Si no creo en lo que hago, no lo hago más

¿Cómo empezaste?
Empecé comiendo. Toda mi familia cocina muy bien, cada uno a su estilo. Terminé la secundaria y me tomé un año sabático pero en la mitad me aburrí y empecé a estudiar cocina. Dije “esto no me disgusta, doy exámenes, los apruebo y vemos que onda. Pero no lo pensé como un trabajo, sino que vamos a aprender un poco más de cocina”

¿Cuando de produjo el clic?
No hubo clic, todo fue bastante natural. No planeo a muy largo plazo, mientras esté haciendo lo que me gusta, ahí voy.

¿Ese es tu secreto para emprender?
No es un secreto sino que lo digo abiertamente: si no creo en lo que hago, no lo hago más

¿La autoestima es el valor central?
Creer en lo que hago para no mentirme a mí misma. No podría hacer algo que no me guste, por eso cuando trabajaba en la cocina del restaurante largué porque dejó de gustarme.

¿Cómo te definirías: empresaria, chef, emprendedora?
Soy cocinera, bastante inquieta. Soy emprendedora, mi mamá y mi papá también lo son, cada uno en su forma. Mi mamá cambió varias veces, mi padre no y siempre hizo lo mismo; no tuvieron jefes. Y esto ayuda a tener un ejemplo de que ser tu propio jefe es posible y está bueno pero saber también que podés aprender de otros y aprovechar las oportunidades.

Te vemos cocinando por el mundo y salís de la cocina para conocer la cultura
Eso te abre la cabeza. Te hace ver como come otra gente, porque come ciertas cosas, como lo combina, de que manera lo consume, desde hace cuanto. Como vino la comida a ese lugar te hace entender mucho de lo que nosotros mismos comemos

Un consejo para los emprendedores
Tengan  una idea clara de lo que quieren hacer. En lugar de hacer la lista de todo lo que podrían llegar a hacer, distingan una cualidad que se filtre en todas esas cosas.
Y en mi caso,  creer en lo que hago para que la gente coma un poco mejor. En el servicio de catering, en la producción de eventos, en el food styling puedo aplicar estas dos premisas

Entrevista de Marcelo Berenstein

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