Francois Duhamel, Profesor investigador de la Escuela de Negocios y Economía de la Universidad de las Américas Puebla, muestra la distinción entre una buena estrategia de outsourcing y una mala; con el proposito de darle el mejor uso a esta herramienta
Las «buenas» formas para disminuir costos residen más bien en compartir entre diferentes clientes los recursos operados por los prestadores de servicios. Por ejemplo, si dos empresas movilizan cada una solamente el 40% de la capacidad de su servidor informático, un prestador de servicios podría con un solo servidor (utilizado al 80% de su capacidad) proporcionarles el mismo servicio a las dos empresas antes indicadas, lo que les generaría una disminución importante de costos fijos. Se trata entonces de una situación ganar-ganar, tanto para las empresas como para sus prestadores de servicios.
Por otra parte, la reducción de costos no debe ser el único motivador para fomentar acciones de outsourcing, otros motivadores importantes para las empresas deben ser la focalización sobre lo que éstas saben hacer mejor que sus competidores, el acceso a las capacidades especializadas de los prestadores de servicios, y la flexibilidad, tan importante en un contexto de crisis económica.
Pero, cuidado con el outsourcing: el principal riesgo para las empresas es el de caer en una relación de dependencia con sus prestadores de servicios, lo que les impedirá poder librarse fácilmente de ellos, hasta aún en el caso de servicios de mala calidad. En conclusión, el outsourcing estratégico está aquí para durar pero no es una receta milagrosa que puede dar buenos resultados para todos, todas las veces.
fuente: Canal Emprendedores