Es tal la euforia que genera el Mundial de fútbol en los argentinos que más de una vez se piensa que la producción y la economía del país se ven afectadas. Sin embargo, observando fríamente los datos, pareciera que los argentinos en promedio no somos “mundial dependientes”, económicamente hablando.
Para arribar a esta conclusión, hemos analizado los datos disponibles sobre las variables económicas que pudieran verse afectadas por este evento que dura, cuanto más, un mes cada cuatro años.
¿Se paraliza el país?
En primer lugar, analizamos el Estimador Mensual Industrial (EMI), que sintetiza las
variabilidades de la actividad industrial en el país mes a mes. Tomando la variación mensual del índice desestacionalizado, no se observa ningún comportamiento especial en los meses en que se jugaron mundiales, ni al compararlo contra el período anterior, ni comparándolo con el mismo período del año anterior.
Por ejemplo, en el último mundial, el mes de junio de 2002 arrojó el nivel más bajo del EMI para los últimos junios desde la crisis de 2001, con una caída del 1.39% en términos mensuales, y del 16.22% en términos interanuales. En tanto, en junio de 1998 la producción industrial creció un 2.80% mensual, y en el mundial de 1994, cayó un 3.04%. Es decir, no se observa una relación particular entre la actividad industrial y el mundial de fútbol.
Por otra parte, podríamos pensar que es la actividad económica en general la que se ve afectada, en vez de la industria específicamente. Sin embargo, observando el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) desestacionalizado, tampoco se encuentra un patrón determinado: en junio de 1994, cayó 0.5% mensual, en junio de 1998, creció 1%, y en 2002 cayó 0.7%.
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