Existen multitud de clasificaciones y estudios que describen los posibles tipos de liderazgo en la empresa y el deporte. Es posible que pienses que el llegar a ser un líder solo está al alcance de unas pocas personas en una organización. Discurres que te gustaría tener esas cualidades o habilidades pero no sabes o no te atreves a ir más allá. ¿Qué te parece si descubrimos juntos el líder que hay en ti?
Teorías en constante investigación
Si te paras a pensar en grandes líderes, seguro que te vienen a la cabeza diferentes nombres. Recordarlos es sencillo, pero lo difícil es identificar el cómo lo han conseguido.
La psicología ha estudiado de forma intensa el liderazgo. Ya en 1974 y según Stogdill, existían más de 3.500 estudios publicados. Esta cifra no ha parado de crecer y hoy en día se sigue investigando de forma intensa en ello.
Ritchter (1970), explica que el liderazgo es complejo porque abarca al mismo tiempo aspectos intelectuales, afectivos y físicos.
La palabra es ambigua debido a que se le han atribuido multitud de definiciones bastante distintas. El mismo Stogdill recogió más de 50.
De clasificaciones hay muchas. Las que considero más significativas pueden ser éstas.
- Stogdill y Coons (1957) fueron de los primeros en diferenciar los estilos mediante el grado de orientación hacia las tareas o hacia las personas.
- White y Lippitt (1960), establecieron 6 clases. El autocrático, burocrático, diplomático, consultivo, democrático y el permisivo.
- Blake y Mounton (1966), elaboraron su famosa rejilla, diferenciando 5 clases. El basado en la burocracia, la tiranía, el club de vacaciones, el paternalismo y el de trabajo en equipo.
- Vroom y Jago (1974), diferenciaron 5 tipos dentro de su liderazgo alternativo. El autocrático, menos autocrático, consultivo, más consultivo y el de decisión grupal.
- Hernsey y Blanchard (1977), con el liderazgo situacional, abogaban por utilizar un tipo imperativo, consultivo, participativo o delegativo, dependiendo de la situación por la que se atravesase. Siempre en función del grado de madurez del equipo de trabajo, de la relación y apoyo emocional que precisen para identificarse con los objetivos propuestos y del número de directrices que cada tarea necesite para ser cumplida.
- Chelladurai (1980), conjuntamente con otros investigadores, definió 4 estilos. El autoritario, el delegativo, el consultivo y el participativo o democrático.
- Burns y Bass (1981), introdujeron los conceptos de liderazgo transformacional y transaccional.
- Zeigler (1983), estableció 5 categorías. El dictador, el organizador, el profesional, el demócrata y el que deja hacer.
- Goleman (1995), desarrolló 6 estilos. El coercitivo, orientativo, afiliativo, participativo, imitativo y el capacitador. Lo más interesante, es que estableció un cuadro explicando cuando funcionaba mejor cada estilo, cómo se tenía que operar, el lema del estilo, cuáles debían ser la competencias básicas de inteligencia emocional y qué impacto tenía sobre el clima del equipo.
Primero lidérate a ti mismo
Después de 20 años de experiencia dirigiendo diferentes equipos de trabajo a nivel deportivo y empresarial y leyendo mucho sobre el tema, si me permites, me gustaría describir, lo que es a día de hoy, mi opinión al respecto.
Es solo una más y te animo a que en los comentarios des la tuya.
Mi primera conclusión hasta la fecha, es que antes de hablar de los tipos de liderazgo, tendríamos que hacerlo de cómo liderarnos a nosotros mismos. En este aspecto, coincido plénamente con Stewart D. Friedman y su libro Total Leadership.
Si estás al frente de un equipo de trabajo el primero al que tienes que motivar, influir e inspirar es a tu propio ser. Cuando seas capaz de liderarte a ti mismo podrás liderar a otros.
Para conseguirlo estos son los puntos en que, creo, puedes ahondar:
- Aprender a saber utilizar tu sentido común.
- Ser disciplinado.
- Ser capaz de crear buenos hábitos en aras de tu salud física y mental.
- Estar visible, accesible y disponible para vivir la realidad del día a día de tu gente y de la calle.
- Tener integridad personal basada en la honestidad y los principios éticos.
- Ser creíble. Aprender a reconocer errores y tratar de no repetirlos.
- Saber asumir riesgos mediante la innovación, la creatividad y sin temor al fracaso.
- Ser digno de confianza y confiar para delegar.
- Aprender a comunicarte.
- Hacerte respetar. Ser asertivo.
- Prescindir del orgullo personal y dar entrada a la humildad.
- Aprender a saber escuchar y no a oír.
- Ser perseverante sin ceder fácilmente en tus propósitos.
- Tener sentido del compromiso.
- Aceptar la crítica. Saber que siempre existe y no querer gustar a todo el mundo.
- Entrenar tu capacidad de autocontrol y serenidad.
- Tener capacidad para automotivarte.
- Sentir pasión por lo que haces.
- Ser empático.
Seguro que en muchos de estos temas hemos cometido y cometemos errores. Yo el primero. Pero eso no nos exime de que sean unas habilidades y cualidades que siempre deberíamos tener presentes y en el punto de mira dentro de nuestro más profundo ser.
No se trata de ser perfecto ni un superman, pero si que, de vez en cuando, repasarlas y mirar en qué podemos cambiar y mejorar. Es cuestión de actitud, de realizar cosas para producir cambios y poder estar en paz con nosotros mismos.
Al frente de un equipo
Una vez sepas liderarte podrás liderar a tu equipo.
Puede ir en función del grado de maduración de éste y de la situación en la cuál esté la empresa u organización.
Dependiendo de estos aspectos, mi segunda conclusión sería resumirlo en el poder adoptar dos tipos de liderazgo.
- El autocrático,
- El que busca la transformación del equipo.
El primero para situaciones de crisis o cuando eres nuevo en una organización y el segundo para todo lo demás. En este segundo punto, englobaría todas las clasificaciones de los múltiples estudios realizados. Es decir, para orientar, motivar, mejorar las relaciones del equipo, fomentar la participación, mejorar su desempeño, desarrollar su potencial, conseguir los objetivos de la empresa y del equipo de forma consensuada.
Al cabo de los años, he visto que los grandes resultados se suelen conseguir gracias a lo que tú y tu equipo os hayáis podido transmitir, buscando el beneficio de los demás y no solo el de uno mismo.
¿Por qué cuesta tanto llegar a serlo?
El principal obstáculo, creo yo, son los fuertes prejuicios que se pueden llegar a tener, resultado de la educación y experiencia acumulada a lo largo de los años. El componente ontogenético y filogenético tienen que decir mucho al respecto. Estuvimos mucho tiempo bajo un periodo feudal y si nos paramos a pensar, en el sistema actual aún no ha desaparecido.
El segundo, la falta de buenos líderes en primera linea, que tengan presente la serie de puntos antes enumerados para poder primero liderase a ellos mismos. La política de hoy, por desgracia, es un claro ejemplo.
Y el tercero puede ser el obsoleto modelo administración-empresa-trabajador.
Pero no quiero ser catastrofista. De líderes los hay y muchos. Son personas corrientes que trabajan dentro del anonimato pero que realizan una gran labor dentro de su comunidad consiguiendo grandes resultados a base de disfrutar del camino y servir a los demás. Pero esto no suele ser noticia.
Para finalizar, comentar que para mi, una estructura ideal sería aquella en la que cada componente del grupo ejerciera de líder en un un área concreta. El nexo de unión estaría en la reuniones de equipo para evaluar resultados y medidas de mejora.
Una organización que funcione por si sola de forma sistematizada.
Sé que es difícil, pero no imposible.
Joan Ventura – Correr para Emprender