Trabajo desde los 16 años y siempre quise emprender un proyecto propio. En 2009, cursé un posgrado en la Universidad de San Andrés sobre Servicios Tecnológicos y Telecomunicaciones, tenía un know how muy técnico tras 15 años de experiencia en la industria de TMT (Technology, Media & Telecommunications) y necesitaba incorporar nuevas competencias que me sirvieran para planificar y montar un negocio.
La Universidad de San Andrés es muy conocida por fomentar grupos de emprendedores y me entusiasmé en participar. Ahí conocí a mi socio inicial que tenía una empresa de distribución de películas y surgió la idea de encarar Qubit.tv, una empresa de Video On Demand. A fines de 2009 comenzamos a trabajar en el proyecto.
En los inicios, la principal barrera a superar fue la piratería. En ese entonces estaba en boga Cuevana pero queríamos un proyecto legal para poder montar un negocio.
Los proveedores de contenidos y grandes productoras audiovisuales fueron aprendiendo en el camino cómo aprovechar las ventajas del Video On Demand. Entendieron que al reducir el tiempo entre que una película sale de las carteleras y la posibilidad de encontrarla en Video On Demand es una excelente práctica para que los usuarios consuman contenidos de manera legal y en alta calidad.
Antes, podía pasar mucho tiempo hasta que la película comenzara a circular en otros canales de venta fuera de la cartelera y el espectador se inclinaba por el mercado ilegal de consumo de películas. Sin duda alguna, achicar la brecha de tiempo es una de las claves para combatir la piratería.
Otra barrera importante fue abordar a las productoras para poder adquirir los contenidos. Las licencias para Video On Demand no tenían antecedentes en Latinoamérica y tuvimos que generar los contratos de cero teniendo como base los contratos que se firmaban con las cadenas de televisión para poder adaptarlos a este nuevo modelo de negocio. La mayoría de las productoras no sabían en qué consistía el Video On Demand y para eso tuvimos que desarrollar un trabajo de evangelización para que conocieran el mercado.
Un gran interrogante entre nuestros inversores era “¿para qué la gente va a pagar por un contenido si están habituados a descargarlos ilegalmente?”. Con la experiencia de Qubit.tv podemos asegurar que hoy en día, si el producto es el adecuado, la experiencia es buena y el precio está bien, la gente va a pagar por el servicio.
La inversión inicial fue de 5 millones de dólares que se destinó a formar el equipo, desarrollar la plataforma en la que opera Qubit.tv y pagar las licencias de las películas que están incluidas en el catálogo.
Actualmente en Qubit.tv trabajan 65 personas pero estimamos que a fin de año llegaremos a las 90 empleados. El objetivo de este año es alcanzar las 3000 películas, incorporar puntos de venta físicos (como pueden ser kioskos o puntos de recarga) más allá de la suscripción online.
Mariano Primavera de Qubit.tv