Estado de flujo

Hay dos coeficientes de inteligencia: el CI o coeficiente intelectual  y el CE o  coeficiente emocional. Hay personas con alto CI  que fracasan en la vida. CI y CE se relacionan como un ciego y un paralítico perdidos en el bosque, ¿cómo podrían salvarse?

Para Aristóteles es fácil ponerse furioso, lo difícil es hacerlo con la persona correcta, en el momento correcto, por el motivo correcto y de la manera correcta. El déficit emocional se refleja a diario: muchas muertes de niños las causan sus  padres al disciplinarlos.

El genio al que  le va mal y el modesto al que le va bien pueden diferir en su inteligencia emocional. Las emociones  positivas construyen la aptitud para vivir, las negativas provocan la autodestrucción: ¿la clave? : “ ponerle inteligencia a la pasión”.

El pasado emocional  es el más antiguo
Los códigos legales  no pudieron domesticar a las emociones. Emoción se relaciona con movimiento e impulso para  la acción. Con la ira la sangre fluye a las manos, con el miedo  baja a las piernas, con  el amor la reacción es de  relajación y  energía. Tenemos dos mentes una que piensa y otra que siente.

Sobre el primer cerebro – el del reptil-  se montaron el emocional y el racional. Entonces se perdió olfato. “ Tiene buen  olfato para los negocios”, señala esa capacidad instintiva.
Como beneficio el mamífero aprendió a aprender y mejoró la memoria, así pudo variar las  respuestas y al hombre le permitió  instalar el pensamiento en la neocorteza.

Los afectos surgieron  con el mamífero pero la planificación  que necesita el cerebro para crecer  es el fruto del amor y de la sutileza en los repertorios de respuestas. La mano es una pieza perfecta porque reemplazó a la garra; el cerebro no,  es el resultado de los ajustes en el ciclo de la evolución. Para que rinda hay que educarlo.

El que no puede sentir, no tiene guía para su razón, por eso el modelo de la PC no se aplica a la mente: no tiene  capacidad valorativa, ni la autoconciencia de porque hace lo que hace. La emoción, sin embargo, puede fallar, en los estados alterados de conciencia.

De los 7 factores de la teoría de las inteligencias múltiples, 2 son emocionales: la intrapsíquica que consiste en descubrirse,  motivarse y controlar los impulsos y la  social  que trata de preocuparse por el otro, mejorar  las relaciones y liderar. Desde que a Pandora se le escaparon todos los males la esperanza es la virtud emocional por excelencia.Las emociones positivas instaladas  en el alma y en cerebro llevan a la autoestima, a la seguridad, al éxito. Las negativas, al odio, a la envidia, al pesimismo y al fracaso.

El pensamiento crea el  futuro que desea, de ahí la importancia de educar la inteligencia emocional. Así como un actor  provoca sus emociones, el pensamiento racional no es un esclavo, debe ser un socio activo. Para ello debe  conocer sus emociones, saber lo que quiere, hacer inteligente la pasión para guiarla. El primer ejercicio de inteligencia es  contar hasta 10 antes de reaccionar. Para  dar lugar a la emoción, esta  debe llegar a la conciencia.

El estado de flujo, de productividad máxima, no implica un sacrificio, sino un estado de rendimiento óptimo  que promueve la potenciación  de las aptitudes naturales. Estado de flujo es una sensación de control mental de las emociones al servicio del Yo, donde desaparece la conciencia de uno mismo y se abandonan las preocupaciones. Entonces la conciencia se funde con el hacer que se vive como recompensa, se deja de lado la reflexión sobre uno mismo y sobre lo que se hace.

Se siente una sensación de plenitud, las respuestas se ajustan a la exigencia de la tarea y las emociones se activan y se alinean. Estado de flujo es un entrenamiento de la atención y de la energía psíquica. Una vez reconocido el estado de flujo debe ser usado  a voluntad, mediante un anclaje psicofísico,  para poder así transferirlo a  situaciones diversas, aplicando el control mental y la  inteligencia emocional.

Dr. Horacio Krell. CEO de Ilvem, Contador Público y Licenciado en Administración de empresas (UBA). horaciokrell@ilvem.com

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