo admitir, que hay muy poca enseñanza involucrada. Se trata de adquirir auto confianza para hacer las cosas con mayor naturalidad.
Para obtener la confianza necesaria para sobrepasar el temor de hablar frente a cualquier grupo, considere estas tres cosas:
1. Usted se ha ganado el derecho de hablar sobre este tema
No le habrían pedido que hable sobre el tema si alguien no hubiera pensado que usted es un experto. Si realmente no es la mejor persona para hablar de este tema, dele a otro la oportunidad. Estará ayudando a la audiencia y a usted mismo. Le comenté esto al ejecutivo de ventas antes de la fiesta de sus padres y me agradeció profundamente. Él estuvo de acuerdo en que nadie más conocía a sus padres tan bien como él. De hecho, luego de nuestra conversación, estaba convencido de que nadie más podía tener ese rol tan importante en la fiesta.
2. Entusiásmese con el tema
Si se ha ganado el derecho de hablar sobre un tema, es probable que tenga algo bastante apasionante para decirle a las personas. ¿Quizás un nuevo proceso de trabajo que ayudó a desarrollar? ¿Es el hecho de que el matrimonio de sus padres sobrevivió 50 años de dificultad? ¿Es su devoción por una causa política?
No importa cuán mundano sea el tema, usted PUEDE entusiasmarse al respecto. Hace algunos años, en una de nuestras sesiones de capacitación se le pidió a una participante que era enfermera que hable en una convención próxima sobre lavarse las manos. “Todos aprenden esto en la escuela de enfermeras”, se lamentó. “¿Qué puedo decirles que no conozcan?” En la sesión previa a la convención, ella estaba realmente entusiasmada. Se dio cuenta que con toda la atención que se le está dando a las enfermedades contagiosas como el SIDA y la hepatitis, no importaba si ella tenía algo nuevo para decir. Ella podría salvar vidas con solo darle a la audiencia un curso recordatorio.
3. Esté impaciente por proyectarle el valor a sus oyentes
La enfermera había encontrado el valor de su mensaje. Usted puede hacer lo mismo. Simplemente decida qué es lo que quiere decir sobre el tema y cómo eso podría cambiar la vida de alguien o su punto de vista sobre una situación. Por ejemplo, luego de la fiesta de aniversario, mi amigo me dijo que un primo se le acercó y le dijo que su brindis hacia sus padres fue tan conmovedor que se dio cuenta que su propio matrimonio merecía más esfuerzo.
Con estos tres pensamientos, usted puede conquistar cualquier temor de hablar en público. Su entusiasmo y ganas sobrepasarán cualquier lapso en el estilo del discurso. Y su audiencia sabrá que usted era la persona indicada para este trabajo.
Daniela de León, Directora del Dale Carnegie Institute de Argentina
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