Los diferentes estilos de liderazgo que deja Games of Thrones

Además de ser una de las series de mayor éxito de los últimos tiempos, Juego de Tronos es también una gran fuente de lecciones. ¿Cómo funcionarían algunos personajes dentro de una empresa contemporánea? ¿Podría liderar alguno el organigrama?

En momentos inesperados siempre es posible que broten nuevos conflictos. Los reyes necesitan lidiar con las exigencias de los grupos, con asuntos de honor, ambición y, además, los juegos de poder. A continuación, algunas de las lecciones que nos podrían dar algunos protagonistas de la serie, según el portal brasileño Administradores.com.

 

Joffrey Baratheon, autocrático. Es un líder que toma sus decisiones de un modo individual y que ignora cualquier opinión externa. Joffrey es un adolescente consentido que, al ser coronado Rey, asume una postura donde toma decisiones inconsecuentes. Esta clase de líder puede ser muy dañino en el ambiente corporativo, pues los miembros del equipo no se sentirán miembros de un equipo con metas en común. Consigue resulados, sí, pero desmotiva al equipo.

«Cualquier hombre que deba decir «soy el rey» no es un verdadero rey»

 

Robert Baratheon, liberal. El líder confía tanto en su equipo que la organización funciona prácticamente por sí misma, sin embargo puede indicar un liderazgo apático y débil. Este es el caso de Robert quien, al asumir el control, queda totalemente desanimado, y deja en manos del Consejo sus decisiones. En el ambiente coporativo el liderazgo liberal puede ser positivo cuando el equipo está lo bastante formado para caminar solo, de lo contrario es un desastre. Entre lo bueno de este liderazgo está que valora al equipo, mientras que lo negativo es que pierde el control.

Cersei Lannister, paternalista. Sus hijos están por encima de cualquier otro interés del reino, por lo que toda decisión está relacionado con el bienestar de ellos. Este, según el portal, no es una postura saludable para el ambiente de trabajo, principalmente si la empresa es comandada por los miembros de una misma familia. Es necesario saber separar los negocios de los sentimientos, que no siempre es tan simple y sencillo de hacer.

«El poder reside donde los hombres creen que está. Es un truco, una sombra en la pared»

Ned Stark, justo. En una democracia todos los aspectos son debatidos y decididos por el grupo a partir de la asistencia del líder. Y la democracia se produce en la figura de Ned Stark, quien convoca un Consejo de Representantes del reino para decidir las cuestiones del pueblo. En un ambiente empresarial, esta situación ocurre en organizaciones verticales, donde el líder tiene un papel más bien de facilitador de los procesos y no de quien toma las decisiones. La fortaleza es que es proteccionista, pero su debilidad es que no se cuida.

Robb Stark, relacional. Este líder crea una verdadera armonía en las personas a su vuelta, apacigue conflictos y mejora las relaciones interpersonales, incluso en periodos difíciles. En la obra, durante la guerra por el trono de hierro, Rob consigue unir a sus vasallos en torno a un objetivo en común, derrotar a los enemigos. Esta clase de liderazgo funcionaría en una empresa de capital abierto, donde el Consejo, pese a no estar de acuerdo en diversos aspectos, necesita actuar en nombre de la empresa como un todo. Es un liderazgo que destaca por ser comunicativo, pero es impulsivo.

«Cuando se juega a juego de tronos, solo se puede ganar o morir, no existe término medio»

Daenerys Targaryen, visionaria. Un líder de este tipo estimula al resto a conquistar sueños compartidos. La reina con sangre de dragón desea retomar el trono robado a su padre. Tras asegurar que es ella la verdadera elegida para el trono, la seguirán por donde sea en este desafío. Esto se puede ver cuando en las empresas existe una cultura tan intrínseca en los funcionarios, que ellos se «ponen la camiseta», haciendo lo mejor para la empresa. Como fortaleza, piensa en el futuro, pero su debilidad es que es vengativa.

Khal Drogo, influyente. Líder tribal de una etnia que sobrevive básicamente por su fuerza física, por lo que necesita ser el más fuerte. En el mundo corporativo, según el artículo, sería el equivalente a un equipo que trabaja constantemente bajo presión para alcanzar las metas. Esta situación proporciona la posibilidad de alcanzar objetivos difíciles, sin embargo, la presión puede generar conflictos entre los miembros de la organización. Lo positivo es que trabaja bien bajo presión, sin embargo, no sabe lidiar con las crisis.

fuente: El Economista