Richard Branson: El reto de ingresar a mercados establecidos

Por cada emprendedor que tiene el valor de enfrentarse a un Goliat con el equivalente a una honda y un par de guijarros, hay otros cien que dirán: «¡Debes estar bromeando! ¡No hay forma de que yo pueda competir con ese monstruo!». Durante buena parte de mi carrera he desempeñado el papel de David y he disfrutado cada minuto de ello. Verá, siempre he creído que lo pequeño es bello. Las empresas jóvenes, con iniciativa, tienen ventajas sorprendentes cuando se enfrentan a competidores grandes y pesados. Todo lo que tienen que hacer es descubrir cuáles son las debilidades del gigante y cómo explotarlas. En 1984, por ejemplo, cuando la diminuta Virgin Atlantic desafió por primera vez a la poderosa British Airways, los momios ciertamente parecían estar definitivamente contra nosotros. De hecho, mis banqueros se mostraban tan poco entusiastas acerca de mis perspectivas ¡que rehusaron mi solicitud de crédito en el último minuto! Pero nuestro nada costoso arsenal estaba repleto de algunas armas sorprendentes y poco convencionales. Quizá la más eficaz de ellas era nuestra agilidad, integral a nuestra cultura corporativa, en gran parte gracias a nuestro pequeño tamaño. British Airways arrastraba el peso de procesos de decisión jerárquicos y lentos que hacían muy difícil cualquier cambio, en tanto que nosotros éramos capaces de cambiar nuestra dirección o detenernos casi de inmediato. Mi mentor en esos días era el legendario empresario de la aviación Sir Freddie Laker. Una vez me dijo: «Richard, nunca olvides que sólo un tonto nunca cambia de opinión». Como no deseaba parecer tonto, seguí su buen consejo. En Virgin, cuando nuestros clientes o tripulación nos decían que no les agradaba algo, nosotros lo descartábamos y pasábamos a la siguiente idea. Nuestro tamaño tan pequeño -sólo teníamos unos cuantos aviones- nos permitía ofrecer a nuestros clientes una experiencia que los grandes protagonistas en la industria no podían igualar en sus grandes flotas de aviones. Por ejemplo: nuestros pasajeros de Clase Alta (el equivalente de business class», no ofrecemos servicios de categoría «primera clase») reciben un servicio de trasporte en limosina de puerta a puerta, tanto para llegar al aeropuerto como para salir de él. Nuestros competidores tendrían que ofrecer este servicio en cada una de sus rutas mundiales, no sólo en las pocas que competían con Virgin, lo que sería mucho más costoso para ellos. Y piense en esto: si nosotros proporcionamos limosinas para nuestra clase de negocios, ¿qué podrían ofrecer nuestros competidores para sus clientes de primera clase? ¿Enviarles un Rolls Royce? No les tomó mucho tiempo decidir no tratar de igualar nuestro servicio de limosinas, y 25 años después sigue siendo un singular argumento de ventas para Virgin. Esto puede parecer una jactancia peculiar para un ejecutivo jefe, pero no creo que una compañía de Virgin haya llegado a ser el mayor protagonista en cualquier sector al que hemos ingresado. A finales de los años 80, Virgin Records era ciertamente la mayor marca independiente de la industria, pero estábamos lejos de ser la mayor, en términos generales. Me aseguré de seguir dividiendo la empresa en compañías más pequeñas, garantizando así que mantendríamos nuestro sentido de competitividad y urgencia. Y al parecer funcionó. Llegamos a ser lo suficientemente influyentes para atraer a grandes nombres como The Rolling Stones, quienes sabían que con Virgin nunca sería sólo otra súperbanda en un elenco de súperbandas. Al mismo tiempo, todavía estábamos totalmente sintonizados con la calle y podíamos capturar emocionantes artistas nuevos. hora que lo pienso, llegamos a ser probablemente la empresa comercial más grande de vuelo espacial. Virgin Galactic, sin embargo, no se ajusta al patrón. Nuestra elección de ir «‘¡Al infinito y más allá!», como diría Buzz Lightyear de Toy Story, tiene que ver más con ser suficientemente valeroso, visionario o simplemente loco para establecer un sector de negocios totalmente nuevo. De hecho, esa actitud prácticamente resume el nombre de nuestra marca. Si bien creo que lo pequeño es bello, no estoy sugiriendo que no hay muchas compañías muy buenas que son muy grandes. Si observa atentamente, sin embargo, algunas de las mejores entre ellas, como Apple, llegaron a donde están enfocándose en grandes productos, siendo ágiles y compitiendo contra compañías mucho mayores. El asombroso éxito de Apple ha producido un crecimiento tremendo y aquellas batallas para sobrevivir parecen un recuerdo distante. Así que Steve Jobs ahora debe luchar duro para conservar todos los elementos culturales que mantendrán a su empresa tan ágil como sus competidores. Y ahora, ¿dónde dejé mi honda? RichardBranson@nytimes.com . Incluya nombre, país y dirección de correo electrónico

Richard Branson. Fundador de Virgin Group y compañías como Virgin Atlantic, Virgin America, Virgin Mobile y Virgin Active.

fuente: Portafolio (Colombia)

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