STARTUP EN 1° PERSONA: Sole Castro Virasoro de Mujeres Alfa

Siempre me parecía que no estaba preparada para mostrar lo que escribía, hasta que en una clase de guión de cine Aída Bortnik me dijo «ya tenés un estilo propio, ahora sólo tenés que escribir» y pensé que sería muy necio no hacerle caso. Había estudiado Letras en la UBA, guión de cine con Juan José Campanella y Aída Bortnik y luego dramaturgia con Mauricio Kartun. Pero también tenía la experiencia de haber trabajado en empresas como Microsoft, MTV y en producción de cine y teatro y por eso, cuando empecé a escribir el libro, al mismo tiempo armé una estrategia transmedia para mi contenido.

Mujeres Alfa es una marca de entretenimiento femenino para mujeres que se toman la vida en serio, pero con una carcajada, desde donde hace una lectura crítica, pero siempre muy divertida, de la cultura contemporánea. Un contenido transmedia que te va llevando por diferentes formatos y experiencias sumando siempre algo más a lo que ya conocés de la historia. Por eso podés leer el libro «Mujeres alfa y hombres 2.0» (con traducciones en proceso al inglés, francés, portugués, portugués e italiano) pero también podés seguir el cómic ilustrado por Nahuel Bontempo o consumir las licencias o seguir mis columnas en Entremujeres de Clarín, asistir a mis shows de stand up pero también encontrar tips de belleza y cocina en nuestras RRSS. Todo es parte de un mundo Mujeres Alfa, una comunidad de mujeres a quienes nos pasa más o menos lo mismo: tenemos que vernos divinas pero estando todo el día fuera de casa, trabajando sin parar, bien lookeada pero en 20 minutos. Además queremos todo: la carrera, la casa, los hijos, el marido que nos acompañe mientras mantenemos el talle del pantalón y comemos helado ¡Y lo peor es que somos tan eficientes que lo conseguimos!

Para comenzar hice una inversión de $100.000 pesos argentinos divididos entre ahorros y un crédito del Banco Provincia de Buenos Aires para Microempresas. Siempre considero que Mujeres Alfa tuvo su lanzamiento junto con el libro en diciembre de 2014, aunque se podría decir que el trabajo previo comenzó en 2011 con un blog que se llamó «¡Qué vida de 30!» y fue la prehistoria de esta misma idea.

Muchas veces me preguntan si es difícil escribir un libro y siempre respondo que no, que lo difícil es editarlo, distribuirlo, tener un buen lugar en las librerías y una lo va descubriendo en el camino. El libro se vende mientras está en mesa de novedades pero luego queda enterrado en un estante entre muchos otros y eso no me dejaba dormir. No tenía fondos para hacer una gran campaña y llegar a los posibles compradores por lo que empecé a seguir toda la cadena de distribución y me dí cuenta que el librero podía ser mi mejor aliado. Comencé a recorrer librerías y regalarles budines hechos por mí en coquetas cajas ploteadas con mi gráfica y con la leyenda «gracias por vender mi libro». Iba siempre a las 10 de la mañana o a las 4 de la tarde, horarios en los cuales el hambre ya comenzó a picar pero todavía no te compraste nada. Gracias a esa acción me mantuve en mesas de novedades y hasta conseguí vidrieras en lugares preferenciales.

Para entender tanto esfuerzo hay que saber que un emprendedor es alguien dispuesto a todo por su proyecto. El emprendedor es capaz de bajar su status de vida porque está seguro que en el futuro va a poder recuperarlo con creces.

A un poco más de un año del lanzamiento estamos en un lugar muy diferente y nos animamos a más. Contar con un programa de licencias nos lleva a otro nivel y así seguimos sumando socios estratégicos que nos ayudan a empujar el crecimiento de la empresa. El próximo paso es producir la serie de tv y con eso cerraríamos el circuito transmedia que se planteó en el comienzo.

Sole Castro Virasoro de Mujeres Alfa

Exit mobile version