Ya estoy de regreso en Buenos Aires luego de pasar casi un mes en la India y tengo tantas cosas para contarles que se me hace difícil saber por donde empezar.
¡Cuánto descanso!, ¡cuántas pilas!, ¡cuánto relax!, ¿cuánto hacen que terminaron las vacaciones? La verdad es que descansé, gocé, dormí, conocí, medité y me reconecté con lo mejor de mí.
Este fue mi decimotercer viaje a India y como me sucedió en las visitas anteriores, no dejé de sorprenderme por los avances y el crecimiento. En mi primer viaje, hace 23 años atrás, conocí algunos detalles del plan estratégico del gobierno indio para llevar el país a los primeros planos. Hoy los resultado abruman por su evidencia y más resaltan cuando los comparo con nuestra triste, a mi entender, realidad argentina. En India se suceden gobiernos de diferentes ideologías pero el plan estratégico se mantiene. Aquí, en cambio, la noción de continuidad de políticas es ciencia ficción. Tenemos tanto potencial como los indios, pero cuan lejos estamos de sumar la letra “A” al BRIC (Brasil, Rusia, India y China). No pierdo las esperanzas de que algún día, en algún momento mágico de la historia futura hagamos un clic que nos impulse hacia arriba y nos coloque en el lugar donde soñamos estar.
Mientras tanto, me despido con un cuento de la India, que tiene que ver con algo que todos tenemos pero que muchas veces no utilizamos. Un recurso natural infalible al que no solemos recurrir: el discernimiento. Espero que lo disfruten tanto como yo:
“Todos sabían que un contrabandista. Era incluso célebre por eso. Pero nadie había logrado jamás descubrirlo y mucho menos demostrarlo. Con frecuencia, cruzaba de la India a Pakistán a lomo de su burro, y los guardias, aún sospechando que contrabandeaba, no lograban obtener ninguna prueba de ello.
Transcurrieron los años y el contrabandista, ya entrado en edad, se retiró apaciblemente a un pueblo de la India. Un día, uno de los guardias que acertó a pasar a pasar por allí se lo encontró y le dijo:
– Yo he dejado de ser guardia y tú de ser contrabandista. Quiero pedirte un favor. Dime ahora, amigo, qué contrabandeabas
Y el hombre contestó:
– Burros
El Maestro dice: «Así el ser humano, en tanto no ha purificado su discernimiento, no logra ver la realidad»
Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.
Marcelo Berenstein
mberenstein@emprendedoresnews.com