Hay menos negocios, pero también menos competencia

La crisis económica de 2008 fue impredecible. Compañías tan aparentemente estables como AIG, Lehman Brothers y Washington Mutual desaparecieron o necesitaron de fondos gubernamentales para mantenerse a flote. Los precios de las reservas, del aceite y gas cambiaron de una forma drástica. No era tiempo para hombres de negocios con corazones débiles, pero Richard Branson, fundador y director general de una de las compañías de negocios más grandes del Reino Unido, Virgin Group, decidió continuar con su carrera de 23 billones de dólares que se fundamenta en un negocio que fusiona el entretenimiento, las comunicaciones y las finanzas, como si hubiera empezado desde cero.

Branson es un ejecutivo nada convencional que dirige los destinos de Virgin y sus más de 200 negocios sin organigramas ni juntas. Aunque pudiera pensarse que tiene un ejército de secretarias, en realidad apunta sus citas en una libreta y algunos teléfonos en la palma de su mano. Pasa mucho tiempo platicando y en ocasiones hasta conviviendo con sus empleados.

En ese sentido, Virgin es una compañía como ninguna otra porque tiene un jefe que es como ningún otro. Sus empresas –toda una familia de Virgins que incluye a Virgin Atlantic, Virgin Drinks, Virgin Megastores, Virgin Mobile y la más nueva, Virgin America Airline– hacen un poco de todo, desde casar gente hasta venderles vodka y teléfonos celulares, y son capaces de llevarlos a una isla paradisíaca, darles un masaje e incluso llevarlos a viajar alrededor del mundo.

Es inusual para un CEO, pero parece que Branson se divierte bastante. Rara vez pasa un día sin asistir a alguna fiesta de Virgin o realizar algún acto publicitario, como cuando sorprendió a los pasajeros de un Boeing 747 vestido de aeromoza, o cuando atravesó el pasillo de otro vuelo disfrazado de buzo, con máscara y esnórquel. La fortuna personal de Branson asciende a por lo menos 5 billones de dólares y Virgin expande sus actividades todos los días a nuevos negocios, incluyendo nuevas divisiones como la estadounidense Virgin Money, una compañía de servicios financieros, y Virgin Charter, un sistema de mercadeo en línea para jets privados. Todo comenzó con una revista estudiantil que Branson fundó cuando tenía 16 años. Para mantener a flote su aventura literaria, inició un negocio de venta de discos por correo que a la larga derivó en la primera tienda Virgin. No tardó nada en anotarse un gran tanto: cubrir la tierra entera con Virgin. Ahora la tierra no es una limitante, porque Branson planea moverse al espacio exterior a través de Virgin Galactic, que planea realizar viajes turísticos a la alta atmósfera y, finalmente, instalar un hotel en el espacio.

A la par de sus compromisos como hombre de negocios, Branson es conocido como un aventurero que ha roto récords mundiales en veleros y globos aerostáticos. Ha hecho cuatro intentos por dar la vuelta al mundo en un globo. En uno de ellos, su globo se salió de control en medio del desierto en Argelia. Anteriormente, había estado a punto de morir en el océano. Junto a sus hijos, Branson estuvo a punto de romper el récord de un viaje transatlántico entre Nueva York e Inglaterra a bordo del Virgin Money, un yate de 99 pies. Al final, no lo consiguieron.

Nuestro editor David Sheff, que hace poco entrevistó a Daniel Craig, puso al magnate contra las cuerdas.

PLAYBOY: Se dice que este año será uno de los peores para la economía mundial desde la Gran Depresión. ¿Cómo lo enfrenta Virgin?
BRANSON:
Desde hace dos años empezamos a presentir que los bancos tendrían problemas con los créditos. Hasta donde sabíamos, esos problemas eran una advertencia de que todo el sistema podía colapsar. En ese tiempo, vendimos lo que poseíamos de compañías que no fueran Virgin. Así que no invertimos en bienes pasivos y cuando las cosas se pusieron feas, estábamos en mucho mejor posición que otras compañías. Nuestras empresas son fuertes, bien plantadas. Tan sólo Virgin Atlantic dispone de 1.5 billones en efectivos.

PLAYBOY: ¿Qué cree que haya originado la crisis?
BRANSON
: La voracidad y la falta de regulación. Es impresionante cómo la combinación de ambas ha orillado al mundo a un precipicio. Es increíble que las instituciones hayan especulado hasta esos extremos. Por lo mismo, no me sorprende que hayan perdido la apuesta.

PLAYBOY: ¿Qué tan vulnerable es Virgin ante una recesión?
BRANSON:
Somos bastante fuertes. Comparados con otros, tenemos lo que se necesita para enfrentarla.

PLAYBOY: ¿Pero no sucederá que la gente viaje menos y compre menos de lo que usted produce?
BRANSON:
Sí, pero otras cosas cambiarán. Si existe menos demanda, el precio del petróleo baja, por ejemplo. Es una tendencia natural que, como compañía, nos ayuda a balancear nuestros costos si menos gente viaja. Atravesamos el 11 de septiembre y otras crisis mundiales importantes y, por fortuna, nunca una de nuestras compañías se ha ido a la quiebra. Hay menos negocios que hacer allá afuera, pero al mismo tiempo ha disminuido la competencia. Creo que estaremos bien. Esto no quiere decir que no nos veremos afectados, claro, la crisis nos golpea a todos, a cada quien le afectará en distinto grado.

PLAYBOY: Acaba de abrir un banco en Estados Unidos. Tomando en cuenta los problemas financieros, ¿por qué lo hizo?
BRANSON:
Virgin Money apunta a las personas que buscan alternativas de préstamos, especialmente en este clima adverso. Facilita los préstamos entre amigos y familia y por eso la riqueza se queda en la familia. Representamos la alternativa con respecto a los bancos formales y las compañías de créditos que son mucho más caras y que en estos momentos no quieren realizar préstamos. Nosotros queremos ayudar a la gente a pedir prestado. Creo que es un negocio valioso brindarle a la gente la oportunidad de comenzar su propio negocio o pagar la educación de sus hijos, que en estos tiempos representa un problema para el que las soluciones se han reducido.

PLAYBOY: Los bancos no son el único negocio que enfrenta problemas en Estados Unidos. Tomando en cuenta lo mucho que ha subido el precio del combustible, ¿no es una locura que expanda sus aerolíneas?
BRANSON:
Ésa es la razón por la que hay grandes oportunidades en ese terreno. A lo largo de varios años muchas aerolíneas han ingresado al Chapter 11 o se han ido a la quiebra. Algunas de las aerolíneas más grandes se han caído. Una, cuando menos, caerá muy pronto.

PLAYBOY: ¿Cuál?
BRANSON:
No hay que imaginar demasiado para saber a cuál me refiero. Uno de los dos grandes gigantes está a punto de irse. Cuando las aerolíneas se sienten asfixiadas, es el momento idóneo para ofrecer un buen producto. La gente busca calidad. Eso no ha cambiado. Tenemos muchos planes novedosos, nada que ver con las grandes aerolíneas tipo United. Nuestros costos base son mucho mejores que los suyos. No consumimos tanto combustible.

PLAYBOY: ¿Cómo puede ser capaz de consumir menos combustible?
BRANSON:
Contamos con tecnología mucho más moderna, que aprovecha el combustible, como los Airbus A320, que son mucho más eficientes que la flota promedio de nuestros competidores. Además, no necesitan de mucho mantenimiento. También son confiables, por lo que no tenemos que gastar toneladas de dinero en cancelaciones y compensaciones. Además, no hemos tenido que operar durante años con un sindicato apuntando una pistola a nuestra cabeza.

PLAYBOY: ¿Está contra los sindicatos?
BRANSON:
Los sindicatos existen para defender sus puntos, así que de vez en cuando generan rencor. Le sucede mucho a las aerolíneas grandes. Nosotros no tenemos sindicatos. La razón por la que espero que nunca los tengamos es que son una barrera entre la compañía y sus empleados.

PLAYBOY: Muchas personas dirían que los sindicatos están para proteger a los trabajadores.
BRANSON:
Creo que nos corresponde a nosotros ver por nuestra gente y procurar que se sientan tan bien que no necesiten un sindicato. Uno nunca sabe. Quizá un día tengamos uno. Quiero pensar que podremos manejar la compañía de forma que eso nunca suceda. Si nuestros trabajadores son felices, no habrá la necesidad.

PLAYBOY: Para aligerar sus jets y, en consecuencia, ahorrar combustible, Air Canada Jazz anunció que removerá los chalecos salvavidas de sus aviones, ¿haría algo así?
BRANSON:
(Risas) En Virgin, si tenemos que acuatizar, aún seguiremos dándote un chaleco salvavidas. Aún me divierte que las autoridades de aviación nos exijan que, cuando buscamos personal para nuestros vuelos, pongamos en el anuncio “Indispensable saber nadar”. Entiendo que eso sirve para vuelos transatlánticos, pero se me hace muy absurdo si hablamos del uso doméstico. Pero así lo hacemos.

PLAYBOY: Dado que ha sido muy publicitada su preocupación respecto a la utilización de los combustibles fósiles y su impacto en el calentamiento global, ¿es responsable de su parte que expanda su imperio de aerolíneas?
BRANSON:
Es verdad que estamos dentro de una lista de industrias que contaminan. Las aerolíneas utilizan mucho combustible de origen fósil y emiten bastante CO2 a la atmósfera. ¿Qué podemos hacer al respecto? Podría vender la aerolínea y salir del negocio. Pero si lo hiciera, alguien más vendría y se encargaría de emitir todo ese bióxido de carbono. Lo que nos queda es trabajar con mucho esfuerzo para que las cosas cambien y la industria se vuelva parte de la solución del calentamiento global. Eso es lo que estamos haciendo. Como dije antes, hacemos lo posible por quemar menos combustible. Segundo, estamos tomando el cien por ciento de las utilidades de las empresas de transportación pertenecientes a Virgin Group (incluidas Virgin Trains, Virgin Blue de Australia, Virgin Atlantic, Virgin America, las aerolíneas en Bruselas y Noruega), para desarrollar alternativas de explotación de energía limpia, como la solar o la basada en el viento. Hemos tenido algunos avances en ese sentido, uno de los más importantes es haber invertido en Solyndra, una compañía que produce los mejores paneles para captar energía del sol. Espero que en unos dos o tres años podamos costear la producción de energía de manera que sea mucho más barato utilizar el sol en vez del carbón. También hemos logrado hacer mucho más. Tenemos un desafío por 25 millones de dólares a través del Virgin Earth Challenge para quien logre extraer el carbón que actualmente existe en la atmósfera. Además, estamos preparando un espacio global para que la gente nos presente sus ideas de geoingeniería. Estamos haciendo todo esto al mismo tiempo que nos esforzamos por hacer crecer a nuestras aerolíneas, como Virgin Atlantic y Virgin America.

PLAYBOY: ¿Qué hay de su compañía de telefonía celular? ¿No cree que ya teníamos demasiadas en Estados Unidos?
BRANSON:
Nos gusta involucrarnos en cualquier negocio que podamos hacer mejor que los otros. A esta compañía le ha ido bastante bien. Hemos sido de las compañías que más rápido han alcanzado la marca del billón de dólares en Estados Unidos. Claro, no hemos llegado a tener el valor de Google, pero estamos trabajando en ello. Nos hemos involucrado en el mercado de post-pago. Virgin Mobile ha impulsado buenos festivales musicales en Estados Unidos, lo que significa mantener joven a la marca. Virgin Mobile ha sido una de las compañías que más rápido ha crecido en toda la historia de las corporaciones estadounidenses. Fue el primer producto que lanzamos en tu país, sin contar que tenemos a artistas como Genesis, Lenny Kravitz y Janet Jackson, lo que nos ha ayudado a establecer la marca.

PLAYBOY: Sin embargo, Virgin ha tenido sonados fracasos. ¿Qué pasó con la Virgin Cola?
BRANSON:
La lanzamos en Inglaterra y fue muy exitosa durante un periodo determinado. Conocí a una chica que trabajaba para Coca Cola en Atlanta. Ella era inglesa. Dijo que había visto el éxito de la Virgin Cola en Atlanta y entonces había ido con los ejecutivos de Coca y básicamente les dijo: “Debemos hacer quebrar a la Virgin Cola. Deben tomarla en serio, como que esa marca es capaz de dominar al mundo. Es la única que pudiera derrotar a Coca Cola”. Me dijo que fue puesta al mando de un grupo de espionaje y fue enviada a Inglaterra. Lanzaron descuentos especiales en cualquier lugar donde estuviéramos nosotros en exhibición. Amenazaron con retirar refrigeradores de los pequeños distribuidores. Nos hicieron lo mismo que British Airlines nos había hecho hace algún tiempo. Coca Cola tiene muchas influencias. La gente de los establecimientos debía tener Coca Cola porque representa un nombre genérico dentro de la industria de bebidas refrescantes. Nos hicieron un poco de daño. Pero al mismo tiempo, nos hemos colocado en más de 20 países. Somos el refresco de cola número uno en Bangladesh, además de otros países.

PLAYBOY: ¿Existe algún producto con el que no quisiera que se asociara el nombre de Virgin?
BRANSON:
Sí, con cigarros. No tengo nada en contra de que los adultos se maten de la forma en que lo deseen, sea en un bote o fumando cigarrillos, pero no creo que sea correcto que induzcamos a la gente a fumar.

PLAYBOY: Aún continúa viajando con una libreta de papel en vez de una computadora personal.
BRANSON:
Es difícil romper con viejos hábitos. Mi libreta va bien conmigo. Mi vida entera se rige por mi libreta. Todo lo que hago está escrito en mi libreta o en el dorso de mi mano, si no la tengo cerca.

PLAYBOY: Acerca de su pasión por los botes y los globos, ¿estar a punto de morir es parte de la diversión?
BRANSON:
Los momentos en que todo va mal han sido los peores de mi vida. Recuerdo una excursión por el Pacífico en la que apenas llevábamos algunas horas de viaje y dejamos ir un bote vacío de gasolina, pero con él se fueron dos tercios de nuestros tanques llenos. Calculamos que tendríamos pocas posibilidades de cruzar el Pacífico a menos que aceleráramos a 180 millas por hora. Fuimos afortunados, porque el globo aceleró. Esos momentos son de mucha soledad, es cuando te preguntas cómo demonios te subiste a ese globo. Pero al mismo tiempo es increíble. Generalmente olvido los malos momentos y me acuerdo de los buenos. Puedo jurar que no volveré a intentarlo, pero a las dos semanas ya estoy buscando un nuevo reto, una nueva aventura.

PLAYBOY: Su fortuna le permite hacer casi cualquier cosa que se le antoje. ¿Alguna vez un millonario se fija en la lista de precios de un menú?
BRANSON:
Recuerdo un día en que estaba en mi yate y alguien me dijo: “¿Compraste The Independent ya?” y le dije: “No, ni siquiera sabía que estaba a la venta”. Y la persona me respondió: “Me refiero a que si compraste un ejemplar de The Independent”. Tengo una buena vida, bastante equilibrada. Me divierto bastante y trabajo duro.

PLAYBOY: Se ha involucrado en otra aventura, Virgin Galactic, que ofrece excursiones al espacio. ¿Es una empresa realista?
BRANSON:
Es completamente realista y una de las experiencias más emocionantes que tengo en mente. Estamos trabajando mucho para que esté lista. Desarrollamos una nave espacial. Es extraordinario. Hemos pasado mucho tiempo pensando en qué es lo que quiere la gente que viajará con nosotros.

PLAYBOY: ¿Y qué quiere?
BRANSON:
Quieren ventanas enormes para poder admirar el espacio exterior. Quieren experimentar la falta de gravedad. No quieren sentirse enfermos. Hay que pensar hasta en el más mínimo detalle. Haremos vuelos de ensayo durante todo un año antes de subir pasajeros a la nave. La nave nodriza no estaba lista hace dos meses y ahora estará volando el mes siguiente. La nave espacial podría empezar a probarse en 12 o 15 meses.

PLAYBOY: ¿Cuánto costará un viaje al espacio?
BRANSON:
200 mil dólares.

PLAYBOY: ¿Por qué eligió el nombre de Virgin para sus empresas?
BRANSON
: Tenía 15 años y nada de experiencia en los negocios. Es un nombre adecuado porque así nos sentimos cuando iniciamos una empresa: Siempre es territorio virgen.

PLAYBOY: Fue condecorado Caballero, ¿significa algo especial para usted?
BRANSON: Veinte años antes de ser condecorado, lancé la canción “God save the Queen” de Sex Pistols, así que cuando ella (la reina) pasó la espada cerca de mi cabeza no sabía si me la iba a cortar de un tajo o a tocar con suavidad mi hombro. El tiempo lo cura todo y creo que ya me habían perdonado. Es un honor inglés ser Caballero.

Richard Branson. Fundador y CEO de Virgin. Ícono de los emprendedores

Fuente: David Sheff. Fotografía de David Rose (Plaboy México) 

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