El robo de ideas y proyectos: ¿Inocentes o culpables?

Mi promesa era producir una editorial de cada voto. Cumplo. Comienzo con la frase más votada: «Pueden robarte una idea, pero nunca tu capacidad para crearlas»

Se me ocurre que es una visión positiva acerca de este endémico mal: la apropiación mal habida de ideas o proyectos. Y la mirada positiva se construye desde la convicción que un proyecto obtenido en forma de hurto pierde la huella distintiva de los creadores, aquella que cobijaba el proyecto con el mantra protector de su creador.

La ideas pueden ser robadas… hasta cierto punto. Hay valores, sentimientos que impregna el creador, que nunca pueden ser apropiados en el robo de una idea (menos aún cuando se trata de un proyecto). Estos intangibles no pueden ser replicados, ni copiados, ni comprados. Eso es lo que nos transforma en únicos nuestros productos, en únicos como creadores.

También podríamos preguntarnos hasta que punto uno es realmente dueño de una idea sin pasar por derecho de autor, por tener una patente, un modelo de utilidad o un modelo industrial. Aquí la diferenciación está en la delgada línea que divide la ética de la legalidad. En un plano de ideales bastaría confiar en la primera. En la realidad estamos viendo malas prácticas en este sentido de manera permanente. Adscribo ideológicamente a la primera. Tomo recaudos con la segunda.

Una anécdota: siempre me pregunté si ha sido un robo de ideas o proyectos la tan mentada visita de Steve Jobs al centro de Xerox en Palo Alto donde la leyenda cuenta que «tomó prestada» las ideas del mouse y del GUI (graphical user interface).

Como sea, Steve Jobs fue capaz de desarrollar decenas de nuevos conceptos y productos (¡todos disruptivos!) que me hacen pensar que la historia de Xerox funcionó más como una inspiración asociada que como un robo en sí mismo.

Está claro que nadie debe renunciar a su creatividad por el robo de una idea. Nadie debería cejar en su espíritu emprendedor por el robo de un proyecto. Más bien, el «hurto» funciona como una daga que pone a prueba nuestra creatividad y nuestro ánimo emprendedor. Si al «robo» consumado le sigue una sequía de creatividad y una indolencia emprendedora…. hum, desconfío. Porque así como un desengaño amoroso no puede hacernos descreer en la belleza del amor, así como la traición de un supuesto amigo no puede mellar el valor de la amistad, el «robo de una idea» no debería apartarnos de la senda creativa y el espíritu emprendedor.

Por ello me despido con otra frase asociada. » El que te roba una idea se queda con un pedazo de tí, pero pierde dos pedazos de sí: la imaginación y el honor».

Prof. Germán Castaños. Creativo. Consultor en creatividad. www.ideavip.com.ar.
Para diseño creativo de productos o servicios, acciones de marketing, publicidad, disertaciones, talleres o desarrollo del potencial de creatividad individualizada: info@ideavip.com.ar

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