El futuro no existe, por eso debemos inventarlo

El futuro no existe, por eso debemos inventarlo

Photo of stylish bearded lawyer wearing trendy suit and looking city. Double exposure, panoramic view contemporary City background.

por Dr. Horacio Krell*

Si no crees en la educación de la mente, puedes seguir probando con ignorarla. Como el futuro no existe, por eso debemos inventarlo.

Hace aproximadamente 25 años había vida sin internet y sin celulares, era distinta y de eso no hace tanto tiempo. Se escribía más, se memorizaban los teléfonos, se preguntaba donde quedaba tal calle. Todo cambió y va a cambiar más en los próximos 10 años.

Con el Metaverso se viene un cambio clave. No será solo realidad virtual. Se usará un visor que por ahora desencanta. Todavía es un Megaverso y Meta es ahora Facebook que ya perdió 100.000 millones y lo hizo porque necesita desprenderse de Iphone y Google con quienes compite y que, sin embargo, son sus distribuidores y, sin distribución propia, la buscó con sus propios visores.

Lo que juega en contra de Facebook es su reputación, es la menos confiable entre las empresas tecnológicas. Iphone y Google se dedican a explorar el espacio y a Facebook le quedó concentrarse en Metaverso, hoy con visores más cómodos, pero les falta mucho, quizás 10 años.

Pero el cambio futuro será muy grande

El mundo real o el virtual serán perceptualmente parecidos y se verán a través de un visor, hoy, todavía, todo es remoto o presencial.

El Metaverso eliminará la frontera, logrando que el dibujo de mala calidad se convierta en uno de carne y hueso, ya que escaneando los objetos con 3D, se ven muy reales.  El avatar también se perfeccionará hasta que se conviertan en iguales a uno mismo. Ahora ya se le ven las piernas.  Las fotos serán más reales, con esta tecnología que escanea tridimensionalmente hasta las expresiones de la cara. Meta ya está en eso, creando Avatares ultrarrealistas. 

Ya existe una pulsera para la muñeca que lee y genera un comando para cada una de las expresiones y basta con pensar en el movimiento del dedo para generarlo sin intentar moverlo.

Piensas en mover el dedo y se produce una acción. Cierra el puño. No tienes idea de cómo lo haces porque lo aprendiste de niño. Un drive cuando juegas al tenis si lo puedes describir. En cambio, un bebé aprenderá que pensando logrará el efecto. Nunca va a ser igual la experiencia de un nativo digital.  Hoy es una pulsera mañana podrá ser un chip.

Las corrientes eléctricas son propias de cada persona

Con lo que vemos es con la mente, no con los ojos ni con los oídos, la luz entra por los ojos, pero el que ve es el cerebro, el ojo salta, el cerebro hace la imagen perfecta mientras el ojo se mueva, la mente arma la película, organiza todo. Así lo que llegue al cerebro puede ser indiferente de por dónde entre, no se podrá distinguir lo real de lo virtual.  

El concepto de Acá podrá ser otra cosa. Se puede cambiar mentalmente lo que se ve. Hay filmaciones hoy donde no se puede interactuar. Pero se podrán crear mundos virtuales, donde no hará falta desplazarse, hasta habrá guantes virtuales, etc. 

Se podrán hacer avatares virtuales que den lo mismo perceptualmente que los de carne y hueso y se podrá seguir estando con ellos, lo real dejará de tener sentido, se podrá interactuar con un muerto, ya que parecerán reales.  El metaverso no es un lugar, es un momento en el cual no importa preguntarse si es real o no, hasta uno se podrá enamorar de esa persona virtual.

Para los niños todo tendrá esta forma de interactuar y la existencia será distinta.  El plano oscuro de esa nueva realidad es quien creará el Metaverso.  Hay tiempo para jugar y ver que se va a permitir y que no. Hay que estudiar cómo se construye y todavía podemos contribuir a crearlo.

Hoy vivimos en la cultura de la imagen

Y el registro audiovisual es el más demandado. Pero un taquígrafo sabe, por experiencia propia, que la ventaja de lo escrito reside en el tiempo y en la facilidad de la búsqueda. Una audiencia en un juicio oral tiene una larga duración y puede filmarse o registrarse como texto.

Si un abogado desea repasar algo concreto, debería observar la filmación o leer la transcripción. Le convendrá leer, porque la demora dependerá de su capacidad de lectura y no de la duración de la reunión, sobre la que no ejerce control alguno. Podrá saltear partes y enfocarse en lo específico. Del mismo modo, ver un programa de televisión o escucharlo por radio es como viajar en avión. Una vez que se sube no se podrá bajar.

En cambio, leer es cómo manejar un auto: uno puede detener la marcha para reflexionar.

El primer gesto intelectual

Fue el del cazador agazapado descifrando las huellas de su presa. El cerebro tiene 200.000 años, pero la revolución intelectual fue la lectura, en los últimos 5.000. Y al ponernos de pie (bipedestación) las manos dejaron a las piernas la locomoción y dejaron el contacto directo con la naturaleza. La boca ya no tomó el alimento, el cerebro se aplanó, la vista fue el sentido intelectual y las manos ejecutan las decisiones.

El tallado del alfabeto diferenció al hombre. Jamás veremos a un animal leyendo. Hace miles de años tallamos el alfabeto en el cerebro y logramos una capacidad de comunicación que ninguna otra especie posee.

En 1455, Gutemberg expandió su poder con la invención de la imprenta. Del libro nacieron el periodismo y la democracia. El cerebro tiene límites, pero su plasticidad logró pasar de las imágenes de la caverna a la invención de la escritura. Su neuroplasticidad le permite modificarse, adaptarse a los cambios y crear rutas neuronales. Así creó desde internet hasta el celular. El próximo paso, como vimos antes, será lograr cosas con solo pensarlas.

Breve historia de la lectura veloz

La Fuerza Aérea de EEUU usaba el taquistoscopio que mostraba imágenes o palabras y podía eliminarlas. Lo usó para que sus pilotos identificaran rápidamente a los aviones enemigos, durante la segunda guerra mundial. Descubrieron que viendo palabras se detectaban cuatro en una décima de segundo. Antes se creía que leíamos por letras, una por una, pero quedó demostrado que es posible leer varias palabras a la vez,

The Speed Reading (o lectura veloz) fue promovida por el presidente John F. Kennedy, quien fue uno de los lectores más veloces del mundo y fue el símbolo viviente de sus ventajas. Los cursos usaban un marcapasos manual, para que la mano guiara a la vista. Se trataba de un visualizador que bajaba sobre las palabras. Hoy la tecnología ha perfeccionado el método.

El efecto palanca

La explosión del saber hizo que durante siglos los libros albergaron el saber, pero la educación no incorporó la lectura como materia. El valor de la lectura fue inmortalizado por Newton con su frase “No soy un genio, estoy parado sobre las espaldas de gigantes”.

La vida es muy corta como para aprender de primera mano, de la experiencia y a los golpes, la lectura permite una segunda mano y aprovechar el legado de los grandes hombres. Pese a la explosión del saber todavía se enseña a leer por letras, sílabas o palabras sueltas. Esto genera un gran esfuerzo para leer, no estar nunca actualizado y no graduarse en tiempo y forma.

Arquímedes dijo: “dadme una palanca suficientemente larga y un punto de apoyo y moveré el mundo”.

Según la ley 80/20 de Pareto, el 20% de las variables generan el 80% del resultado. La lectura es ese 20% tan valioso. Haciendo palanca sobre ella se potencian los recursos.

La lectura fue la primera tecnología genérica y sigue siendo indispensable para acceder a las de última generación. En la sociedad de consumo se compran millones de libros, que no se leen.

¿Cuál es tu velocidad de lectura?

¿Eres de los que saben cuándo empiezan a leer un libro, pero no cuándo lo terminarán? ¿Cuántas páginas tiene el libro que vas a leer? Multiplica la cantidad de palabras por renglón por la cantidad de renglones por página y multiplica el resultado por la cantidad de páginas que el libro tiene y sabrás la cantidad estimada de palabras que posee.

Ahora divide la cantidad de palabras por tu PLM (palabras que lees por minuto) para obtener el tiempo de lectura. Así podrás regular la dedicación y llegar a tiempo a la fecha de examen. Serás un lector estratégico de alto rendimiento. ¿Y cuál es tu nivel? Haz click aquí y lo sabrás. Luego envíame el resultado.

Vocalizar y escuchar mentalmente

Leer mal demanda un exceso de coordinación al cerebro que incrementa las distracciones y crea la barrera del sonido, ya que no se puede hablar o escuchar a más de 80 palabras por minuto pero se pueden ver más de 500.  La lectura lenta no sirve en esta época de crecimiento exponencial de la información y de escasez de tiempo.

En 2 meses dominarás el estilo de lectura mental directa (vista-cerebro) que potencia las destrezas lectoras. La técnica antigua obliga a coordinar excesivas pausas y detenciones porque se lee cómo se escucha. Al interpretar la palabra escrita por la audición recién se comprende al terminar de leer.

Es como mirar el mundo por un tubo: no se comprendería nada. A saber usar el campo visual central, más reducido y nítido, y el periférico, más amplio pero difuso, se le agrega el concepto de que las palabras se reconocen por su parte superior. Con lectura espacial se puede leer esta frase con un golpe de vista en el medio y arriba LA GUERRA DEL GOLFO.

Aprende a usar tu cerebro

No se lee con los ojos sino con el cerebro que dirige la tarea. La lectura es predecible porque el lenguaje también lo es. Lee esta frase cortada: el día está nublado. El resto (do) se completa con información visual en el siguiente renglón, o por anticipación, conociendo la sintaxis que limita la elección, o por la semántica que aporta el significado.

El proceso de la lectura implica crear hipótesis previas. Comprender, es comprobar esa predicción. El aprendizaje es el cambio que se produce en la memoria cuando se incorpora un elemento nuevo. Para que el cerebro sea el director de su propio aprendizaje, descubrir el método para observar creativamente, el texto y el contexto abre la mente hacia un nivel de comprensión superior. El método de lectura veloz es el propulsor del aprendizaje de segunda mano.

Subrayando el valor de la lectura, Borges dijo: “somos lo que somos por lo que leemos”.

Ladrones de tiempo

Cuando la parte activa es el 10% y la inactiva (90%), el cerebro se aburre y desvía la atención. Los distractores obligan a retroceder hasta donde uno se perdió. Pueden ser externos (ruidos, teléfono) o internos (divagues, recuerdos). La mente es por naturaleza vagabunda y salta de una idea a otra y en una hora tiene 300 dispersiones.

El lector lento es como quien maneja despacio: comete errores porque divide su atención entre la radio, conversar o pensar en otra cosa. El conductor rápido se dedica 100% al manejo. El accidente por distracción es la causa mayor de muertes en las rutas. Al estudiante le produce estrés.

Si la mente va en otra dirección, el esfuerzo hace perder energía. Quien se ocupa, aumenta su campo de influencia y de control mientras que la distracción paraliza. Si con fuerza de voluntad se reprime el obstáculo, este aparece como atracción fatal. El método conjuga la intención y la acción en un estado de flujo donde el logro se alcanza sin esfuerzo. La metodología es la clave porque los métodos son la mayor riqueza del hombre y la concentración hace la diferencia.

La avanzada tecnológica

El cerebro aprende hasta el último minuto de vida y la lectura veloz incrementa su velocidad, comprensión, retención y concentración. Educare significa sacar de adentro el potencial. Hay alumnos rápidos o lentos, algunos necesitan el curso para ayer y otros no tanto.

El resultado es el mismo. Ya no usan la mano como en el siglo pasado, se entrenan en la pantalla con textos expuestos a distinta velocidad por un software que los presenta a ritmo variable y en pocas semanas pasarán a disfrutar y amar a la lectura. Cuentan con una plataforma digital de práctica las 24 horas del día.

Aprenden a su propio ritmo, con horarios flexibles, con ejercicios y apoyados por un coach, en aulas físicas o virtuales a través del e-learning. La tecnología sube por el ascensor pero la capacidad de lectura es el mejor predictor del éxito.

Analfabetismo funcional

El concepto se refiere al que sabe leer pero que no lee por falta de tiempo. Esto tiene su origen en el sistema educativo. En la edad de los principios deberíamos cambiar los PRINCIPIOS que lo rigen. El analfabetismo funcional es una enfermedad moderna.

Un hombre puede crecer como la lechuga pero sin desarrollar su capacidad. Hoy, en plena era de la información, muchos leen como cuando eran niños. La importancia de la primera edad en la formación de los hábitos es esencial.

Nosotros creamos el hábito y luego el hábito nos crea. Por eso, es fundamental enseñar a leer de otro modo. La materia prima esencial del cerebro es la materia gris, pero sólo se desarrolla con una educación de excelencia. Cambiemos cuanto antes el modo de enseñar y de aprender.

Educar es la industria pesada de un país ya que fabrica ciudadanos. Y nunca olvidemos que el niño es el padre del hombre que será.

Cuando alguien triunfa se suele decir: “Es una máquina»

Einstein donó su cerebro a la humanidad para que se develara el secreto de su éxito. Los científicos detectaron que la diferencia no estaba en la máquina, en el hardware, sino en el software con el que lo hacía funcionar.

Einstein fue un adelantado para su época. El período 1990 -2000, fue la década del cerebro por el avance de las neurociencias. Mediante neuroimágenes, los científicos pudieron observar al cerebro mientras piensa. Lo diferente en el cerebro de Einstein era el cable que une ambos hemisferios. Su cadena de fibras nerviosas (cuerpo calloso) era más fuerte y ramificado que un cerebro común por su interacción continua y no por un supuesto hardware original.

Feliz 2023

El contenido del saludo depende del criterio del emisor. “Amanece que no es poco” acentúa que, pese a todo, seguimos vivos. “No hay otro tiempo que este” induce a dejar de lado las utopías. “Ten un pie en la fe y otro en el escepticismo” es paralizante.

La realidad es como el COVID, cuando parece encaminarse aparece una nueva cepa. El optimismo te da la fuerza de la inteligencia emocional, el escepticismo el poder intelectual de lo teórico. No hay mejor práctica que una buena teoría”. La democracia depende del voto de las mayorías.

Cada 4 años se ve cómo atropellan la razón los que gobiernan. Deseo no morir en el desencanto pero debo tener una razón para tener una esperanza lógica. Aunque todo parezca inevitable siempre aparece lo inesperado. No lo dejes librado a su suerte, porque el azar favorece a las mentes preparadas.

}Cómo puedes lograr que lo imposible se convierta inevitable? Soy un Neuroeducador que apuesta por la educación. Cuando el cerebro aprende a aprender y a desaprender ya no es un espectador sino un protagonista. Dale vacaciones al método que estás usando. Pero si no crees en la educación de la mente, puedes seguir probando con ignorarla. Como el  futuro no existe, por eso debemos inventarlo.

*Dr. Horacio Krell CEO de Ilvem, horaciokrell@ilvem.com
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