El lanzamiento de un producto al mercado es todo un acontecimiento, pero en ese primer momento tomamos decisiones que serán fundamentales para la vida completa del mismo.
Hay muchos productos que llegan a la mente del consumidor “a la fuerza”, por campañas intensivas de publicidad, haciendo masivo su conocimiento, e incentivando activamente su consumo, llegando a lograr una incorporación inmediata y masiva en el público al que apunta.
El problema aparece cuando el consumidor empieza a exigir un poco más de esos productos, en donde deben aparecer las reinvenciones, las adapabilidades, las capacidades de flexibilización y las renovaciones de propuestas. En ese momento un producto puede fallar.
Estos son los productos “Fort”, que entran al mercado “empujando” el consumo, logrando su incorporación por un accionamiento constante sobre el mismo, mas preocupados en promover el consumo, que la marca en sí, y sin prestar interés en la continuidad a lo largo del tiempo.
Cuando esa “fuerza” empleada, disminuye, el producto desaparece de la mente del consumidor.
Son productos simplemente reemplazables, que ofrecen una satisfacción ilusoria o que dependen constantemente de una inversión fuerte para mantener el consumo, y que al desaparecer, no son añorados.
Por otro lado, hay productos que ingresan en la voluntad de compra por la transmisión de marca, generando un consumo voluntario por parte de los clientes, que perciben en él la posibilidad de experimentar sensaciones, experiencias, sentimientos.
Son productos que desde el inicio apuntan a fortalecer la marca, como transmisora de alternativas que mejoran la realidad existente, que marcan una diferencia.
Éstos son productos que lograrán un consumo sostenido en el tiempo, a los que llamaremos productos “Tinelli”, ya que mantendrán su vigencia, se adaptarán a los cambios que los consumidores demanden, generando que sean pedidos sin necesidad de ser ofrecidos constantemente.
Tienen la característica de poseer un contenido que realmente satisfaga una necesidad existente o patente, con una calidad y adaptabilidad tal, que los hagan difíciles de reemplazar, más por lo que representan, que por sus características técnicas.
¿Cómo podemos apuntar a tener productos “Tinelli”?
A- Apuntando las inversiones de lanzamiento a crear una imagen de marca, y no solamente a estimular el consumo.
B- Aprendiendo a “leer” las exigencias y tendencias de mercado.
C- Procurando asociar el producto a sensaciones, experiencias o sentimientos, derivados de su consumo.
D- Promoviendo un constante análisis del producto.
E- Reconociendo que todo producto debe renovarse con el paso del tiempo, sin perder la identidad.
D- No olvidando que quien tiene la última palabra es el consumidor, y no siempre piensa, siente, o actúa como quienes crean el producto.
E- Determinando con el menor grado de error posible, el mercado meta que potencialmente acepte nuestro producto, que puede diferir diametralmente del mercado al cual se le ofrezca el mismo.
En fin, se trata de aprender de los errores y aciertos que tenemos en las narices.
Autor: Lic. Jorge Asad Elías. Licenciado en Administración de Empresas, recibido en la Universidad Nacional de Tucumán. Actual Gerente comercial del Canal Mayorista de Emilio Luque (Tucumán). Creador del sitio www.ideasygestion.wordpress.com