Sensorialidad para la creatividad

Sabemos demasiado y sentimos muy poco. Al menos, sentimos muy poco de esas emociones creativas de las que surge una buena vida
Bertrand Russell

Vivimos en la economía de la experiencia. La creación de experiencias ha remitido a la utilización de la sensorialidad en su máxima potencialidad.
Asistimos a una transdisciplinariedad que asiste al estudio de las ciencias sensoriales como nuevos soportes para marketing, creatividad y publicidad.
Así hoy día podemos escuchar hablar de Sensoinformática, Ingeniería sensorial, Antropología sensorial y al desarrollo de Congresos mundiales de sensorialidad y percepción.

Entonces es muy atinado suponer que:
a) el uso de experiencias sensoriales en los departamentos creativos o de I + D puede abrir caminos a posibles innovaciones disruptivas al realizar abordajes no convencionales.
b) la utilización de la sensorialidad en el aumento de calidad de la experiencia del cliente (o potencial cliente) proporciona nuevos canales de vinculación producto-cliente o marca-cliente.

Imaginemos este sencillo ejemplo. Mediante una acción de comunicación la empresa A y la empresa B recurren a la utilización de mailing personalizadas. Supongamos ahora que los mensajes de ambas empresas son literalmente iguales en su contenido textual. ¿Qué pasa si la empresa A ofrece sobres con diseños atractivos y a colores e incluso se encuentra con un “suave perfume”? ¿Y si la empresa B recurre solo a los ya repetidos “sobres blancos”?.

Una situación tan sencilla como la lectura de un mailing puede ser transformada en una experiencia llamativa y cautivante. La sensorialidad se ve afectada por propuestas visuales y olfativas. Quizá hasta se podría enriquecer con un caramelo.
A lo visual y olfativo estaríamos sumando lo gustativo.
¿Cuál de los dos sobres te impactaría más?

A este ejemplo de creatividad sensorial simulada podemos sumar un ejemplo de la vida real. Del mundo de los negocios. De la ubicación de nuevos productos en el mercado.

Sony Inglaterra agotó una partida de TV que sugería ofrecer los mejores colores con una publicidad de una gran experiencia sensorial visual al lanzar desde distintos cañones 2 millones de pelotitas saltarinas de colores. Con esa publicidad sensorial-visual, sin mencionar ninguna de las características del producto….¡agotaron los stocks!. Anécdota: la publicidad fue ideada por un creativo argentino.

Las marcas en el siglo XXI no están para ser usadas sino para ser vividas. La sensorialidad está al servicio de poder lograr el cometido. Solo se requiere habilidad de interacción y fuertes canales sensitivos internos.

Prof. Germán Castaños. Creativo. Consultor en creatividad.

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