El deporte puede ser una de las mejores escuelas para la vida y para el trabajo. "Se aprende a organizar, a gestionar recursos humanos, planificar y definir objetivos, implementar estrategias para alcanzarlos, a ser líder, delegar, comunicar, trabajar en equipo, autocontrolarse, conocerse a sí mismo, encontrar sinergias con los demás y adquirir muchas habilidades".
Sergio Quesada, profesor de economía y gestión del deporte en la Universidad de Alicante, ha sido jugador y entrenador de baloncesto y director de un Máster en dirección y gestión deportiva. Es matemático, pero su formación científica no le impide ser un enamorado de la docencia a través de la práctica deportiva y estar convencido de que ayuda a desarrollar valores de utilidad para los universitarios.
Esta tendencia ha provocado que durante los últimos años competidores de elite de muy diferentes disciplinas sean reclamados constantemente para impartir conferencias en las que transmitir su experiencia. Es el caso de Juan Corbalán, medalla de plata con el equipo olímpico de baloncesto en el año 84 y director del juego del Real Madrid durante toda su trayectoria.
Tras su retirada, preside Makeateam, consultora de formación especializada en transformar el aprendizaje a través del deporte en habilidades directivas: "El deporte orienta a la acción, porque en el mundo laboral estamos obligados a tomar decisiones rápidas en entornos muy variables. También te enfoca hacia la interacción, porque estamos obligados a trabajar en equipo. Ambos aspectos se desarrollan a través del deporte de una forma absolutamente pedagógica".
Adecco Training también apuesta por el deporte como herramienta de desarrollo. Su director general, Fernando Pavón, destaca entre ellas la capacidad para adaptarse a los cambios, la comunicación, la gestión de conflictos, el trabajo en equipo, el liderazgo y la generación de compromiso. Esta última, muy importante entre los más jóvenes.
Corbalán resalta, además, un aspecto psicológico, como aprender que "nada puede lograrse sin un trabajo bien realizado durante largo tiempo. Hay que esperar para que las grandes cosas se produzcan", algo que coincide en subrayar Pavón. También señala Corbalán que la actividad deportiva establece relaciones jerárquicas atípicas: "Ofrece a quienes lo practican un protagonismo diferente al de la relación entre jefe y empleado".
A pesar de las ventajas que aporta, existen diferentes opiniones sobre la conveniencia de incluir las actividades deportivas en el currículum. "Debe ser analítico, resumido y conciso para poder crearte una idea general de la persona que opta al puesto. Es aconsejable que aparezca la formación, experiencia profesional, nivel de informática y de idiomas. Los datos complementarios relacionados con los hobbies, como puede ser la práctica de deportes, son innecesarios porque no indican la evolución profesional de un candidato. Dicho análisis de la personalidad, objetivos, gustos y aficiones se tratan en una posterior entrevista en profundidad", opina Rubén Fernández, consultor de Adecco Selección.
Quince capacidades para desarrollar
Sergio Quesada, profesor de economía y gestión del deporte en la Universidad de Alicante, ha investigado qué capacidades se desarrollan a través del deporte:
1.- Autoconocimiento: aprender a detectar las fortalezas y debilidades.
2.- Escala de valores: ayuda a crear una escala de los valores que nos mueven, que hay que poner en común y adaptar si se trabaja en equipo.
3.- Capacidad de reflexión: La práctica deportiva fomenta que nos hagamos preguntas como ¿qué ha sucedido? ¿Cómo lo he hecho?
4.- Comunicación: no sólo verbal, sino también gestual. Hay que establecerla e interpretarla para poder trabajar en equipo.
5.- Trabajo en equipo: en ocasiones no se consiguen los resultados, aún contando con los recursos necesarios, por no ser capaces de formar un equipo.
6.- Planificación estratégica: se aprende a planificar estratégicamente y a aplicarlo a la vida personal: establecer unos objetivos, preparación y recursos necesarios y cómo repartirlos.
7.- Adaptación al medio: las grandes remontadas son un claro ejemplo de ello.
8.- Resistencia a la adversidad: se aprende más de la derrota que de la victoria.
9.- Formación continua: en el deporte es una constante.
10.- Inteligencia interpersonal: imprescindible en los deportes por equipos.
11.- Respeto a la diversidad.
12.- Automotivación: encontrar la forma de motivarse a sí mismos.
13.- Creatividad: lleva a la innovación.
14.- Anticipación a los acontecimientos.
15.- Preparación para el liderazgo.
Fuente: Quique Rodríguez – Expansión y Empleo