“El futuro llegó hace rato” cantaban los Redonditos de Ricota, y a esta generación se le evidencia día a día.
La evidente ola consumista, amparada en una proliferación de los intrumentos tecnológicos dentro de la clase media, hace que el futuro esté compitiendo con el presente a cada instante.
Ya no sorprende ver que cualquier persona tenga una cuenta de facebook. Es el “recurso virtual” que borra las barreras del límite de edad a la hora de relacionarse, y acerca información entre generaciones.
Si no nos sorprende eso, mucho menos lo hará, ver que todas las empresas, sin importar su tamaño, envergadura, alcance o solidez, cuente con un sitio o cuenta de facebook, mediante la cual mantenga su contacto con clientes (reales o potenciales), para acercar ofertas o noticias.
Twitter gana terreno, aunque es más complicado de interpretar en su funcionamiento y utilidad. Pero aún sin entenderlo, la gente lo conoce, lo investiga, y lo utiliza.
Ahora se viene la nueva tendencia: el uso del código QR para la capacitación de curioso.
El código QR, para explicarlo rápido, es un código de barras cuadrado, que puede ser leído casi desde cualquier dispositivo móvil de los que se están convirtiendo en moneda corriente, como iphone, palms, blackberry, tablets, o similares.
Ese código al ser leído mediante la cámara de fotos del dispositivo, abre el navegador web del aparato y nos transporta al lugar que el anunciante haya decidido.
Actualmente se usa desde locales bailables, para captar visitantes a sus sitios, pasando por locales que comunican ofertas, hasta llegar a cartel es de edificios en construcción, en los cuales se transpora a quien lo escanee, al sitio de la constructora, donde se brinda información al respecto.
A la larga, lo que consigue esta tendencia, es que quien lea el código “se evite la molesta” de tener que llamar para conseguir datos, visitar negocios, etc. Es una herramienta de capacitación de clientes “vagos, tecnológicos, ocasionales”.
En los países en que este sistema ya está siendo explotado, se llegan a utilizar para hacer compras virtuales.
Quien escanea el código QR accede a un “carrito virtual” en el que va agregando artículos que luego se entregan en su domicilio.
Otros usos
– sacar entradas
– pagar impuestos
– registrarse en sitios.
Y bueno, la tendencia nos lleva hacia un futuro, que no sólo llegó hace rato, sino que no termina de llegar para irse dejando lugar a nuevas creaciones.
¿Lo vamos a esperar, o le vamos a salir al encuentro?
Autor: Lic. Jorge Asad Elías. Licenciado en Administración de Empresas, recibido en la Universidad Nacional de Tucumán. Actual Gerente comercial del Canal Mayorista de Emilio Luque (Tucumán).