Los Juegos Olímpicos pueden funcionar como un interesante espejo para que los emprendedores nos veamos reflejados en un cristal que devuelve ejemplos positivos, y nos aleje de la deformidad del exitismo.
Absolutamente todos los atletas de las diferentes disciplinas olímpicas llevan años a puro esfuerzo y sacrificio para competir en los 15 días de competencia sabiendo que solo tres entre decenas o cientos se llevarán el oro, la plata y el bronce. Personalmente me conmueven más los que celebran cruzar la meta aunque terminen lejos del podio.
No suena muy distinto a lo que sucede en el ecosistema emprendedor. Cuantos emprendedores invierten años de esfuerzo y sacrificio sabiendo que una medalla es importante, pero mucho más valioso es superarse, tener metas y esforzarse por alcanzarla.
El deportista sabe que aunque ponga el máximo de su esfuerzo tiene competidores que se han preparado como él para llegar a la misma meta. Lo mismo sucede en el mundo de las empresas donde tu competencia busca llegar a los mismos clientes y dominar el mismo mercado.
Juan Martín Del Potro venía perdiendo feo y seguido contra Roger Federer en los torneos previos a las Olimpíadas; sin embargo en las semifinales de Londres 2012 protagonizó un partido épico en el que ganó mucho más de lo que perdió. El resultado final frustró su lucha por la medalla de oro pero ganó un espíritu indomable y una mentalidad positiva que lo llevó a jugar dos horas más tarde el doble mixto y 48 horas más tarde, ganar la medalla de bronce. Si viste el partido contra Djokovic, coincidiremos que desde lo físico parecía agotado pero mental y espiritualmente estuvo muy sólido, superando aún rival que en la previa era el favorito.
Aunque no lo conozco personalmente, presumo que cada mañana se levanta pensando en ser el número uno; por eso es previsible que de aquí en adelante, Del Potro coseche más gloria que fracasos. Es una cuestión de actitud.
Seamos un poco más “Delpotreros” y fijémonos metas largas y trabajemos día a día para subir un paso más.
Comprendamos que trabajo, esfuerzo y sacrificio no garantizan el éxito pero no hacerlo nos asegura el fracaso.
Feliz semana, felices emprendimientos, feliz vida para todos.
Marcelo Berenstein
mberenstein@emprendedoresnews.com