Mientras hablábamos del tema, Gastón dice «¿Te acordás del tema de la app que te vengo preguntando hace tiempo? Bueno, lo que quiero hacer es algo así”… y señala al celular que veníamos usando en el auto con Waze, un GPS en el que los usuarios pueden ir avisando a otros que en la ruta hay cortes, accidentes, transito pesado, etc.; y me dice «un Waze pero para delitos». Nos quedamos todos mirando la app y creo que en menos de un minuto, todos teníamos una idea muy parecida de lo que se podría hacer. Nos pareció espectacular, por lo simple del concepto y útil de la posible herramienta como forma de enterarte de qué es lo que realmente pasa en tu ciudad. A partir de ese momento no hablamos de otra cosa en el viaje y cuando volvimos a casa ya veníamos con una idea bastante clara de lo que queríamos hacer, y nos pusimos a trabajar.
A partir de ese momento nos empezamos a juntar periódicamente luego de nuestros trabajos para ir delineando la idea de lo que sería la primera versión. Nos pasamos 3 meses puliendo la idea, validando conceptos con otras personas y pasando en limpio la definición del alcance que tendría la primer versión de CityCop. El nombre fue lo que más tiempo nos llevó, e irónicamente fue el primero que se nos ocurrió, entre más de 300 nombres que surgieron después.
Por tratarse de una aplicación que funciona en cierto modo como red social, necesitábamos que abarcara más de una plataforma, no se podía limitar a Android o iOS únicamente. La teníamos que hacer para ambas, y si funcionaba el concepto luego extenderla a otras plataformas, como Windows Phone. Definimos que debería tener una interfaz web también, para que personas que no cuentan con un smartphone también pudieran acceder a la información desde una computadora. Esto hizo que el presupuesto inicial fuera algo elevado, pero decidimos seguir adelante. Entre todos juntamos U$S 30,000 e invitamos a algunos amigos más a participar.
Mientras desarrollábamos la primer versión de CityCop hablamos del concepto con mucha gente, y a aquellos que compartían la visión y tenían el potencial de agregarle valor al proyecto, también los invitamos a participar. No teníamos muy claro el modelo de negocio pero sabíamos que se podía hacer algo muy útil, y que valía la pena darle la oportunidad de evolucionar hasta que el modelo de negocio fuera surgiendo en el futuro. Esta visión la compartieron varios amigos y en poco tiempo logramos juntar unos U$S 100,000 adicionales para futuras etapas del proyecto. Hoy hay inversores argentinos, uruguayos y brasileros detrás de CityCop.
El proyecto empezó apenas volvimos de aquel viaje, en junio del 2013, pero recién en octubre comenzamos el desarrollo. Le dedicamos mucho tiempo a pulir la idea y el desarrollo una vez que empezamos nos llevó aproximadamente 6 meses. Lanzamos la primera versión como prueba piloto en Uruguay en mayo del 2014 y la abrimos al resto del mundo luego de adaptar la aplicación a la forma en que realmente la querían usar los usuarios en agosto, 3 meses más tarde.
El problema de la inseguridad es tan importante, que CityCop tuvo muy buena llegada a la comunidad, lo que más nos costó fue el proyecto en sí mismo, encararlo en paralelo a nuestros trabajos y ejecutarlo exitosamente. Hoy ha tomado una dimensión que hizo que no pudiéramos seguir avanzando en forma «piloto» y decidimos incorporar a un equipo dedicado full time a CityCop. Se dio que mientras que empezamos a pensar como conformar un equipo, se nos acercó un grupo de estudiantes de un MBA de tecnología, que querían hacer su plan de negocios sobre CityCop. Nos cayeron muy bien, vimos que compartían nuestra visión, valores y sobre todo, que tenían energía emprendedora, y decidimos darles la oportunidad de llevar CityCop adelante. Hoy son ellos quienes de a poco están tomando las riendas del proyecto para llevarlo al siguiente nivel.
Actualmente estamos integrando la app al 911 en Estados Unidos, para que los usuarios puedan recibir información en tiempo real directamente desde el servicio público, además de aquella que venga de otros usuarios. En América Latina estamos en conversaciones con varios gobiernos para colaborar con información que proviene de CityCop para que cuenten con más herramientas en la planificación de medidas correctivas. Queremos que CityCop transcienda de ser una app para que los usuarios modifiquen sus conductas individuales evitando situaciones de riesgo, a un ecosistema que complemente al estado para colaborar en la toma de decisiones y así colaborar con soluciones al problema de fondo que es la inseguridad.
Creemos que aún en ésta etapa el foco tiene que ser la construcción de la comunidad.
Federico Cella, CEO de Lyncos, director de Endeavor Uruguay, co-fundador de CityCop