Y vs X… no peor, pero sí distinto (y mucho)

Una vez, algún jefe que tuve, me enseñó que (desde su punto de vista) el “poder” era “la capacidad de hacer que la gente haga lo que el jefe quiere, creyendo que hacen lo que ellos quieren”.

Casi 10 años después, comprendí que si le aplicaba determinadas modificaciones, podía llegar a ser una definición verdadera.
Por ello, tras buscarle variantes pude concretar una definición que, con un pequeño cambio, se aplicaba más a las formas modernas de encarar el liderazgo. Lo reformulé como “la capacidad de que la gente haga lo que se debe hacer,
mientras hacen las cosas a gusto”.

Tras compartirlo, un colega más antiguo que yo en esto de la vida me dijo:
– “¿A gusto? Cuando yo trabajaba en el banco, estábamos guardados en el sótano toda la noche, procesando créditos… ¡Y en esa época se procesaba a mano! Nada de apretar una letra y sentarse a esperar… ¡Y nadie se quejaba!”
Me quedé mirándolo, y meditando… “Cómo cambiaron las épocas”

El desafío mayor de hoy, está en que el núcleo central de la generación “Y”, está haciendo su entrada triunfal al mundo laboral. Hasta ahora el ingreso era paulatino, porque los exponentes de la franja central de esta generación en parte permanecían en las periferias del “mundo del trabajo”, ya que estaban en las universidades, haciendo “viajes de maduración”, buscando el rumbo, o persiguiendo su ángel de vocación.

Es recién desde el 2000 en adelante, cuando el volumen importante de “los Y” pasó la línea de los 20 años, y empezaron a buscar su lugar en el mercado laboral, y a medida que su presencia fue mas fuerte, la incomprensión de “los X” se tornó más robusta.

¿Vale la pena recordar las diferencias? Nunca está de mas, ya que lo explicaré desde el punto de vista de “Nosotros, los Y”, tratando de no caer en las diferencias comúnmente mencionadas.

 

Ahora bien.
El desafío es: tratarlos, conocerlos, acortar distancias, comprenderlos, atraerlos. El objetivo es: motivarlos, liderarlos, canalizar sus cualidades, comprometerlos, fidelizarlos.

¿Cómo?
Partiendo de sus características, podemos esbozar unas recetas fundamentales.

Se podría seguir durante varios renglones, pero alcanza con comprender que son personas con valores, criterios, enfoques, y modelos totalmente diferentes a los de las personas de más de 40 años.

De todos modos, comparten valores, conceptos e ideas.

En cuanto un jefe, aprenda a sacar el verdadero potencial del interior de estos empleados, descubrirá que son una fuente de ideas enorme, y que su fuerza y empuje es tan importante como la dedicación de los empleados de la generación “X”.
Sólo son piedras que no se tallan con los mismos métodos.

Autor: Lic. Jorge Asad Elías. Licenciado en Administración de Empresas, recibido en la Universidad Nacional de Tucumán. Actual Gerente comercial del Canal Mayorista de Emilio Luque (Tucumán).

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