En mayo de 2015, en un intervalo en mi profesión (guionista), decidí poner en marcha un proyecto que tenía en la cabeza dando vueltas hacía ya un tiempo. No quería que mis proyectos se limiten a tinta y papel. Me propuse elegir el que más me gustaba y sí o sí, tenerlo listo, o al menos con un demo funcional en 48 horas y con no más de 2.000 dólares de costos de desarrollo y operativos para todo el primer año. Sí, dos mil dólares para todo un año. Ese era el desafío, ya que lo financiaba con ahorros propios.
Una plataforma web para que la gente pueda comprar y vender bienes y servicios digitales, sin estar obligados a pagar aranceles ni comisiones de ningún tipo. Le comenté de esto a un amigo a ver qué le parecía. “¿Qué diferencia hay con MercadoLibre, Ebay, etc.?” me preguntó. “Acá la gente no compra ni vende ningún commodity, sólo valor agregado, su creatividad traducida a unos y ceros”, dije. “Mmmm….no se….”, me contestó. Ahí me di cuenta que el secreto no era poder pasar por arriba de la barrera de entrada, sino escabullirse debajo.
Me puse en campaña para buscar una alternativa que se ajuste a tres factores: dinero, demora en tener un demo funcional, y que pueda yo mismo realizar los mantenimientos y actualizaciones. No fue fácil. La gran mayoría me pedía al menos 48 horas sólo para responder la consulta y por lo menos dos o tres mil dólares para comenzar.
Decidí innovar por substracción, en otras palabras, hacerlo más sencillo. Busqué y busqué y para esa misma noche tuve mi demo funcional del sitio, sin cargo, gracias a unos estudiantes de la universidad de Helsinki. Genial. Dos semanas después ya tenía el dominio reservado, el hosting, la plataforma y todo lo necesario por 1.700 dólares (sí, por debajo del presupuesto pensado) para que Meloonge pueda funcionar el primer año. Sí, llame “Meloonge” a la plataforma.
Ya estaba la plataforma con todos los chiches –a los que podía acceder-. Ahora faltaba lo más importante: los usuarios, personas que quieran comprar y vender sus bienes y servicios digitales a través de Meloonge.
Sin dinero adicional, y decidido a que todo el crecimiento sea orgánico, comencé a compartir Meloonge en distintos grupos de Facebook, Twitter y LinkedIn. Hasta este momento hay varios cientos de usuarios de América Latina y se han realizado varias transacciones.
El objetivo para junio 2016 es tener 3000 usuarios activos – incorporando en la plataforma usuarios de Norteamérica y Europa.
Matías Szulanski, Fundador de Meloonge. www.meloonge.com