Los retos que le deparan a Colombia: grandes riquezas y duras adversidades

Javier Ospina Baraya habla sobre el futuro de Colombia

Si al hablar de la riqueza de un país únicamente nos ceñimos a su Producto Interior Bruto dividido entre el número de habitantes del territorio (lo que en económica se conoce como PIB per cápita) el pódium mundial es para Luxemburgo, con un PIB per cápita mayor a 109.602 dólares, seguido de Suiza e Irlanda (81.867 y 79.668 dólares respectivamente).

Y no, no me he olvidado de que Estados Unidos es el número uno en el escenario mundial en términos de PIB total, pero ocupa el quinto lugar con un PIB per cápita con 63.051 dólares.

Por tanto, si estrechamos la mente únicamente a términos macroeconómicos, y teniendo en cuenta como medida de referencia el PIB por habitante, los 25 países más ricos del mundo están ubicados en América del Norte, Europa, Asia y Oceanía. Ningún país latinoamericano o africano figura en la lista.

¿Cómo lograron estos países sus pujantes economías?

Para explicar someramente las diferencias que han marcado a lo largo de los años que ahora unas economías sean más pujantes que otras, tengo que quitarme el vestuario de empresario internacional y tomar el papel de historiador, pero básicamente hablamos de economías que tuvieron una rápida transición del periodo agrario a la industrialización, para posteriormente proyectar un potente sector servicios.

Noruega por ejemplo basa su riqueza en la extracción de petróleo y gas, energía hidroeléctrica y el marisco, e Irlanda potencia sus recursos naturales (incluida la agricultura, la pesca, la silvicultura y la minería), así como sus productos farmacéuticos.

¿En qué situación económica está Colombia?

Tomando la misma vara de medir que antes hemos utilizado para determinar los países más ricos del mundo, rápidamente nos damos cuenta de que la situación económica que tenemos en Colombia no es positiva con un PIB de solo 5.565 dólares por habitante, ocupando el lugar 101 de los 196 países analizados por los Índices de Desarrollo Humano. Todo ello a pesar del recorte en las desigualdades sociales, y el ensanche de la clase media, que experimentó el país en los años del presidente Álvaro Uribe, aunque siendo francos, y no sin dolor, tenemos que reconocer que el nivel de vida en Colombia es bajo, estando muy marcado por un salario medio de los más flacos del mundo.

El pueblo colombiano tiene la solución en su propia tierra

Según el informe emitido en el año 2018 por el Banco Mundial, la riqueza de Colombia equivale a 6,17 billones de dólares, representando el 0,53 por ciento de la que existe a nivel global. ¿Qué quiere decir esto? Que si hacemos un cálculo de la riqueza acumulada por el capital natural (bosques, minerales cascadas…) le sumamos el capital humano (entendiendo como ello los ingresos esperados a lo largo de la vida de una persona), añadimos el capital producido (como son los edificios e infraestructura) y los activos netos en el exterior, ósea tasamos Colombia para saber cuál es su valor real, la cifra resultante nos sitúa en una posición privilegiada a nivel mundial, ofreciendo una riqueza en Colombia de 129.289 dólares por habitante, situándose con el mismo algoritmo de mediciones por encima de economías como la China, aunque por debajo de nuestros vecinos de Brasil (quienes atesoran una patrimonio natural difícil de igualar por las dimensiones del país).

Las claves de esta recuperación

Ojalá fuese tan fácil ejecutar las acciones necesarias para corregir la desigualdad como analizar las debilidades y fortalezas. Ojalá pudiéramos eliminar de raíz el fraude y la corrupción como primera medida para comenzar a trabajar en la mejora de los servicios públicos y la explotación sostenida y adecuada de los muchos recursos que atesora Colombia. Ojalá la transformación de nuestro país fuese tan verosímil como yo la percibo al considerar las medidas a implementar. Pero todos sabemos que un buen análisis tan solo es la antesala de un plan de ejecución, y los pasos se dan ordenadamente. Por ello profundizando en el análisis, y desde una perspectiva empresarial, Colombia tiene todo lo necesario para encabezar un nuevo orden económico en Latinoamérica y el resto del mundo:

En conclusión, la pandemia de la Covid-19 y sus secuelas nos empuja a hacer más de lo que hasta ahora nos podía parecer suficiente. No podemos permitirnos que dentro de 5 años miremos atrás y la situación de desigualdad continúe siendo una constante.

Para ello debemos debatir sobre el potencial de Colombia, sus recursos, la necesidad de consolidar la clase media y ponerle fin a la corrupción. Una misión en la que las empresas de capital privado tenemos también que cumplir nuestro papel, y predicando con el ejemplo la consultora Internacional Dezvoltare Management, la cual dirijo, lleva desde su implantación en Colombia en el año 2020 sumando su visión humana y la responsabilidad social corporativa a cada proyecto que realizamos o donde intervenimos.

Tan sencillo y a la vez tan satisfactorio.

Javier Ospina Baraya. Empresario y consultor internacional
Salir de la versión móvil