¿De qué manera la Internet cambiará el liderazgo empresarial?
Pregunta enviada por Octavian Pantis desde Bucarest, Rumania. Responden Jack y Suzy Welch
De manera profunda, pero no en su totalidad. Por cierto, no al menos en un aspecto muy importante.
Pero comencemos con las partes más profundas, pues si no lo han afligido como líder por ahora, seguramente lo afectarán en un futuro que se acerca con rapidez.
La primera parte tiene que ver con las responsabilidades asignadas con frecuencia al liderazgo: la transmisión de misiones y valores.
Antes de la Internet, los líderes solían crear la misión y los valores de la organización en colaboración con el principal equipo de ejecutivos, y luego dedicaban incontables horas a reuniones, discursos y encuentros personales para diseminar el ‘evangelio’.
A su vez, los empleados, tras escuchar las propuestas, se ponían en acción. En la mayoría de las compañías, los aportes eran permitidos e inclusive alentados, pero existían escasos mecanismos para capturar ideas, ya fuese positivas o negativas, de lugares muy lejanos, o de sitios muy profundos.
La Internet cambia todo eso. Desde hace años, inclusive empleados de bajo nivel han sido capaces de contactar a sus líderes escribiendo un mensaje por correo electrónico. Además, los empleados son capaces de organizar blogs en la compañía, foros online e inclusive sitios de redes sociales, para dar a sus mensajes apremio y peso.
Un equipo que está tal vez situado a miles de millas de distancia de la sede central puede proponer un cambio de abastecedores o advertir de una maniobra de la competencia que nadie a cargo parece haber tomado en cuenta. Todo el piso de una fábrica puede exigir la destitución de un gerente que, aunque ignorado por los ejecutivos, ha logrado siempre salirse con la suya en desmedro de la compañía.
En otras palabras, la Internet introduce un nuevo nivel en el compromiso de los empleados.
Los líderes deben dar la bienvenida a ese desarrollo, y la mayoría lo hacen, pero sería un error ignorar las consecuencias. Una vez los empleados comienzan a hablar, aunque sea por la vía electrónica, también esperan que usted responda.
En épocas antiguas, varias capas de ejecutivos filtraban muchas buenas ideas desde abajo, pero también filtraban el cotorreo. En la era de las comunidades de Internet, los líderes se ven obligados a encontrar, en buena parte por su cuenta, formas de procesar tanto lo bueno como lo malo.
Un segundo cambio importante que trajo la Internet tiene que ver con la grave responsabilidad del líder de anticiparse a próximos eventos económicos y tendencias del mercado y ajustarse a los cambios. En el pasado, esos pronósticos eran resultado de una mezcla de inteligencia, experiencia, buenos consejos y la mayor cantidad de datos posibles.
Obviamente la Internet, con sus blogueros, redes sociales, cartas noticiosas y otros medios de comunicación puede servir al último propósito: agobiarlo con datos acerca de clientes y competidores, sin mencionar todo aquello que está bajo el sol. Algunos datos son muy útiles, otros, simples estupideces.
Para los líderes, el desafío consiste en eludir el enorme gasto en energía que significa seleccionar todos esos datos. Siempre vale la pena analizar información fresca, confiable, pero en definitiva, anticiparse al mercado o a las tendencias involucrará siempre una gran medida de perspicacia y de reconocimiento de tendencias. O, para decirlo de otra forma, de una reacción visceral, instintiva.
Y eso nos conduce a un aspecto del liderazgo que la Internet no podrá cambiar en forma alguna, pues no lo puede hacer. Los líderes reales afectan positivamente a las personas. Se les meten en la piel, les llenan el corazón de inspiración, coraje y esperanza.
Comparten el dolor en época de pérdidas y están siempre allí para celebrar los triunfos.
Es cierto que la Internet permite a los líderes escribir correos electrónicos personales o cartas inspiradoras. Pero, para impulsar al equipo, usted necesita ver, oír y sentir al equipo, y permitirle que le retribuya sus emociones.
Y eso lo toman muy en cuenta los sectores más asociados con la Internet. Por cierto, estuvimos hace poco en una conferencia sobre tecnología de la información en la cual probamos programas que están siendo desarrollados para copiar el tipo de interacciones humanas que acabamos de describir.
Sin duda alguna, eran programas de computadora muy modernos, pero con cada clic del ratón electrónico, pensábamos, "¿No sería mejor que una persona entrara en la oficina de otro ejecutivo y discutiera el problema frente a frente? ¿No se resolvería el problema de manera más rápida y mejor?"
Sí, el enfoque que tiene un líder con su personal es siempre esencial. Pero, para responder a su pregunta, en el futuro, los mejores líderes tendrán que combinar el enfoque personal con la capacidad de evaluar con rapidez las ideas que trae la Internet y las voces que las divulgan. Y eso cambiará los negocios para todos.
Jack y Suzy Welch son autores del libro ‘Winning’. Pueden enviarles preguntas por correo electrónico a winning@nytimes.com.
fuente: Portafalio.com.co