Los algoritmos de la creatividad

Si esperas la idea creativa porque crees que es solo un proceso de iluminación sin más y solo has aportado espera, es momento que dejes de esperar. Nunca vendrá. Porque no funciona así la creatividad.

foto: Neobrand (unsplash)

Tienes que construirla. El compromiso con la creatividad es la primera palanca que induce movimiento creativo. Y la creatividad te pide que la pongas en movimiento, los primeros empujones, mostrar el deseo, hacer visible el problema, pero por sobre todas las cosas para cuando lo anterior ocurra, tener acaudalado un volumen tangiblemente inconciente de estímulos para que pueda hacer todas las búsquedas algorítmicamente espontáneas que cierren en el eureka final.  La fecundidad de las respuestas creativas es directamente proporcional a lo apropiado de la incubación previa.

No hay nada desde la razón que podamos darle a la creatividad, tanto como la movilización de incubación asimétrica y la perseverancia de sostenerse en la conducta ante la dilación creativa. No necesitas ninguna voz mística de parte de la creatividad ante la sequía de ideación; si la idea no aparece, es que no hemos incubado lo suficiente o la potencia del deseo, problema o necesidad no reviste interés para nuestro cerebro.

No hay nada desde la razón que podamos darle a la creatividad, tanto como orientarla correctamente como apoyo constructivo y no como fulmine detractora. En muchas ocasiones lo que la imaginación crea, la razón objeta.

El grado de objeción permitible a la razón tiene que ser tanto que pueda explorar en profundidad el eureka lo máximo que se pueda, pero nunca tanta objeción que la elimine o la deseche.  Es que la razón puede construir tanto argumentos conectivos como razones obstructivas. La razón no tiene límites para elaborar razones. Así, por ejemplo, The New York Times vaticinó que la idea de la televisión no iba a dar resultado porque las personas tendrían que permanecer sentadas frente a una pantalla y la familia estadounidense no tendría tiempo para eso. De esa manera la razón subestimó otras razones más potentes como la necesidad de información y, muy especialmente, la necesidad de entretenimiento.

La razón no solo es incompleta para crear, lo es también para evaluar lo creado. Las investigaciones de mercado se han equivocado en su pretensión de abordaje racional y estadístico en numerosas oportunidades. Los norteamericanos no introdujeron el fax al mercado porque las investigaciones de mercado dijeron que no había demanda para ese aparato.

No hay algoritmo para la idea creativa que valga si este proviene desde la razón. Hay algoritmos en el inconciente que nunca podremos develar. Pero, hay ciertas sensaciones, todas ellas muy subjetivas (algunos estados de abstracción repentinos, un hormigueo supino, un no se qué que sabe de la presencia del no se que) que nos indican que ya nuestro cerebro inicio su camino algorítmico hacia la creatividad. Algoritmo que ya nunca se repetirá porque se crea para esa oportunidad. Así la creatividad no es producto creativo, si previamente no es camino creativo

Prof. Germán Castaños. Creativo. Consultor en creatividad
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