Orientación vocacional y profesional

Se trata de encontrar la brújula interna que dirige las elecciones en la vida, ya que cuando el querer es grande cualquier obstáculo se vuelve pequeño. Vivimos en una época en la que nadie sabe bien lo que quiere y predomina un pensamiento light  al que nada le importa demasiado. Todo esto le resta pasión a la acción y sin pasión se rebaja la potencia. Se ha discutido mucho sobre el poder personal. El empowerment es el descubrimiento y desarrollo de esa fuerza interior. El poder inteligente se nutre del querer más la eficacia. Descubrir el querer es la condición necesaria, dominar los métodos para concretarlo es la condición suficiente.

Dale que va, dale que viene. Sócrates,  hijo de una partera, era  partero de almas. Su método consistía en preguntar: ¿Qué es la belleza? ¿Las cosas bellas son la belleza? ¿Qué hace que lo bello sea bello? El interrogado respondía hasta que reconocía finalmente su ignorancia.

Sócrates dijo “sólo sé que no sé nada”, hacía parir ideas pero no podía dar a luz.  Cada uno lo hacía aplicando su principio clave: “conócete a ti mismo”. Era el momento en que nacía el saber.

La función de la orientación es enseñar a optimizar las elecciones ante los cambios que se producen a lo largo de su vida.

Son decisiones capitales porque diseñan el futuro y definen la misión personal. Una mala elección provoca un  malestar permanente que influye en el desempeño y rebaja la autoestima que es un capital intangible imprescindible para cualquier logro significativo.

Para navegar hacia el  autoconocimiento hay que poder administrar las vacilaciones que se presentan entre no saber lo que nos gusta, desconocer nuestras destrezas,  sentirnos mal  por haber deambulado por varias carreras; hasta definir un anclaje sólido para el futuro ocupacional.

La elección de carrera
Es un complejo proceso de aprendizaje que relaciona  las opciones educativas con el autoconocimento, hasta tomar conciencia de la misión personal. El coach-orientador acompaña el proceso de descubrimiento y transformación, a través del diálogo, la escucha activa y la orientación. Así el que busca su destino dignifica las elecciones que marcarán su futuro. Para eso elaboran  juntos las 4 A del aprendizaje: aprender a ser, a aprender, a hacer y a  convivir; investigando cómo aprende  y logrando que perfeccione sus estrategias cognitivas.

Herramientas apropiadas
Hay que brindar las  llaves que abran puertas y den pistas  en la búsqueda vocacional-ocupacional, transitando por el propio camino y construyendo espacios de relación interpersonal y social altamente productivos.

El Coaching Vocacional y Profesional permite conocer las disposiciones, inclinaciones  y preferencias  personales y los aspectos ocupacionales o espectro laboral.

Esta tarea, requiere mucho más que la buena voluntad de padres, docentes o amigos: implica contar con profesionales idóneos como participantes activos en los interrogantes  planteados por jóvenes  y adultos ansiosos por construir o reconstruir un proyecto de vida  que abarque  los aspectos vocacionales y ocupacionales de su existencia, sabiendo que los  sueños,  proyectos y las  condiciones socioculturales y económicas,  son  claves en la tarea de la conquista personal y colectiva.

Ser el arquitecto creador del propio destino
Es importante también relacionar la vocación con el tipo de ocupación o profesión que mejor la define, y también con el formato de la actividad: trabajo libre o empleo en relación de dependencia.

Utilizando distintas técnicas,  se fomenta el intercambio, la creatividad y la participación activa en el proceso de aprendizaje y cambio.

Así el participante crea la posibilidad de reflexionar sobre sí mismo, sobre  la realidad y  sobre los recursos que  posee,  para optimizarlos  y lograr la ansiada realización personal.

La elección puede referirse a distintas  alternativas:
· Estudiar una carrera  de grado para  desarrollar una profesión.
· Estudiar una carrera corta.
· Elegir la  institución  dónde estudiar.
· Seleccionar una actividad/trabajo sin pasar por una instancia de educación formal.
· Estudiar y trabajar para costearse los estudios, enseñando técnicas de estudio que permitan  optimizar el rendimiento.
· Tener más tiempo  para reflexionar y decidir. 
· Elegir actividades paralelas complementarias.
· Poder organizar acciones para el tiempo libre.
· Conocer ofertas educativas en el exterior
· Obtener  información del mercado laboral, etc.

La orientación y el coaching  ayudan a los que tienen conflictos, dudas, deseos de cambiar  o han tenido fracasos anteriores. También es útil para empezar de nuevo, como la mujer que se dedicó a la crianza de sus hijos y quiere volver al mundo del trabajo social.

El aprendizaje y la construcción de  la elección  vocacional-ocupacional son básicos  para triunfar en la vida. La motivación y la metodología  deben ir de la mano en el proceso de alcanzar los objetivos deseados. Porque quien falla al planear, planea fracasar

Aspectos administrativos
Los  programas habitualmente se dividen en 3 etapas:
a) Autoconocimiento. Para reconocer las destrezas, aptitudes, vocaciones, y virtudes, saber cómo nos ven y cuáles son nuestras expectativas.
b)  Información. Conocimientos del mercado laboral.
c) Elección de la  carrera.

El plan de carrera
Como dijo Nietzche, “el que tiene un por qué puede superar cualquier cómo”. Por eso es importante saber quiénes queremos ser, para que lo que somos o lo que creemos que somos no nos impida lograr lo que podemos y lo que queremos llegar a ser.

Para alcanzar una meta importante se necesita un plan. Este criterio se contradice en la práctica. Así como nadie admitiría que un edificio se construya a ojo, en su vida  tampoco debería dejar todo librado al azar. Planificar no es un  don que se lleve en la sangre sino que requiere aprendizaje.

En este mundo cambiante y globalizado hay que adelantarse a los acontecimientos. La mejor forma de predecir el futuro es inventarlo, crear una  visión y hacer foco en ella. Un plan exitoso define lo que se quiere, fija con precisión la meta y la describe por escrito. Un plan  tiene un cómo y un cuándo, el objetivo debe alcanzarse en tiempo y forma.

En 1726 en su viaje a Filadelfia, un joven marinero de 20 años escribía el plan de su vida.  Insatisfecho consigo mismo, listó las virtudes que quería convertir en sus hábitos. Este genial planificador fue Benjamín Franklin. La humanidad perfeccionó sus inventos  -como el pararrayos-  pero no pudo superarlo en su materia clave: ¿cómo formular el plan de la vida?

Dr. Horacio Krell. CEO de Ilvem, Contador Público y Licenciado en Administración de empresas (UBA).  horaciokrell@ilvem.com

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